En el terreno de los relojes inteligentes, hay dos bandos claros. Frente al mundo smartwatch lleno de funciones que ponen al reloj a la altura de un smartphone, tenemos a las smartbands de mucha autonomía y enfocadas en el monitoreo activo de la salud. Sin embargo, ambos adolecen de elementos importantes, como la autonomía en el segmento premium y el poder de proceso e inteligencia en una valla menor de precios. Amazfit parece haber encontrado un punto intermedio eficiente, el GTR 4 busca revalidar ese principio. ¿Vale la pena ir por el Amazfit GTRR 4? Esta es la opinión de NIUSGEEK.
Punto alto en diseño. Nada más al sacar al GTR 4 de la caja, te das cuenta de que no es un reloj más dentro del lote “smartband”. El bajo perfil curvo del borde y el delgado marco mate resaltan la pantalla de 1,46 pulgadas sin romper la continuidad, y mejorando lo que vimos ya en el GTR 3 Pro que revisamos.
En este caso, Amazfit apuesta por los acentos rojos en los botones, incorporándolos al concepto general del equipo en combinación con la cómoda correa de nylon que vino en mi unidad de prueba. A diferencia de las correas de silicona, este sistema no dañó mi piel durante las tres semanas de uso.
La parte trasera se rediseña de manera agresiva para alojar el nuevo sistema de sensores BioTracker 4 y los pines de carga magnética que, por alguna razón, ya no es compatible con la versión GTR 2 por escasos milímetros para el contacto eficiente.
Una pantalla que mejora. Frente al GTR 3 Pro, este GTR 4 añade una capa adicional para evitar que la grasa de los dedos se acumule, exhibiendo un frontal más limpio y brillante. En este caso, la calibración para el brillo automático es superior al modelo del año pasado y su velocidad de respuesta es sobresaliente.
Usé este reloj durante mi viaje al Snapdragon Summit con un sol esplendoroso que, pese a eso, no opacaba la capacidad del GTR 4 para mostrar con claridad los detalles de la pantalla. Lo bueno es que también se incluye la capacidad de programar este sistema automático de activación durante las horas de sueño. Además, la respuesta táctil es fabulosa.
Zepp OS más democrático. Al pasar del Xiaomi 12T al Moto Edge 30 Ultra, Zepp OS me permitió sincronizar la data del reloj solo desactivando el bluetooth en el primero y emparejando desde el segundo. Simple, sin ataduras ni restauraciones de datos que alarguen el reinicio. Hasta ahora, es el único que me deja saltar con libertad entre teléfonos.
Además, hablamos de una nueva versión de Zepp OS que, si bien no logra llegar al GTR 2 y modelos previos, potencia a la últime generación de equipos en temas de accesibilidad, distribución de apartados, velocidad de ejecución, reconocimiento de actividades., conectividad y gestiones generales.
Para empezar, la pestaña de accesos rápidos cambia para añadir más opciones dentro de este apartado, y administrar las funciones sin necesidad de entrar en el menú del reloj. Se siente un software más maduro y ordenado, con accesos a funciones que el usuario requiere, aunque a veces se abusa de la omnipresencia de PAI, el sistema de puntos en base a nuestra actividad física.
Ya con Zepp App, la aplicación para el smartphone, el uso del equipo permite exportar la data a servicios como Google Fit. Con eso, tenemos la posibilidad de migrar nuestra información sin importar el dispositivo que usemos. Frente a las versiones previas, Zepp luce más ordenada, minimalista y con mayor impacto visual en métricas. Lo malo es que la disponibilidad de carátulas gratuitas en esta versión baja considerablemente, frente a modelos previos. Hay espacio para reducir opciones, como la métrica del apartado Salud que puede integrarse en otros menús, pero estamos ante una interfaz más pulida.