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Salud

¿Qué es la tricotilomanía?

La tricotilomanía puede ser difícil de diagnosticar, ya que las personas con el trastorno a menudo son reservadas acerca de su hábito de arrancarse el pelo y la pérdida de pelo que trae como consecuencia. Además, el tratamiento es un reto porque este hábito los ayuda a manejar las emociones negativas.

Las personas con tricotilomanía pueden arrancarse el pelo de la cabeza, las cejas, las pestañas, o el vello de los brazos o la región púbica. Afecta a menos del 2% de la población (en inglés) y se divide de forma equitativa entre los géneros. Una señal del trastorno son los intentos repetidos, sin éxito, de reducir o dejar de arrancarse el pelo. Otra señal es que causa angustia o deterioros significativos, que pueden tomar la forma de vergüenza, incomodidad y aislamiento de las actividades sociales y de otro tipo.

La tricotilomanía se incluye en el grupo de comportamientos repetitivos centrados en el cuerpo, junto con pellizcarse la piel y morderse las uñas de modo excesivo. También entra dentro de la categoría de trastornos obsesivos-compulsivos y otros trastornos relacionados. En esta misma categoría se incluyen también el trastorno de acumulación, el trastorno de excoriación (pellizcarse la piel) y el trastorno dismórfico corporal. Existe cierto debate (en inglés) acerca de qué tan relacionados están la tricotilomanía y elTOC, ya que lo que impulsa al primero es una incapacidad de resistir la tentación de jalar, mientras que el segundo es más una respuesta ritualizada ante pensamientos obsesivos.

Si no se trata, la tricotilomanía puede provocar pérdida de pelo, calvicie, falta de cejas o pestañas y daños en la piel de los folículos. Los niños pueden ser objeto de burlas o acoso escolar por tener el cabello irregular. Luego, cuando el cabello comienza a crecer nuevamente, a menudo produce comezón, lo que hace que sea más probable que la persona lo retire nuevamente para aliviar la incomodidad, creando así un ciclo.

Y, para más del 20 por ciento de las personas (en inglés) con tricotilomanía que también tienen tricofagia (comerse su propio pelo), esto también puede conducir a algo llamado tricobezoares o bolas de pelo gastrointestinales, que a menudo necesitan ser extirpadas quirúrgicamente. En la extracción de pelo automática, puede que la persona no se dé cuenta de que lo está haciendo hasta después del hecho. Por ejemplo, una niña podría estar distraída viendo la televisión, luego mirar hacia abajo y darse cuenta de que el sofá está lleno de pelo que ella misma se ha extraído. En la extracción de pelo focalizada, la persona lo hace de manera intencional porque se siente bien. A menudo, quienes se arrancan el pelo de manera focalizada esperarán hasta estar en privado para practicar este comportamiento.

Determinar en qué tipo de trastorno (automático o focalizado) está involucrada una persona ayudará a determinar el tratamiento. “No se trata sólo de observar el comportamiento de arrancarse el pelo, sino de comprender cuál es la función detrás de este”, explica el. Esto se realiza mediante entrevistas con el niño y lo que reportan padres y maestros.

Además de los dos tipos de trastornos, automático o focalizado, otra faceta del comportamiento es lo que las personas hacen con el pelo. “A veces la persona simplemente se arranca el pelo y lo tira en el piso, o algunas personas lo guardan en bolsas”, explica “Otras veces, las personas podrían arrancarse el pelo e inspeccionar si arrancaron lo que parece ser la raíz, luego puede que jueguen con la raíz o enrollen el pelo con los dedos. Por ejemplo, podrían llevarse el mechón de cabello a los labios, morderlo y, en algunos casos, podrían tragarlo”.

Y debido a que comer el pelo que se arrancaron puede resultar en complicaciones médicas, es crucial descubrir, no sólo cómo y cuándo se están arrancando el pelo, sino también qué están haciendo con él. Puede que los padres no se den cuenta de que su hijo tiene tricotilomanía sino hasta que comienzan a notar que faltan grandes extensiones de cabello.dice que podrías notar lo que se llama “extracción infantil” a partir de los 18 meses y hasta los tres o cuatro años, pero es difícil de tratar y con frecuencia desaparece por sí solo. Una intervención simple, como hacer que usen guantes por la noche, a menudo es la solución. En general, dice, no es algo de lo que preocuparse demasiado. La tricotilomanía regular, en cambio, puede afectar a cualquiera en cualquier edad. Pero la edad de inicio típica (en inglés) suele ser a los 17 o 18 años en el caso de los niños y a los 14 o 15 en el caso de las niñas. “Señales de alerta son si los padres encuentran cabello donde no debería estar, como en el sofá, una gran cantidad en la cama o un montón de pelos en el suelo”, comenta. En el caso de las niñas con cabello largo, por ejemplo dice que podría tardar más darse cuenta que les falta cabello en la cabeza. Además, recomienda observar si pasan mucho más tiempo en el baño o si se miran en el espejo con mucha más frecuencia. El tratamiento para este trastorno puede ser complicado, porque cumple una función real para los niños que lo hacen. “Arrancarse el pelo les funciona de alguna manera para aliviar el estrés”, dice. “Así que esencialmente les pedimos a los niños que eliminen una habilidad que han utilizado para enfrentar el estrés y la reemplacen con algo que tal vez no se sienta tan bien, por lo que es difícil convencerlos”, explica.

A menudo los padres traen a los niños para que los ayuden, porque a ellos les preocupa (más que al niño) la pérdida de cabello. Pero a veces es el niño el que está avergonzado por su apariencia. Tuve un niño, hace un par de años, un joven muy agradable e inteligente que comenzó a arrancarse el cabello de la parte posterior de su cabeza y creó un área calva”, recuerda “Lo estaban molestando por eso, se burlaban de él. Los niños detrás de él en clase le golpeaban la mano cuando iba a arrancarse el cabello o se preguntaban en voz alta si se lo estaba comiendo o si se lo estaba poniendo en los labios”.

En este caso, el estudiante tomó la iniciativa de buscar ayuda. “Fue idea suya. Lo investigó en Internet, descubrió lo que era y pidió a sus padres que lo llevaran donde le pudieran brindar tratamiento. En dos meses ya estaba un poco mejor”.

Al abordar el tema del tratamiento,  iniciar un diálogo en lugar de preguntarles a los niños directamente si se están arrancando el pelo. Podrían decir que es normal que las personas jueguen con su cabello, y decir que a veces las personas ni siquiera se dan cuenta de que lo están arrancando, luego preguntar si eso es algo que les haya pasado a ellos. “Se trata de normalizar que esto es algo común que todos hacen hasta cierto punto, pero que en su caso se está convirtiendo en un problema”, El primer paso es encontrar un especialista con conocimientos específicos de tricotilomanía, ya que muchos terapeutas tradicionales no están familiarizados con su tratamiento. Tradicionalmente, un enfoque cognitivo-conductual llamado terapia de reversión de hábitos es el que ha mostrado ser el más efectivo. En este tipo de terapia, el profesional clínico y el paciente trabajan juntos para identificar los factores que desencadenan la necesidad de arrancarse el cabello, así como para desarrollar acciones alternativas o respuestas competitivas. Sin embargo, cada vez más, los profesionales clínicos están empezando a utilizar el tratamiento conductual integral (ComB), que se basa en la terapia de reversión de hábitos pero incorpora además algunos elementos tanto deterapia dialéctico-conductual (DBT, por sus siglas en inglés), como de terapia de aceptación y compromiso (ACT, por sus siglas en inglés), la capacitación en mindfulness o conciencia plena y otros más.

El profesional clínico determinará si lo que hace es extracción automática o focalizada, y luego tratará de comprender cuándo tiende a ocurrir la extracción. ¿Es cuando están aburridos? ¿Estresados? ¿Viendo la televisión? ¿En la clase de ciencias? ¿Escondidos en el baño? Los niños comenzarán a monitorearse a sí mismos y dar seguimiento a su comportamiento lo mejor que puedan. La tecnología portátil que registra información acerca de dónde y cuándo ocurre el comportamiento puede ser de gran ayuda para los niños que tienen dificultad para hacerlo por sí solos.

Una vez que el profesional ha llegado a la raíz del problema, pueden trabajar juntos para detener el comportamiento, al reemplazarlo con alternativas menos destructivas. Esto se denomina una respuesta competitiva. “Trataremos de encontrar formas de levantar barreras o frenar la extracción”, dice. Esto puede incluir usar una diadema o sombrero o colocar parches curitas en los dedos. Posibles alternativas en vez de arrancarse el pelo pueden incluir algo como una pelota Koosh, que les permite separar y tirar de los hilos, juguetes para los dedos y títeres sensoriales para jugar y tirar. “Cualquier cosa que el niño pueda usar y en la que se pueda centrar y que sea más fácil de hacer en comparación con arrancarse el pelo”, dice e

Para la extracción focalizada en particular, dice, el tratamiento incluye el trabajocognitivo de cambiar la forma en que la persona responde a las emociones negativas. “El tratamiento debe enfocarse en enseñar a la persona mejores habilidades de afrontamiento para la angustia, la capacidad de tolerar las emociones negativas sin arrancarse el pelo, para que puedan lograr el objetivo de tener cabello. Dependiendo de las causas, entrarán en juego otras estrategias. Si la tricotilomanía es una respuesta al estrés, puede ser útil enseñarle al niño ejercicios de conciencia plena. Los elementos de la terapia dialéctico-conductual podrían incluir un mayor énfasis en aprender a tolerar sentimientos incómodos y regular las emociones, mientras que la terapia de aceptación y compromiso podría funcionar para ayudar al niño a desarrollar un mayor sentido de autoaceptación. Un estudio encontró que el 79% de las personas con tricotilomanía también tenían otra condición de salud mental, en su mayoría ansiedad, depresión, TOC,trastorno de estrés postraumático oTDAH. A veces es necesario centrarse primero en tratar cualquier condición coexistente antes de abordar la tricotilomanía. Si bien no existe ningún medicamento que sea eficaz de forma directa para la tricotilomanía, la psicofarmacología puede ser útil de forma indirecta al tratar otros trastorno coexistentes.

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