Aunque la tensión parezca apagada por el momento, las dudas sobre una posible invasión de Taiwán por parte de China se han convertido en un tema recurrente y de gran preocupación a nivel mundial. Al margen de la escalada geopolítica que un asalto sobre Taipei podría suponer, la lucha por la isla se ha convertido en un problema de primer orden para la economía mundial debido a su dominio de la industria de los semiconductores. Principalmente a través de su empresa insignia, TSMC, la pequeña nación asiática controla esta industria clave para la transición energética, la inteligencia artificial y todo tipo de productos electrónicos clave para el mundo actual.
La importancia de Taiwán es aún mayor debido a que su reinado de los chips está centrado principalmente en los más sofisticados. Es por ello que ASML (el mayor socio de la firma asiática) y TSMC, la empresa, han preparado un plan por si el peor de los escenarios ocurre y las fuerzas militares chinas empiezan a tomar posesión de la sensible industria taiwanesa o si se produce un ataque. Según Bloomberg, ambas compañías han preparado un protocolo para desactivar las máquinas de forma remota y los Países Bajos ya ha realizado, incluso, simulaciones ante una posible invasión.
La fórmula para dejar inutilizados los equipos de la isla, claves para la carrera por el dominio mundial de los chips, se ha realizado especialmente en un producto clave de la firma neerlandesa que ha vendido durante años a la firma de Taipei. Los equipos de litografía extrema (EUV, por si siglas en inglés) son un sistema vanguardista en la industria que para muchos expertos supone el futuro del sector. Es una tecnología que solo tiene en su poder la firma europea y que permite utilizar luz ultravioleta para realizar intrincados patrones en los microchips más sofisticados.
Este sistema es fundamental para los semiconductores más modernos, para usos militares y de inteligencia artificial, dos áreas críticas. De este modo, ASML ya habría hablado con altos cargos de EEUU ante la preocupación de que Pekín se haga con esta tecnología a través de las armas. Además, si su uso se extiende entre empresas chinas que ya están entrando con fuerza en el sector también sería un desastre para ASML. Este modelo ha sido una de las grandes claves que ha permitido a la neerlandesa convertirse en la gran joya tecnológica de Europa, alcanzando los 343.000 millones de euros de capitalización y disparándose un 70% desde 2023.
Las máquinas de ASML son uno de los focos principales en la guerra comercial entre EEUU y China. Tras imponer sus propias restricciones, Washington presionó a Holanda para que decretara restricciones a su rival. Así, el Gobierno neerlandés revocó los permisos de exportación de algunos de los equipos de la firma para que estos no pudieran llegar al país asiático. En esta ocasión, los oficiales estadounidenses son los que han pedido a ASML y a TSMC información sobre cómo podría afectar una intrusión de China en la isla.
En cualquier caso los EUV son máquinas extremadamente delicadas y que requieren de un mantenimiento exhaustivo. De hecho, se necesita un suministro constante de piezas de repuesto de ASML. Esto, sumado a la falta de conocimientos concretos sobre estos modelos y el ‘apagón’ desde Ámsterdam, llevaría a que la invasión no permita a China apoderarse de la tecnología. De hecho, en una reciente entrevista a la CNN, el presidente de TSMC, Mark Liu, explicaba que si los soldados entran en sus plantas, se encontrarían máquinas “averiadas” por lo que “nadie puede controlar TSMC, en el momento de una invasión todas las máquinas y las fábricas dejarían de funcionar”.
Respecto a las empresas chinas que ya están entrando con fuerza en el sector destacan los grandes avances de Huawei. Esta empresa, de la mano de SMIC, empezará a crear sus propios chips de última generación para alcanzar la independencia en este sector. Hasta ahora la firma asiática utilizaba modelos, precisamente, de ASML. Este plan ha contado con un importante apoyo del gobierno que sigue dando pasos para “retirar tecnología occidental” y reemplazarla por propia. En ese sentido, no solo han introducido planes para ‘eliminar progresivamente’ los chips de Intel y AMD de los ordenadores chinos, sino que esperan emprender pronto medidas similares en otros ámbitos, como abandonar el sistema operativo Windows y otro software en sus empresas estatales.
Aunque no hay un enfrentamiento diplomático ni económico abierto, ya se están realizando movimientos entre los principales actores del mercado. ASML, a instancias de EEUU, ha comenzado a detener las exportaciones de máquinas chips este mismo año a China. Según Bloomberg, incluso antes de esta prohibición, EEUU habría pedido a ASML que cancele pedidos que ya estaban programados para el gigante asiático. Una serie de medidas que han frenado las ventas de la empresa a China en un 15%.
Sin embargo, a finales del mes pasado, cuando se produjo el relevo al frente de la compañía litográfica, el entonces consejero delegado, Peter Wennink, dijo que el impacto en las cuentas de ASML hasta 2030 sería limitado, ya que solo afectará a unas pocas fábricas chinas.