Este pasado jueves entró en vigor la primera y pionera legislación que busca regular los sistemas de Inteligencia Artificial (IA) que operen en nuestro continente para garantizar la seguridad y los derechos fundamentales de los ciudadanos de la Unión Europa ante los riesgos que plantea esta tecnología.
Fue en diciembre de 2023, cuando el Consejo y el Parlamento Europeo alcanzaron un acuerdo provisional sobre el que es el primer Reglamento de Inteligencia Artificial (IA). Esta ley tiene su origen en la propuesta de la Comisión Europea del 2021 para crear primer marco regulador de la UE para la IA.
La ley se ha creado con dos grandes objetivos. En primer lugar, garantizar que todos los sistemas IA que sean europeos o quieran operar en nuestro territorio sean seguros y respeten los derechos de los ciudadanos.
A su vez, dentro de marco legal se espera estimular la inversión y la innovación, ya que el reglamento debe aplicarse dos años después de su entrada en vigor, permitiendo a las empresas desarrollar IA que cumplan con todos estos requisitos.
Esta ley, al ser pionera, será el referente mundial para regular la IA en otras jurisdicciones, siguiendo el principio de que se regulará la IA en base a sus riesgos, cuanto mayor sea el riesgo, más estrictas serán las normas.
El motivo por el que se ha creado esta normativa es para establecer unos criterios claros sobre la IA, pero curiosamente esta no se aplicará y no afectará a las competencias de los Estados miembros en materia de seguridad nacional. Tampoco se aplicará a los sistemas utilizados exclusivamente con fines militares, de defensa, investigación e innovación.
Entre los aspectos más destacados de este acuerdo, están los criterios comunes establecidos para para determinar cuándo los sistemas de IA pueden causar daños a la sociedad. De esta manera desde la UE pueden imponer requisitos y medidas a los sistemas considerados como peligrosos para que puedan entrar en el mercado europeo y si los riesgos son inaceptables, quedará terminantemente prohibida su entrada.
Por último, los modelos que pueden desarrollar diferentes tareas (generación de vídeo, texto, imágenes), deberán cumplir obligaciones más específicas en materia de transparencia. Todo esta supervisión y control pasará por la también nueva Oficina de la IA en la Comisión.