Actualmente, las enfermedades cardiovasculares, entre las que se incluyen la enfermedad isquémica, la enfermedad valvular, las arritmias y la insuficiencia cardiaca, suponen la primera causa de muerte en todo el mundo.
Se calcula que 17,9 millones de personas mueren cada año de enfermedades cardiovasculares, lo que supone un 32 % de todas las muertes en el mundo. Presentando una mayor letalidad en mujeres que en hombres.
En el caso concreto de España, solamente en 2020 fueron responsables del 24,3 % de los fallecimientos totales, por encima del cáncer (22,8 %) y de las enfermedades de origen infeccioso o parasitario (19,4 %), entre las que se incluye la covid-19.
En muchas ocasiones, las enfermedades cardiovasculares pasan inadvertidas y se desarrollan de forma silenciosa, ya que no son fácilmente detectables hasta que el paciente requiere hospitalización urgente.
Pueden ser inducidas por diversos factores de riesgo, modificables y no modificables. La edad y la raza son los factores de riesgo no modificables más comunes. Los principales factores modificables son la hipertensión, la obesidad, la diabetes, la dislipidemia, y los relacionados con el estilo de vida, como el tabaquismo, la inactividad física y la ingesta de dietas poco saludables que conducen al sobrepeso.