La culebrilla es un sarpullido rojo doloroso con ampollas que se rompen y forman costras. Es causado por el virus de herpes zóster. Es el mismo virus que causa la varicela.
Después de haber tenido varicela, el virus se queda en las células nerviosas del cuerpo. Puede permanecer latente (inactivo) y no tener ningún síntoma. Pero a veces el virus se vuelve activo nuevamente y causa problemas.
El herpes zóster se puede volver activo nuevamente cuando envejece, especialmente después de los 50 años. Esto puede deberse al proceso natural de envejecimiento del cuerpo. O puede deberse a cualquier cosa que debilite el sistema inmune. Estos son algunos ejemplos:
enfermedad (como el VIH o cualquier otra enfermedad del sistema inmune)
fatiga o cansancio extremo, estrés o ansiedad, mala alimentación, quimioterapia o terapia de radiación algunos medicamentos que reprimen el sistema inmune, como los corticoesteroides o las ciclosporinas. El herpes zóster puede ser contagioso (se transmite de persona a persona). Sin embargo, sólo puede transmitirse a otros que no hayan tenido varicela. Una persona que se infecta con el virus de herpes zóster por primera vez tendrá varicela, no culebrilla .Si tiene herpes zóster, evite estar cerca de personas que pueden infectarse más fácilmente. Por ejemplo, niños, mujeres embarazadas y personas con un sistema inmune debilitado. La culebrilla comienza con dolor, picazón y hormigueo en la piel. El enrojecimiento y el adormecimiento conducen a un sarpullido. Luego, se forman ampollas que se rompen y generan costras. Las ampollas y las costras pueden durar varias semanas. El dolor y el hormigueo pueden durar mucho más, pero casi nunca son permanentes .Si el herpes zóster infecta los nervios del ojo, puede causar problemas. Por ejemplo: sarpullido en uno o ambos párpados en el mismo lado de la cara
enrojecimiento, ardor y derrame en el interior de los párpados y la parte blanca del ojo. Esto también se denomina “ojo rojo” o conjuntivitis.
visión borrosa y sensibilidad extrema a las luces brillantes
dolor, hinchazón y enrojecimiento en el interior del ojo (iritis)
hinchazón del nervio óptico detrás del ojo (neuritis óptica)
ruptura de la superficie de la córnea (llamada queratitis)
Cuando el herpes zóster afecta al ojo, corre riesgos de problemas más graves. Estos incluyen:
ojos secos, infección bacteria, glaucoma ,cataratas, visión doble, cicatrización de la córnea
El tratamiento se enfoca en aliviar el sarpullido, la hinchazón y el dolor. Puede incluir:
medicina oral antiviral. Usted debe tomarla inmediatamente al notar síntomas. Los antivirales pueden acortar la duración y severidad del salpullido de un herpes zóster.
colocarse compresas húmedas y frías sobre los ojos cerrados para aliviar el dolor
tomar determinados medicamentos para disminuir el enrojecimiento, aliviar el dolor y tratar el virus
usar gotas para ojos para combatir la infección o humedecer los ojos. Si la culebrilla ha causado glaucoma, cataratas, visión doble o cicatrización en el ojo, se necesitan otros tratamientos. Su oftalmólogo e explicará la cirugía u otros tipos de medicamentos si se recomiendan en su caso.
Se recomienda una vacuna contra el herpes zóster llamada Shingrix en personas mayores de 50 años. Esta vacuna disminuye el riesgo de sufrir culebrilla dolorosa. Sin embargo, la vacuna contra el herpes zóster no trata la culebrilla activa ni el dolor que surge después que se ha ido el sarpullido. Hable con su médico sobre esta vacuna y pregúntele si se la recomienda.