La nave Tianwen-1 ha logrado entrar en la órbita marciana este miércoles, una compleja maniobra que le servirá de calentamiento para el amartizaje previsto para mayo
Es el mes más ajetreado en Marte. Si ayer martes Emiratos Árabes Unidos inauguraba la temporada de llegadas al planeta rojo al conseguir que su sonda, Hope, se insertara correctamente en su órbita, hoy ha sido el turno de China y de su nave espacial Tianwen-1. Los estadounidenses llegarán la próxima semana con Mars2020-Perseverance.
Según ha confirmado en un comunicado la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA, por sus siglas en inglés), el gigante asiático ha logrado entrar en la órbita de Marte, una compleja maniobra que le servirá de calentamiento para emprender la fase más compleja de su misión: conseguir amartizar en el planeta rojo el próximo mes de mayo.
China, que tiene un sólido programa espacial robótico en la Luna que el pasado diciembre logró traer a la Tierra 1,7 kilogramos de muestras, consigue así su primer éxito en Marte. Su primer intento, realizado en 2011 conjuntamente con Rusia fracasó minutos después del despegue. La nave Phobos-Grunt iba a descender a la superficie de la luna marciana Fobos para tomar 200 gramos de muestras de su suelo y traerlas a la Tierra.
Nueve años después, China ha retomado en solitario su programa en Marte. ¿Qué va a hacer allí? En lo que respecta a los objetivos científicos, estudiará las características del suelo y del hielo, así como su clima, y buscará agua subterránea e indicios de vida pasada en el planeta. Y por supuesto, con esta misión China vuelve a demostrar al resto de países que es una de las grandes potenciales espaciales y que, tanto económica como tecnológicamente, está lista para afrontar el que será el gran objetivo de exploración humana de los próximos años. No obstante, EEUU sigue siendo el único país que ha enviado a astronautas a otro mundo. China planea mandar taikonautas a la Luna aunque aún no ha detallado cuándo.
Mientras tanto, sus robots van abriendo camino. La primera foto marciana firmada por el gigante asiático fue recibida el pasado viernes. Tianwen-1 (que ha sido bautizada con el mismo nombre que un poema milenario chino titulado Preguntas al cielo), la tomó durante su aproximación a Marte, cuando se encontraba a 2,2 millones de kilómetros de su objetivo, tal y como precisó la CNSA.
Desde que despegó de China el pasado 23 de julio, Tianwen-1 ha recorrido unos 465 millones de kilómetros. La nave realizó la primera corrección de su óbita el 2 de agosto, la segunda el 20 de septiembre y la tercera el 28 de octubre. Actualmente, se encuentra a una distancia de unos 185 millones de kilómetros de la Tierra. Según la CNSA la nave ha superado el viaje y todos los sistemas están en buen estado de funcionamiento.
AMARTIZAJE EN UTOPIA PLANITIA
La nave china lleva varios componentes -un orbitador, un aterrizador y un vehículo robótico (rover)- que le permitirán tanto orbitar Marte como aterrizar de forma controlada en su superficie en mayo. Habrá que esperar tres meses para que el aterrizador, con el rover de 240 kg. a bordo, se separe del orbitador para que descienda hacia un lugar llamado Utopia Planitia.
Si el amartizaje tiene éxito -muchas naves han fracasado porque es realmente complejo aterrizar en Marte- una rampa permitirá al nuevo robot marciano descender hasta la superficie en la que ahora sólo hay rovers estadounidenses trabajando. Si todo marcha bien, el rover chino trabajará durante tres meses.
El primer amartizaje de esta temporada será por tanto el que realice la NASA con su vehículo robótico Mars2020-Perseverance, un sofisticado rover que se unirá a Curiosity, que se encuentra en Marte desde 2012. El aterrizaje de este robot que investigará la presencia de vida en Marte está previsto para el 18 de febrero en el cráter Jezero.
Debido a la gran distancia a la que se encuentra Marte, los lanzamientos espaciales desde la Tierra se realizan cuando ambos planetas se encuentran a la menor distancia posible, algo que sucede cada dos años. De esta forma, se acorta el viaje y se consigue llegar allí en unos seis meses. Por ello, los despegues se programan durante ese periodo propicio, que se conoce como ventana de lanzamiento o de oportunidad.
Una cuarta misión debía haber llegado a Marte en 2021. ExoMars2020, de la Agencia Espacial Europea (ESA) y Roscosmos, la agencia rusa, tuvo que ser pospuesta hasta 2022, cuando la distancia entre Marte y la Tierra volverá a ser más propicia, debido unos fallos detectados en el sistema de paracaídas que no pudieron resolverse a tiempo, en parte debido a la pandemia de coronavirus, que dificultó los viajes de los ingenieros y científicos. Aún así, nunca había ocurrido algo como lo que estamos viendo en 2021: tres naves de tres países distintos llegando al planeta rojo.
