Ser una empresa líder en un sector como el tecnológico, está muy lejos de ser una tarea sencilla, y es que esta es una de las áreas que más evolucionan y de una forma más rápida, siendo algo que salió ayer algo obsoleto con lo que saldrá mañana. Por ello no es sencillo mantenerse en la cima, y las pocas empresas que lo hacen tienen que estar constantemente desarrollando y transformándose para satisfacer estas demandas.
Microsoft es una de ellas, de hecho entra dentro del pequeño y selecto grupo de las ‘Big Tech’ que la UE sigue tan de cerca. Y es que la compañía fundada por Bill Gates debe su posición a Windows, posiblemente el sistema operativo para ordenadores más importante del mundo.
Pero el éxito de la compañía tantos años después no reside solo en que sus líderes fueran visionarios o supieran a la perfección que iban a necesitar los usuarios de cara a los saltos tecnológicos que la sociedad ha continuado dando en los últimos 30 años, aunque también. Sino que gran parte de este éxito se debe a los empleados que conformaban esta compañía.
Por ello es crucial para las empresas contraten a los trabajadores que mejor encajan con su filosofía, además de ser los mejores en sus puestos. Para ello, estas ofrecen salarios competitivos o condiciones que salen muy rentables a los empleados, pero como decíamos es crucial encontrar los mejores perfiles disponibles.
Para Steve Ballmer, exCEO de Microsoft, multimillonario y emprendedor, una de las claves para saber si un potencial empleado daba el perfil para los proyectos de la compañía tecnológica era saber si este trabajador iba hacerle ganar o perder dinero a la empresa.
Obviamente no se lo preguntaba como tal, sino que tenía un método que sin darse cuenta los entrevistados revelaban cómo eran realmente y si iban a traer ganancias o pérdidas a la compañía. Como explicó Ballmer durante una entrevista para Bloomberg hace unos años, durante las entrevistas de trabajo, Ballmer les preguntaba si querían jugar a un juego.