Cuando nos hablan de aplicaciones de mensajería instantánea solemos pensar en WhatsApp, Telegram o quizás en Messenger. Y, aunque estas son algunas de las soluciones más conocidas, también hay otras que, pese a no tener una enorme cantidad de usuarios en nuestro mercado, son de lo más interesantes. Line es uno de los ejemplos más notables. Volvamos a sus orígenes e intentemos ver en qué situación se encuentra hoy.
Algunas aplicaciones se hacen realidad después de superar largos procesos de análisis de mercado, planificación, desarrollo, pruebas y despliegue, los cuales suelen durar meses e incluso años. Otras aparecen en escena de manera casi espontánea y, por si eso fuera poco, se desarrollan a contrarreloj para suplir una necesidad específica. La historia de la aplicación de mensajería asiática encaja a la perfección con el segundo ejemplo.
Los orígenes de Line se remontan a 2010, cuando una compañía llamada Naver Japan, que era subsidiaria del conglomerado surcoreano Naver Corporation, decidió consolidar su presencia en Japón, mercado en el que se encontraba desde hace tiempo con un buscador, pero que no había alcanzado la proyección comercial esperaba. La estrategia para cambiar ese escenario giraba en el lanzamiento de dos aplicaciones móviles.
En primer lugar, lanzarían un cliente de un servicio de almacenamiento de fotos y en segundo lugar una app de mensajería instantánea. Con esta hoja de ruta definida, según recoge Toyo Keizai, los ingenieros de Naver Japan se pusieron manos a la obra. En marzo de 2011, un evento catastrófico cambió radicalmente los planes de la empresa. El terremoto y tsunami de aquel año dejó a millones de personas sin luz.
Además, los servicios de comunicación como las llamadas y mensajes de texto empezaron a dar fallos. Sin embargo, las redes WiFi y las comunicaciones 3G seguían funcionando en algunas regiones. Ante esta realidad, muchos japoneses se volcaron a KakaoTalk, una sencilla app de mensajería que estaba dando sus primeros pasos en el país. El giro de Naver Japan fue dramático: lanzarían primero su app de mensajería.
En occidente, WhatsApp estaba experimentando un ascenso meteórico. Había sido lanzada hace dos años y, si bien había tenido unos inicios bastante descafeinados, ya se encontraba entre las 20 mejoras aplicaciones móviles de Estados Unidos, según Forbes. Todo esto, cabe señalar, antes de que fuera adquirida por Facebook (ahora Meta) por 19.000 millones de dólares.
Volviendo a Japón, el equipo de Naver tenía un gran problema. Había destinado gran parte de sus recursos a desarrollar una aplicación de fotos que finalmente no vería la luz. Ahora los ejecutivos pedían con urgencia el lanzamiento de la app de mensajería. Entonces, como cuenta Ayumi Inagaki, una de las encargadas del proyecto, empezaron a desarrollar Line a toda máquina a finales abril de 2011.
Después de largas sesiones de trabajo, donde todo el equipo de la compañía trabajaba en un piso, Line fue lanzada al mercado en junio de ese mismo año, es decir, unos dos meses después de iniciado el desarrollo a gran escala. Se trataba de una aplicación gratuita y liviana que serviría únicamente para enviar y recibir mensajes. Dos meses más tarde, sin embargo, añadirían una función que KakaoTalk no tenía: las llamadas de voz.
La cantidad de usuarios de Line fue creciendo rápidamente, incluso cuando los devastadores efectos del terremoto y tsunami comenzaban a quedar atrás. Naver Japan no dudó en montar una gran campaña de marketing para impulsar aún más la penetración en el mercado de su nuevo, y en parte inesperado, producto estrella y, poco a poco, fue agregándole nuevas funciones, como un feed social y una función de historias al mejor estilo de Instagram.