Los tics vocales consisten en emisión de sonidos, silabas o palabras de forma repetitiva, sin un objetivo comunicador y en general, se presentan asociados a tics motores. Los más caracteristicos son carraspeo, gritos u otros sonidos guturales y succión de aire por la nariz. Con frecuencia los tics motores y vocales son precedidos por tics sensitivos consistentes en sensaciones desagradables como picor, cosquilleo o presión.
En el síndrome de Gilles de la Tourette, se combinan tics motores tanto simples como complejos con tics vocales que incluyen ecolalia (repetir lo que oyen), coprolalia (decir “tacos” u obscenidades) o realizar gestos obscenos. Pueden aparecer también trastornos conductuales, como el déficit de atención-hiperactividad y trastorno obsesivo-compulsivo. Los tics simples de inicio en la infancia generalmente se autolimitan y no precisan tratamiento. Cuando persisten, es frecuente que tengan un curso fluctuante, mejorando en periodos de menor tensión emocional y en general, con la edad. Si por su intensidad, frecuencia o duración interfieren con la actividad de la persona, se aconseja el inicio de tratamiento farmacológico.
En los casos de tics complejos refractarios al tratamiento farmacológico puede realizarse tratamiento quirúrgico con estimulación cerebral profunda.
Los trastornos de conducta suelen responden favorablemente a los antidepresivos tipo inhibidores de la recaptación de serotonina, aconsejándose asociar además terapia cognitivo conductual.