Neuralink se enfrenta a varios problemas de control de calidad en las instalaciones de investigación animal. Además, la empresa de Elon Musk está recibiendo numerosas críticas por parte la comunidad médica por su “falta de transparencia”.
Neuralink, la empresa de neurotecnología dirigida por el magnate Elon Musk, estuvo de celebración a finales de enero porque alcanzó un hito histórico en el campo de la medicina y la ingeniería biomédica, debido a que implantó con éxito el primer chip cerebral en un ser humano.
Dicha noticia fue anunciada por el propio empresario en su cuenta de la red social X (antes Twitter), donde afirmó que el receptor del implante se estaba recuperando satisfactoriamente y que los resultados preliminares mostraban una eficaz detección de picos neuronales. Además, para confirmar dichas afirmaciones, Musk dijo en un evento de SpaceX que “el progreso era bueno”.
Con este avance, Neuralink tiene que claro que el chip facilitaría las inserciones quirúrgicas para tratar enfermedades, como la obesidad, el autismo, la depresión y la esquizofrenia. No obstante, el objetivo principal consiste en desarrollar una interfaz cerebro-ordenador que permita controlar dispositivos externos con la mente.
Ante dicha misión, recientemente, Musk anunció en el mismo evento de SpaceX que el paciente ya era capaz de “controlar el ratón mediante el pensamiento”, sin embargo, dicho magnate quiere “obtener tantos clic del ratón como fuera posible”.
Ahora, en mitad de este logro, los inspectores de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) han descubierto unos informes en los que se señala que hubo problemas “con los experimentos con animales que lograron que se aprobara el implante”.
Concretamente, dichos inspectores “informaron de problemas de control de calidad en las instalaciones de investigación animal de Neuralink en California”, teniendo en cuenta que al laboratorio “le faltan registros clave de sus estudios” porque “muestra una falta de atención a los detalles”.
Viendo estos problemas, “Neuralink no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios”, informa el diario Quartz. Asimismo, esta noticia llega en un momento en el que la empresa de Elon Musk está recibiendo numerosas críticas por parte la comunidad médica por su “falta de transparencia”.
Qué es y cómo funciona el chip cerebral de Neuralink
El chip se llama Telepathy, se ha diseñado para leer la actividad cerebral de una persona, puede transmitir órdenes para restaurar funciones cerebrales dañadas y habilita el control de un móvil o un ordenador con el pensamiento.
Respecto a su funcionamiento, un robot inserta quirúrgicamente el chip dentro del cerebro, retira una pequeña porción el cráneo, conecta los electrodos en forma de hilos a regiones específicas, se sutura la caja ósea sin dejar cicatriz y, después, el dispositivo empieza a interpretar las señales cerebrales con el objetivo de transmitir toda la información a los ordenadores mediante la conexión Bluetooth.
Y tras hacer este procedimiento quirúrgico, el implante procede a tratar enfermedades neurológicas y restaurar funciones sensoriales que se hayan ‘perdido’ por alguna lesión, como por ejemplo, una persona con parálisis cerebral podría controlar un brazo robótico con la mente al usar dicho chip.