Uno de los retos más importantes en cirugía de nariz son aquellos pacientes que necesitan una reconstrucción nasal de toda o parte de un area de nariz totalmente perdida.Como especialista en cirugía de nariz me enfrento semanalmente con diferentes tipos de Rinoplastias. Desde las primarias, que se realizan mediante cambios sutiles y naturales, hasta las secundarias, más complicadas y que precisan de multitud de injertos y correcciones funcionales asociadas. Una reconstrucción nasal compleja supone un paso más allá de la rinoplastia convencional ya que necesita de conocimientos más avanzados en técnica quirúrgica y anatomía nasal y facial.
Uno de los aspectos más fascinante de las reconstrucciones nasales complejas, a parte de su complejidad, es su larga historia con más de 2500 años de antigüedad.
Las primeras reconstrucciones nasales (Sushruta 600-700 AC, Tagliacozzi 1597) se relacionan con las guerras, los duelos y con los castigos a asesinos, traidores o adúlteros. El Sushruta Samhita (600 AC) se considera uno de los primeros, si no el primer, tratado de medicina y cirugía. Shusruta es considerado como el Padre de la Cirugía Plástica y el primero en describir el manejo de los tejidos y en realizar reconstrucciones nasales. Tagliacozzi fue un cirujano italiano que desarrolló su propia adaptación de una técnica de reconstrucción de nariz inventada a principios del siglo XV por el cirujano de Sicilia Antonio Branca.
Hoy en día la necesidad de una reconstrucción nasal se suele relacionar con cirugías de cáncer de piel, accidentes, conductas autolesivas o hábitos tóxicos. Como consecuencia de estos, la nariz puede acabar presentando defectos muy graves, con pérdida completa de parte o la totalidad de su anatomía. Siendo la nariz la parte de la anatomía facial más prominente y, quizá, la más identificadora de un individuo, se hace necesaria que esta reconstrucción sea lo más perfecta posible.
Los tejidos con los cuales se debe reproducir la anatomía de la nariz deben ser lo más parecidos a los originales.
Si no es posible utilizar los tejidos de la propia nariz para la reconstrucción, se deberán trasladar desde otros lugares faciales más o menos cercanos. Esta forma de trasladar porciones de tejido, de un lugar a otro, para cerrar defectos, suele ser conocida como “colgajo”.
Defectos nasales muy pequeños casi siempre pueden ser reconstruidos mediante la movilización de tejidos locales de la nariz. Los injertos de piel suelen ser útiles cuando es preciso supervisar estrechamente la posible reaparición local de un cáncer.
Defectos nasales algo mayores (en torno a 0,5-1 cm) suelen precisar de colgajos locales. Los tejidos blandos de la nariz son, en estos casos, movilizados de forma mucho más amplia para permitir la reconstrucción- cierre del defecto. En muchos de estos casos no son precisos injertos de cartílago o estos pueden ser obtenidos del cartílago conchal de la oreja.
Defectos nasales grandes, especialmente los mayores de 1,5 cm, cuando se sitúan en las alas y punta de la nariz, afectan a todo el espesor de la nariz (incluyendo su interior) o a toda su anatomía. Estos casos suelen precisar de uno o varios colgajos más grandes, tomados a distancia de la frente, la mejilla u otras regiones de la cara. También en estos casos habrá que reconstruir el tapizado interior de la nariz y su soporte de cartílago. Todo dependerá del tamaño del defecto que tenga la nariz. Los defectos pequeños o medianos suelen ser resueltos en un solo tiempo quirúrgico. Los defectos grandes, por el contrario, pueden necesitar varios tiempos quirúrgicos, normalmente de dos a tres aunque pueden llegar a ser más.
Primer tiempo: se trasladan los tejidos necesarios, en forma de colgajo, para cubrir el defecto.
Segundo tiempo: se tallan los tejidos trasladados para hacerlos “más parecidos” a los propios de la nariz. Se incorpora la estructura perdida de hueso y/o cartílago. Suele realizarse de tres a seis semanas después del primero.
Tercer tiempo: se “refinan” los espesores de los tejidos, las cicatrices y la posición de la estructura interna. Suele realizarse al final del periodo de cicatrización y desinflamación (entre 6 y 9 meses). Como consecuencia de traumatismos o cirugías previas, los pacientes con graves defectos o deformidades nasales pueden someterse a tratamientos quirúrgicos para obtener una mejoría estética y funcional. Los casos de reconstrucción de nariz en pacientes con defectos graves deben ser estudiados con gran detalle para obtener los mejores resultados estéticos y funcionales. Las opciones de reconstrucción pueden variar enormemente según el tamaño y localización del defecto.