Con 216,46 Mb/s de descarga, Chile se convirtió en 2022 en el país con la mayor velocidad de conexión en el mundo. En un diálogo exclusivo con Sputnik, Marcelo Rute, de la Subsecretaría de Telecomunicaciones, atribuyó el éxito a la competencia en el mercado y la participación estatal para asegurar la conectividad de todos los chilenos.
El último balance anual del Índice Global Speedtest, que compara la velocidad de conexión de banda ancha fija alrededor del mundo en base a datos mensuales, colocó a Chile como el país con la mayor velocidad de conexión en el mundo.
Los datos arrojados por el estudio, que incluyó datos entre noviembre de 2021 y noviembre de 2022, coronaron a Chile por sus 216,46 megabits por segundo (Mbps), cifra que supera a países como China (214,58 Mbps) y Singapur (214,23 Mbps), los siguientes en el podio.
Los diez primeros lugares se completan con Tailandia en la cuarta posición, seguido de Hong Kong, Estados Unidos, Dinamarca, Emiratos Árabes Unidos, Mónaco y Rumanía, en el décimo lugar. El segundo latinoamericano de la lista es Panamá, que aparece recién en el puesto 24, con una velocidad de 115,38 Mb/s.
Los datos marcan además que Chile va en franco crecimiento. La edición de 2021 del índice encontraba a Chile en el segundo lugar por detrás de Singapur. Además, el país ya había encabezado un podio de velocidad de internet: el del sitio especializado Uswitch, que en marzo de 2022 puso a Chile como el de mayor velocidad entre los países de la OCDE, según recogió el medio Xataka.
En un diálogo exclusivo con Sputnik, el jefe del Fondo de Desarrollo de las Telecomunicaciones de la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel), Marcelo Rute, atribuyó a la competencia en el mercado el elevado nivel de inversión en telecomunicaciones que el país registró en la última década. La cantidad de actores en ese campo favoreció “un mayor despliegue de infraestructura de tecnologías de alta velocidad” como la fibra óptica en todo el territorio, lo que “sin duda eleva los promedios”, valoró el jerarca.
En la actualidad, Chile mantiene una tasa de penetración de internet fijo en hogares de alrededor de 63%. De ese porcentaje, el 63,2% —unos 2,8 millones de hogares— se conecta por fibra óptica, lo que convierte en la principal tecnología de conexión entre los hogares chilenos.
Más de seis conglomerados privados, en su mayoría extranjeros, controlan el mercado de banda ancha fija en Chile. La competencia entre los mismos, se ha traducido en que alrededor de un 83% de las conexiones de banda ancha fija cuentan con velocidades de descarga sobre los 100 Mb/s, según datos de la Subtel.
La española Telefónica (Movistar) lidera el mercado de conexiones de banda ancha fija en Chile con un 28,7% en marzo de 2022, seguido del conglomerado chileno VTR con 28,1%, el Grupo Mundo —de origen argentino y en la actualidad estadounidense—, con 15,1%, el Grupo Claro de México con 10,4%, y los conglomerados chilenos, Grupo GTD con 7,8% y la exempresa estatal —privatizada en 1992—, Entel con 6,7% del mercado, mientras que el 3,1% del mercado es controlado por empresas regionales de menor tamaño.
Más allá de la participación privada, Rute destacó cómo la inversión pública ha sido fundamental para el desarrollo. En ese sentido, apuntó que el Estado “ha tenido un rol activo en generar proyectos subsidiables, a través del Fondo de Desarrollo de las Telecomunicaciones, en aquellas zonas con menos densidad de población o menos atractivas económicamente donde la industria no ha llegado por sí sola”.
Así es que Chile cuenta en la actualidad con el proyecto Fibra Óptica Nacional, compuesto a su vez por los proyectos Fibra Óptica Austral (sur), Fibra Óptica Tarapacá (norte) y Fibra Óptica en Complejos Fronterizos, entre otros.
“Esto nos permitirá dotar de troncales de fibra óptica a lo largo de todo el país, llevando redes de alta velocidad a los distintos puntos de Chile, ampliando la oferta de servicios”, subrayó Rute.
Asegurar la conexión en localidades remotas no es algo menor en el país más largo del mundo, con más de 4.300 kilómetros de longitud. En efecto, Rute consideró que el factor geográfico influye en la forma en que cada país afronta la conectividad y señaló que, en el caso chileno, las características del territorio incentivaron al Estado a desplegar fibra óptica en todo el territorio.
Rute recordó que la OCDE destacó a Chile como “uno de los países que más fibra óptica despliega en el mundo” y “el único país de la región que ha desplegado la tecnología 5G en todo el territorio nacional”.
De todos modos, aún quedan desafíos como “la reducción de las brechas de conectividad”. Para eso, el Gobierno chileno aplica planes financiados por organismos regionales que “permitirán llegar con conectividad a las localidades que, principalmente por razones geográficas, no cuentan con servicios de telecomunicaciones”.
“Cuando hoy hablamos de desigualdades en el país no podemos dejar de considerar el acceso desigual a la conectividad digital que principalmente experimentan las personas que habitan localidades rurales y aisladas”, afirmó.
Según Rute, la concepción de la conectividad como un derecho se aceleró tras la pandemia del COVID-19, que convirtió al acceso a internet en una “herramienta indispensable”. “Hoy podemos plantear que es un derecho básico, el cual entrega soluciones que mejoran la calidad de vida de las personas”, enfatizó.
A partir de esa lectura es que nace el Plan Brecha Digital Cero, un proyecto lanzado por el Gobierno de Gabriel Boric como una “hoja de ruta” para lograr que chilenos de todas las localidades aseguren su conexión a internet. Además de comprender proyectos de infraestructura en regiones alejadas de la capital o “zonas rojas” de las ciudades, el plan podría incluir la creación de una empresa estatal de telecomunicaciones, según está previsto.