A orillas del Estrecho de Magallanes, el país sudamericano busca consolidarse como puerta de entrada a la Antártida con un centro destinado al desarrollo científico, la cooperación internacional y el turismo.
Área museográfica, sala de hielo antártico, planetario, acuario con especies australes y la recreación de un bosque antártico de hace más de 35 millones de años serán algunas de las atracciones para los visitantes.
En los viveros del Instituto Antártico Chileno (INACH), en la austral ciudad de Punta Arenas, están creciendo las plantas que recrearán el tipo de bosque que hace millones de años pobló lo que hoy llamamos continente blanco. Se trata de los parientes vivos más cercanos de esas especies.
“Los bosques antárticos fueron precursores de los que hoy gobiernan parte de Chile. Muchas especies vegetales vienen de allí y tienen ese ancestro común con Nueva Zelanda y Australia”, relata el paleobotánico Marcelo Leppe, director del INACH, en entrevista con DW. “Hay una diversidad biológica que la gente no conoce”, comenta.
El bosque, que contará con figuras a escala natural de dinosaurios y animales que habitaron la Antártida, será una de las atracciones del futuro Centro Antártico Internacional (CAI), que se levantará en Punta Arenas, a orillas del Estrecho de Magallanes. Se trata de un espacio de difusión para visitantes, también con acuario, planetario, área museográfica y experiencias como una sala que replica el clima antártico, pero también una casa para la ciencia.
El CAI prestará apoyo logístico a investigadores que llegan a la región y contará con laboratorios especializados en materias como hielo, atmósfera, océano, ecología, evolución, geología y paleontología, entre otros espacios para actividades académicas y auditorio.
La idea venía rondando desde hace décadas y responde a una necesidad nacional e internacional, con cada vez más países que pasan por Punta Arenas para ir a la Antártida. “Ya son 23 y muchos de ellos ya tienen actividades logísticas y científicas”, dice Leppe.
“Necesitamos un espacio físico donde confluya logística y ciencia, pero además con la demanda regional y el foco en el turismo sustentable, generar un edificio icónico que contenga colecciones de la historia natural de la conexión Sudamérica-Antártica es cada vez más atractivo”, dice el director del INACH.
“Vamos a transformar a Punta Arenas no solo en la puerta de entrada de la Antártida, sino en capital antártica mundial. No hay otro espacio de gestión, logística, ciencia y difusión antártica como éste”, señala a DW el gobernador de la Región de Magallanes, Jorge Flies. La zona está apostando por este tipo de proyectos. Al CAI se suma el recién construido Centro Subantártico Cabo de Hornos, ubicado en la ciudad de Puerto Williams, la más austral del mundo.
Un gigante a orillas del estrecho
El Ministerio de Obras Públicas de Chile acaban de iniciar el proceso de prelicitación para que postulen empresas constructoras chilenas y extranjeras. La obra, con un total de 33 mil metros cuadrados y una inversión de más de 80 millones de dólares, debiera ser inaugurada en 2026. A orillas del mar, este edificio proyectado por arquitectos chilenos bien parece un conjunto de olas o un iceberg gigantesco.
La Antártida ya no es un continente tan remoto, estima Leppe. “Cada vez más nos damos cuenta del alcance global de lo que está ocurriendo en la Antártida. Los cambios que allí ocurren tienen eco y debemos estudiarlos”, dice en referencia a fenómenos climáticos y naturales.
El continente blanco es un escenario de fuerte cooperación internacional y el CAI buscará potenciarla. “Grupos de científicos y también políticos y representantes de distintos países están pasando a la Antártida a través de la región de Magallanes. Aquí tendrán un centro donde encontrarse, hacer investigación y logística antártica durante todo el año, lo que es una posibilidad cierta de cooperación permanente”, agrega Flies.
Espacio para visibilizar los temas antárticos
“En muchos aspectos, crear este centro es una decisión sabia e importante”, dice a DW el paleontólogo alemán Wolfgang Stinnesbeck, investigador de la Universidad de Heidelberg. “Es un sueño para todos nosotros y debe ser un sueño para Chile. La investigación sobre la Antártida finalmente obtiene la importancia y la visibilidad que debe tener”, señala.
En su opinión, es fundamental contar con un espacio para dar a conocer los numerosos proyectos que se están realizando en la Antártida y la Patagonia. “Mucho de lo que sabemos nunca sale del círculo de los científicos. Es importante involucrar al público general, porque son cuestiones que tienen que ver con nuestro presente y futuro. La Antártida, por alejada que sea como continente, tiene una influencia enorme”, afirma Stinnesbeck.
En lo personal, esta iniciativa lo toca especialmente. “He colaborado con el INACH por 15 años y con Chile por 30 o más, y este centro nos da una casa para la presentación de nuestros proyectos. Aquí habrá un área museológica donde se puedan exponer hallazgos como los restos de ictiosaurios que excavamos, mostrar su importancia y la historia común de estos dos continentes que se separaron hace unos 35 millones de años”.
Inversión para el desarrollo
Esta millonaria inversión del gobierno regional ha despertado también críticas. Leppe reconoce que se trata de un gasto importante “para un país que tiene muchas carencias y necesidades, pero también es una apuesta por el futuro”.
En una región como Magallanes, que ha dedicado toda su historia a la explotación de recursos como el gas, el petróleo o los bosques, es un desafío buscar alternativas sustentables de desarrollo, señala el director del INACH: “Esto implica sacrificios. Los países que han logrado salir del subdesarrollo y apuntado a economías más sustentables con el medio ambiente y socialmente más justas han invertido mucho en ciencia y tecnología, y esa es la gran apuesta”. El gobernador Jorge Flies coincide: “Chile debe dar pasos hacia el desarrollo y no solamente atender la emergencia; ser capaz de responder a las necesidades de su población, pero mirar al siglo XXI”.
Además de ser un espacio de apoyo para expediciones nacionales y extranjeras, y un nuevo atractivo para los turistas que llegan desde todo el mundo a visitar la Patagonia, autoridades y científicos confían en que el CAI será un nuevo polo de desarrollo, trabajo e inversión para la región y el país. (dz)