El término “bipolar” se utiliza con mucha frecuencia para designar a una persona con cambios de humor. Un uso banal de esta palabra que no refleja para nada a quien lo sufre.
Sin embargo, en realidad hay un gran desconocimiento de esta enfermedad mental que afecta a más de 1 millón de personas en España. Y este desconocimiento provoca una estigmatización en quien lo sufre y también dificulta su diagnóstico. De hecho se tarda una media de 5 años en diagnosticar esta enfermedad que provoca un gran impacto en la vida de las personas, tanto a nivel personal como profesional.
Entrevistamos al Dr. Eduard Vieta Pascual, Jefe de Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic de Barcelona y director del grupo de Trastorno bipolar del Área de Neurociencias del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS) para conocer los detalles de esta patología.
DE LA EUFORIA A LA DEPRESIÓN
El trastorno bipolar es una enfermedad que afecta a los mecanismos del cerebro que regulan el estado de ánimo. “Estos mecanismos nos permiten adaptarnos a situaciones concretas y experimentar tristeza o alegría según el momento, pero luego se nos pasa“, asegura el Dr. Vieta.
- En las personas con trastorno bipolar, este mecanismo “falla” por una predisposición genética que altera la producción de dopamina y da a lugar a episodios de euforia o de bajo ánimo según haya un exceso o un defecto de este neurotransmisor. “Es como un motor mal ajustado, o vas demasiado acelerado o estás deprimido“, asegura el Dr. Vieta.
- Estos cambios de humor son muy intensos y prolongados, y pueden durar semanas o meses. “Es algo muy distinto de un enfado o de una situación de alegría, y tampoco tiene nada que ver con la forma de actuar de una persona inestable, caprichosa o inmadura“, asegura Vieta.
EL DIAGNÓSTICO ES IMPORTANTE
En esta enfermedad, entender lo que te pasa es vital para afrontarla y mantenerla bajo control. El Dr. Vieta asegura que cuando todavía no hay un diagnóstico, el paciente no piensa que su forma de actuar se deba a un fallo interno:
- “Si está en la etapa depresiva todo lo verá negativo y se sentirá inútil, cuando posiblemente la situación no sea ni mucho menos tan grave“.
- ” Y si está en la etapa de euforia posiblemente pensará que no le pasa nada y que ha acabado en la consulta obligado por la familia porque se quejan, por ejemplo, de su carácter rebelde“.
Pero cuando la persona descubre que esos cambios de humor no se deben a agentes externos ni a lo que ocurre a su alrededor, sino a una alteración en su cerebro, está mucho más predispuesta a seguir un tratamiento y a dejarse ayudar.
Y lo mismo ocurre con la familia. Saber que esa persona se comporta de una determinada manera porque es bipolar ayuda a no juzgarlo erróneamente y a tratarlo con comprensión.
SÍNTOMAS Y SEÑALES DE ALERTA
El problema de las enfermedades mentales, afirma el Dr. Vieta, es que se espera muchísimo para acudir al psiquiatra y se hace cuando la situación es extrema. Sin embargo, un diagnóstico temprano facilitaría mucho las cosas, evitaría episodios graves y también todos aquellos efectos colaterales que puedan derivarse de esos cambios de humor.
Por tanto, ante la sospecha de sufrir trastorno bipolar lo aconsejable es acudir al psiquiatra. No hay que tener miedo a hacerlo, ni esperar demasiado. Los síntomas de alerta son:
- Cambios importantes de actitud (no de unos días) que llevan por ejemplo a un estudiante a dejar los estudios o a posponer asuntos de trabajo cuando antes no ocurría.
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- Cambios en el ánimo prolongados que llevan a una persona a llorar con mucha facilidad o a estar muy callada; o por el contrario a estar extremadamente eufórica, no dejar hablar a los demás, enfadarse con facilidad, cambiar de opinión, enemistarse con su entorno de forma repentina y generalizada…
En definitiva, cualquier cambio de comportamiento debería “empujarnos” a ir al psiquiatra, que es el especialista médico en conducta humana.
CÓMO MANTENERLO BAJO CONTROL
El trastorno bipolar puede controlarse con ayuda profesional y, de hecho, las personas que lo sufren y se tratan pueden llevar una vida completamente normal. Pero para ello es necesario la ayuda de fármacos y también:
- Psicoterapia. “En esta enfermedad la psicoeducación es muy importante. Yo lo comparo con aprender a tocar un instrumento, al final aprendes a identificar tus cambios internos y a corregirlos. Esto requiere un entrenamiento, pero al final de consigue”, afirma el Dr. Vieta.
NO ES HEREDITARIO PERO…
Ya hemos visto que el trastorno bipolar es una enfermedad con base genética. Pero que esté escrito en tus genes solo significa que tienes una predisposición a sufrir la enfermedad, no que vayas a sufrirla.
Para ello tienen que activarse ciertos genes (epigenética) y esto puede evitarse en gran medida si se controlan aquellos hábitos de vida o situaciones que pueden “encender el interruptor” de la enfermedad.
Así que, si en tu familia hay más casos de trastorno bipolar, en tu caso es todavía más importante:
- Controlar el estrés. La meditación, el yoga o la psicoterapia pueden ayudarte si es necesario.
- Dormir las horas suficientes. La falta de sueño puede actuar como factor de riesgo y “despertar” el trastorno.
- Nada de drogas. Se sabe que, por ejemplo, el consumo de cannabis puede actuar como detonante en personas de riesgo.
Por supuesto, estos consejos son aún más obligados si sufres el trastorno. Evitarlos o controlarlos debe formar parte de tu plan para afrontar la enfermedad.