Cuando llega la primavera, llegan también las alergias. Es un fenómeno que se cumple cada año y que causa inconvenientes a millones de personas en todo el mundo. La alergia es una alteración del sistema inmunológico. Nuestras defensas reaccionan de forma equivocada ante determinadas sustancias externas (alérgenos) a nuestro organismo que son identificadas como dañinas cuando en realidad no lo son.
La persona alérgica desarrolla defensas ante estas sustancias que pueden ser de todo tipo: alimentos, picaduras de insectos, medicinas, perfumes y muchas otras. El contacto con estas sustancias se puede producir por inhalación, por contacto directo con el tacto o por la ingesta de alimentos.
Hay muchas tipologías de alergias, pero se pueden clasificar en función del tiempo de reacción. Una es la que produce hipersensibilidad inmediata, es decir la que se activa en menos de una hora desde el contacto con el alérgeno. En el otro extremo está la alergia de hipersensibilidad de efecto retardado cuyas consecuencias aparecen con cierto retraso desde que se produce el contacto. Dentro de estos dos grandes grupos hay muchos tipos de alergia
Alergia respiratoria (rinoconjuntivitis o asma alérgica). La rinitis alérgica suele producir estornudos, picor de la nariz, mucosidad, enrojecimiento y picor en los ojos. El asma alérgica produce pitidos en el pecho, tos continuada y dificultades en la respiración.
Alergia a alimentos. Provoca picor en el área de la boca y garganta, en los labios y en los párpados, además de urticaria. También es habitual que se presenten trastornos gastrointestinales que llevan asociados síntomas como náuseas y vómitos. Por último, en casos más graves produce dificultad para respirar.
Alergia a medicamentos. Provoca urticaria casi siempre y va acompañada de múltiples síntomas en función del tipo de medicamento y del paciente.
Alergia a picaduras de insectos. La reacción alérgica a la picadura de la abeja o de la avispa provoca diferentes efectos en función del paciente. A veces se presenta como una alteración en el mismo punto de la picadura, en otras aparece como urticaria y también puede provocar una reacción anafiláctica.
Dermatitis por contacto. Es una reacción que se produce por contacto directo de la piel con sustancias muy diversas, como perfumes, productos cosméticos o metales. Se presenta con síntomas de diferente naturaleza. Puede provocar una reacción leve en la piel con un ligero enrojecimiento o puede llegar a provocar una lesión similar a una quemadura de tercer grado.
Existen muchísimas sustancias que provocan reacciones alérgicas, en ocasiones muy raras y poco habituales. Pero la lista es inmensa e incluye todo tipo de productos en todo tipo de pacientes. Además, la alergia puede presentarse en un momento dado después de haber vivido durante décadas sin haber desarrollado una reacción a un determinado elemento. Este es un listado de algunas de las alergias concretas más comunes:
Alergia al polen. Es la alergia más frecuente y que más nos encontramos en nuestro día a día, especialmente en primavera. Está asociada a árboles, muchos presentes en las ciudades como el platanero o el ciprés. Para los que la padecen, es complicado sobrellevarla porque la única manera de evitarla es aislarse en casa con todas las ventanas cerradas. El síntoma más visible es la congestión nasal, con mocos y estornudos.
Alergia a los alimentos: desde la fruta al pescado, pasando por el gluten y los lácteos. Es un tipo de alergia que puede ser provocada por cualquier clase de alimento. Pueden ser más agudas y convertirse en un peligro para la vida del paciente. Si son leves, apenas tienen efectos, pero si no, son más agresivas causan hinchazón de la lengua, desmayos, vómitos y dolor abdominal.
Alergia al látex. Se trata de un problema de hipersensibilidad a las proteínas del árbol de caucho, del que se obtiene el látex. Se halla en muchos objetos y en colchones y guantes, entre otros. Suele provocar picores y erupciones cutáneas.
Es frecuente que las personas con este tipo de reacción alérgica tengan irritación ocular, moqueo y congestión nasal, estornudos, picazón en el paladar y la nariz… Es decir, todos los síntomas típicos de la rinitis alérgica.
Alergia a los ácaros. Se trata de insectos de la familia de los arácnidos que se esconden en mantas, alfombras y muebles. La mejor forma de prevención es extremar la higiene y evitar la acumulación de polvo.
Alergia a las picaduras de insectos. La alergia puede ser causada por cualquier insecto, aunque las más frecuentes son las originadas por la picadura de abeja. La primera reacción suele ser la hinchazón de la zona afectada. Hay que ir con mucho cuidado porque puede llegar a provocar un episodio anafiláctico.
