El rápido y constante desarrollo tecnológico hace que el ser humano haya conseguido en los últimos años numerosos hitos y proyectos que hace no tanto parecían imposibles. El último caso en demostrarlo es el de un equipo de científicos de la Academia China de Ciencias quienes han desarrollado y probado exitosamente el primer motor hipersónico ODE (Detonación Oblicua) del mundo.
El estudio publicado en el China’s Journal of Experiments in Fluid Mechanics, presenta un avance tecnológico que promete revolucionar la aviación y la exploración espacial, al encontrar un sistema que permitiría a los aviones alcanzar velocidades de hasta 20.000 km/h utilizando queroseno de aviación RP-3.
La clave de este proyecto es la utilización de la detonación oblicua, un proceso donde las ondas de choque generadas por la combustión del queroseno RP-3 se mantienen de forma estable incluso a grandes velocidades. Para ponerlo a prueba, los investigadores realizaron los experimentos en el túnel de choque JF-12 en Pekín (China), un entorno que simula las condiciones de vuelo en la atmósfera superior.
Los resultados dejaron asombrados hasta a los propios científicos, ya que el motor ODE demostró su capacidad para generar ondas de detonación sostenidas, alcanzando tasas de combustión 1.000 veces más rápidas que los motores convencionales. Además, se registraron picos de presión 20 veces superiores a los niveles ambientales Mach 9 (nueves veces la velocidad del sonido), evidenciando la potencia y eficiencia del diseño.
Sin duda este desarrollo tiene un potencial inmenso y podría revolucionar muchos aspectos de nuestra vida. El primero que se nos viene a la mente es para la aviación comercial y, por ejemplo, un vuelo de Shanghái a Los Ángeles podría hacerse en tan solo media hora en vez de las 11 horas y 40 minutos que se tarda en la actualidad.
Pero no será su única aplicación, la exploración espacial también se beneficiaría enormemente de esta tecnología. Los vehículos espaciales reutilizables equipados con motores ODE podrían reducir significativamente los costos de acceso al espacio, del mismo modo que en el ámbito militar se podrá desarrollar una nueva generación de misiles hipersónicos, drones avanzados y aeronaves de largo alcance.
A pesar de que estas primeras pruebas han sido bastante satisfactorias, todavía queda mucho camino por delante en lo que se refiere a los motores hipersónicos ODE como la optimización del proceso de combustión o la gestión de los subproductos del queroseno.