El conflicto en Ucrania ha supuesto el fin de muchos negocios, pero también la aparición de nuevos. Muchos han puesto el foco en los sectores relacionados con los enfrentamientos, que no solo implican las armas de fuego o nucleares, ya que, actualmente, la guerra se puede hacer de muchas formas. Es el caso de una empresa británica que ha vendido a Rusia productos electrónicos por valor de 1.200 millones de dólares.
Su nombre es Mykines Corporation y tiene domicilio en una casa adosada en el distrito de Enfield, al norte de Londres. Esta información ha puesto en evidencia la ineficacia de la normativa de Reino Unido para restringir las transacciones de Rusia en Occidente, sobre todo en cuanto a la limitación de tecnología para fines militares.
Los datos obtenidos por Financial Times obtenidos a través de Maxim Mironov, profesor del IE Business School de Madrid, reflejan que los bienes adquiridos por Rusia han sido semiconductores, ordenadores portátiles, componentes informáticos, equipos de redes de telecomunicaciones y productos electrónicos de consumo. Todos ellos de marcas como Apple, Huawei, Intel o Samsung, entre otras.
Así, los tres productos tecnológicos en los que los rusos destinaron más dinero fueron teléfonos móviles por 568 millones de dólares, mayoritariamente dispositivos de Apple y Samsung; le siguen los ordenadores portátiles, por 229 millones de dólares; otros tipos de ordenadores, por 113 millones de dólares.
En los ejercicios anteriores, Mykines traspasó sus ganancias directamente a dos sociedades registradas en las Islas Vírgenes Británicas, según informa Financial Times. Además, el domicilio londinense pertenece a un servicio fiduciario de Chipre, cuyo propietario creó una empresa bajo el nombre Russian Trading Company Ltd. Toda la información que ha encontrado el medio económico detrás de esta sociedad revela un entramado en el que se han registrado varios propietarios, que no quieren hacer declaraciones públicas.
Desde el gobierno británico han comunicado: “Todas las empresas registradas en el Reino Unido están obligadas por ley a cumplir con el régimen de sanciones de Rusia. Nos tomamos muy en serio las posibles infracciones, pero no discutimos los detalles de cómo hacemos cumplir las sanciones comerciales para casos específicos”.