La mitad de los valencianos ha pasado la covid y el 75% tiene linfocitos T, protectores de los casos más graves. Los datos pueden extrapolarse a España, según los científicos
Casi la mitad de la población valenciana se ha infectado por el coronavirus SARS-CoV-2. Más de un 97% tiene anticuerpos frente al virus por haber sido infectado o por haber sido vacunado o por ambas cosas. Y al menos el 75% tiene células T de la memoria, unos linfocitos también conocidos entre los expertos con el epíteto de “asesinos” porque atacan y destruyen las células infectadas y protegen al organismo frente a los casos más graves, frenando las hospitalizaciones y las muertes.
Todos los datos anteriores proceden del reciente estudio de seroprevalencia elaborado en la Comunidad Valenciana a partir de las muestras tomadas hace entre dos y tres semanas a un millar de personas de varios grupos de edad en un centenar de centros de salud. Los datos, no obstante, pueden en gran medida ser extrapolables a España, con posibles variaciones de un punto o dos, y arrojan un resultado alentador en cuanto a la inmunidad actual de la población en general respecto a las variantes conocidas de la covid-19, según afirman David Navarro, el director científico del Programa Valenciano de Investigación sobre la Vacuna de Covid-19 de Presidencia de la Generalitat, y el epidemiólogo Salvador Peiró, responsables del estudio.
“Hemos hecho un análisis, por un lado, de los anticuerpos, y por otro, de los linfocitos T, lo que es más novedoso y nos proporciona una información valiosa para actuar con posterioridad y tener una idea más ajustada a la realidad de la situación. La novedad radica también en que miramos los anticuerpos que neutralizan las variantes de ómicron y no solo la cepa ancestral, la del virus de Wuhan, como en otros estudios, con el fin de medir el nivel de anticuerpos que actúan directamente impidiendo que el virus infecte las células de nuestro organismo”, explica Navarro, catedrático de Microbiología de la Universitat de València.
Los linfocitos T son un tipo de célula que se encuentra en la sangre y en el tejido linfático que destruyen las células infectadas por los virus y controlan las respuestas inmunitarias del organismo frente a ellos. “También los llamamos coloquialmente killer porque destruyen las células infectadas evitando que el virus se multiplique en ellas y se revuelven contra la infección”, apostilla Peiró.
El análisis de estos linfocitos cobra especial importancia porque revelan el nivel de protección frente a los casos más graves de la enfermedad. El 75% de las personas analizadas en el trabajo de campo tiene esa memoria celular, si bien se estima que el porcentaje real es aún mayor, porque en el momento de la prueba pueden no detectarse todos. Hasta hace poco era complejo medir esas células, pero ahora hay varias técnicas, como la empleada en este estudio, que será publicado próximamente en una revista científica internacional.
Otras comunidades, como la madrileña, han anunciado recientemente la elaboración de estudios de seroprevalencia similares, con especial atención a los lifoncitos T, tras los primeros realizados en el 2020 por el Instituto de Salud Carlos III relativos a las cepas anteriores. Los expertos valencianos apuntan que no se detectan variaciones de relevancia en las muestras recogidas en las tres provincias, Alicante, Castellón y Valencia. Sostienen que el comportamiento global en España podría ser muy similar, salvo algunas autonomías, con una incidencia del coronavirus muy elevada.
El estudio constata que el 48% de la población, en un dato de prevalencia ponderado, ha sido infectada por el virus, lo que significa casi el doble del cómputo oficial de positivos en la Comunidad Valenciana, que se eleva a cerca de 1,3 millones, un 25% del total, en estos momentos. La franja de edad con el mayor número de contagios es la comprendida entre los 17 y los 26 años, por encima del 70%.
Todos los datos, y en particular, la obtención de información sobre la inmunidad celular, son muy útiles a la hora de tomar decisiones sobre la inoculación de la cuarta dosis de la vacuna, por ejemplo, o sobre qué se puede esperar en los próximos meses de la pandemia, según señala Peiró. “Los resultados son buenos, casi el 100% de la población tiene anticuerpos, la mitad se ha infectado, es una buena inmunidad; no esperamos un repunte importante de casos graves y de hospitalizaciones con la inmunidad celular que tenemos, a no ser que cambie la cepa y se introduzca una con una capacidad de escape vacunal enorme. De modo que ahora no recomendaríamos poner la cuarta dosis de la vacuna en la Comunidad Valenciana, a ver si se puede aguantar hasta octubre”, añade.
Ya hace tiempo que pasó al olvido la búsqueda de la llamada inmunidad de rebaño, como se pretendía al inicio de la pandemia, con la constatación de las reinfecciones incluso en personas vacunadas. Los expertos estiman que la inmunidad celular podría mantenerse más de un año y recuerdan que la inmunidad híbrida, que se obtiene tras haber pasado la infección y haber sido vacunado, es la más potente y duradera.
Este estudio de seroprevalencia es el último trabajo de los elaborados por el Programa Valenciano de Investigación sobre la Vacuna de Covid-19 que surgió en marzo de 2021 por iniciativa del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, de forma paralela a la campaña de vacunación, explica Ana Berenguer, directora general de Análisis y Políticas Públicas. “Tras varias oleadas nos pusimos en contacto con el Instituto de Salud Carlos III para elaborar este estudio de seroprevalencia y nos han apoyado en su elaboración, interesados en extrapolar también los resultados”, señala. El objeto de Provavac es profundizar en el conocimiento científico de la efectividad, en la inmunidad y en los posibles efectos adversos asociados con las vacunas.