China intensificará su apuesta por competir con otros centros de innovación tecnológica como el estadounidense Silicon Valley mediante la construcción en Pekín de un complejo similar que se completará en 2025 y será supervisado personalmente por el presidente Xi Jinping
Los planes para el Centro Internacional de Innovación Científica y Tecnológica de Pekín, a los que tuvo acceso South China Morning Post, se anunciaron este jueves. Se estipula que el proyecto se convertirá en una “fuente líder mundial de innovación para la ciencia de vanguardia y las industrias emergentes”.
La iniciativa promete más inversiones para construir grupos de infraestructura científica y tecnológica de clase mundial, con un enfoque en el Centro Nacional Integral de Ciencias Huairou de Pekín. Al mismo tiempo, las autoridades organizarán un “plan de batalla” para lograr avances en campos clave como la energía baja en carbono, el espacio, las ciencias de la vida, la investigación de la Tierra y la inteligencia artificial.
Asimismo, se solicita al Gobierno que ofrezca visas atractivas, permisos de trabajo y opciones de residencia a largo plazo a través de una “nueva ronda de políticas para el talento extranjero”.
Para 2025, se prevé que la industria de alta tecnología de Pekín tenga 260 empleados del sector de investigación y desarrollo por cada 10.000 trabajadores, lo que contribuirá 170.000 millones de dólares a la economía local, un aumento del 13% desde 2022.
En búsqueda de la autosuficiencia tecnológica
China se enfrenta a una presión cada vez mayor por parte de Estados Unidos, que tiene la intención de competir con el gigante asiático en muchos frentes, especialmente en sectores tecnológicos como la producción de semiconductores.
En ese sentido, Washington impone restricciones cada vez más estrictas sobre la tecnología de fabricación de chips china, unas medidas que, según la Casa Blanca, tienen como objetivo obstaculizar la capacidad de Pekín para expandir su industria de semiconductores y mejorar sus capacidades militares.
La política agresiva estadounidense ha llevado a China a buscar la autosuficiencia tecnológica, con el objetivo de lograr avances en los cuellos de botella clave de la cadena de suministro, como los chips de computadora de alta gama.