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Política

Juliana Oxenford: “Es un discurso contra el quehacer periodístico y eso no es democracia”

La periodista y expresentadora del programa de señal abierta ‘Al Estilo Juliana’ asegura que la gente no sale a la calle a protestar contra en Gobierno por temor a que los maten.

Sin pelos en la lengua. Oxenford denuncia la impunidad en la que vive el Perú desde el Gobierno y el Congreso. Foto: difusión

La República conversó con la periodista de señal abierta Juliana Oxenford acerca de su repentina salida de la televisión, sus impresiones sobre el hostigamiento recibido a través de redes sociales y cómo ve a la libertad de prensa en el Perú a partir de lo vivido en carne propia.

-Conversábamos antes y decías que estás triste ante esta situación, no solamente por ti, sino por la libertad de prensa y el periodismo del país.

-Sí, ahorita soy la cara visible de lo que está pasando con la libertad de prensa. Por los años en televisión, siete en prime time y en señal abierta, y coincide con el maltrato a la libertad de prensa y a esas voces que, gusten o no, no pueden ser silenciadas de una manera tan burda como lo están haciendo. Y ni siquiera lo hace directamente el Gobierno, sino los socios políticos que son los integrantes de este Congreso nefasto que juegan en pared con una exfiscal de la Nación y con un Tribunal Constitucional alineado absolutamente a los intereses de un Congreso que no se representa ni a sí mismo y que busca bajarse a la Junta Nacional de  Justicia para seguir sumando, acopiando, reuniendo poder y de paso, claro, me bajo a todo aquel que tenga una voz capaz de decir “no estamos en el país de las maravillas, Dina”, que se hace llamar en un documental del canal 7 como la Dama del Cao, y todo eso, pues, jode, ¿no? Y bueno, periodista que no jode no es periodista.

-Hablas muy frontalmente acerca del rol del presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola, y del Congreso. Para ti, ¿quiénes son los que cortan el jamón en el país?

-Lo que pasa es que no están todos alineados. De pronto hay algunos que se salen. Yo no creo que una Susel Paredes, una Flor Pablo, una Ruth Luque ni siquiera una Norma Yarrow se presten a jugadas tan subterráneas como las que estamos viendo, ¿no? Aquí es: hay que amarrarnos, hay que entornillarnos en el poder y hay que subsistir en este continuismo vil y cruel que nos tiene donde nos tiene como país. No les importa nada, son capaces de todo.

-¿Qué queda por hacer?

-Qué se puede hacer, pregunto yo. Si la gente no sale a la calle, no es por cobardía; la gente no sale a la calle por miedo, por miedo a que te maten. Tienen 50 muertos en la espalda y ni siquiera piden perdón. El que era el ministro de Defensa cuando se empezaron a suscitar las primeras manifestaciones contra este Gobierno era Alberto Otárola. Lejos de mandarlo al banquillo de los acusados o, por lo menos, de los investigados, lo premiaron dándole la presidencia del Consejo de Ministros. Esta es la impunidad absoluta, burda.

-Cerrón no aparece.

-¡Vladimir Cerrón tuitea! ¿No pueden hacer un trabajo de su localización? ¿De quién depende? ¿La Policía? ¿Y la Policía? Del Ministerio Interior. ¿El Ministerio Interior a qué gabinete pertenece? ¿Quién dirige el gabinete? (Está) el señor que corta el jamón. Entonces, son todos parte de la misma mugre. No vengan a decirnos que Keiko odia a Cerrón, que Renovación Popular no se pone de acuerdo con Avanza País. ¿A quién llevó Avanza País? ¿A Cavero, a Tudela, a Patricia Chirinos que se entera 24 horas antes que van a allanar su casa, su despacho y que hay una orden de detención? Qué suerte, ¿no? A los otros les cae la Fiscalía y la policía de frente. Esa es la gente que llevó Avanza País. ¿Dónde está Hernando de Soto haciendo mea culpa? ¿Dónde está? Keiko Fujimori está capitalizando esto para volver a postular.

-¿Solo Keiko Fujimori? Vemos que está creciendo también Antauro Humala.

-Y eso es lo que más preocupa, porque estamos hablando de un asesino de policías. Estamos hablando de un hombre que claramente no está bien de la cabeza. Y si Antauro Humala postula con Keiko Fujimori en 2024, si se adelantan las elecciones, en 2025, en 2026, que sería cuando correspondiese,  Antauro le gana a Keiko. Te lo aseguro, porque el antifujimorismo sigue siendo más fuerte que el fujimorismo. Y eso es algo que Keiko y compañía no quieren entender, no se dan cuenta. ¡Basta! ¿No aman al país?

-Bueno, el país no la ama a ella.

-Busquen, por último, un candidato que pueda desmarcarse de la dictadura, de la dictadura que secuestró periodistas, de la dictadura que compró conciencias, de la dictadura que mató a un niño de 8 años en Barrios Altos, de la dictadura que le rompió la mano a todo aquel que pasó por el Pentagonito y se sentó con el socio de Fujimori y que juntos crearon un grupo paramilitar clandestino para salir a matar: Colina. Y a mí no me lo han contado. Yo fui la primera periodista que entrevistó a un exintegrante de Colina en Sarita Colonia. Efectivamente, yo estaba en el colegio cuando Fujimori estaba como presidente en su segundo gobierno. Pero cuando empecé a reportear, estuve en Cieneguilla, cuando aparecían los cadáveres de los alumnos de La Cantuta. Y conversé con gente que formó parte de ese gobierno miserable.

 Argucia. Keiko Fujimori se negó a aceptar la victoria de Castillo con el argumento del fraude. Foto: difusión

Argucia. Keiko Fujimori se negó a aceptar la victoria de Castillo con el argumento del fraude. Foto: difusión

-Tú fuiste una de las pocas periodistas en señal abierta que no se alinearon al discurso de fraude. Dos años después, podemos ver que el discurso de fraude sigue teniendo repercusiones.

-Sí, claro, claro, no solamente el discurso de fraude, el discurso contra mi quehacer periodístico porque presentaba las dos opciones, no qué puso el periodista, sino a quién puso el pueblo. Y eso es democracia, te guste o no. Y tú muestras las opciones y muestras las dos propuestas electorales que hay. El castillista, ahí está la “burra”, ahí está la chotana. En Willax, con posproducción, me ponían el sombrero, me ponían el polo del lápiz. En mi propio canal me insultaban diciéndome comunista, talibana. ¿Por qué? ¿Por no sumarme a un fraude? ¿Hubo fraude? ¡Ojalá que hubiese habido fraude! Ojalá porque nos hubiéramos ido a nuevas elecciones y de pronto hubiésemos tenido dos candidatos medianamente presentables. No dos postulantes nefastos como los que tuvimos. Yo lo dije desde el día uno: a mí ninguno de estos dos me da confianza. A una la conocemos de sobra. Ya le han levantado la alfombra varias veces. Al otro se le conoce como el profesorcito que aparecía en la marcha magisterial en 2017 y que es el peón de un condenado por corrupción. Porque una cosa es ser de izquierda y otra cosa es ser comunista. Y ganó Pedro Castillo. Sí, qué pena, terrible. La gente lo quiso así, y el voto no se respeta. Ahí están los de provincia votando por ese maestro ignorante, ese cholo. ¿Y qué? ¿El voto de Páucar del Sara Sara vale menos que el de San Isidro? ¿El voto de La Unión vale menos que el de Barranco? Dígame si es así. Porque ahí estamos hablando de una dictadura hecha y derecha.

-Dentro del discurso que apela al fraude, finalmente, en el telón de fondo se ve un pisoteo constante a la institucionalidad por todos lados.

-Ya asqueroso, es nauseabundo. O sea, el Congreso, dentro de los tres poderes del Estado, es el que tiene la pelota siempre para meter el gol, o para no meterlo, o para hacer un autogol. Pero encima del poder que ya tiene, porque puede presentar y aprobar denuncias constitucionales, puede cortarles la cabeza a los ministros, puede solicitar vacancias presidenciales, tiene más poder que el Ejecutivo y que el Judicial, pero también quiere el aparato jurídico. En el Tribunal Constitucional tiene a todos los amiguitos. La Defensoría del Pueblo, que era una institución que, bien o mal, mantenía cierta decencia e inspiraba un ápice de confianza a la población, que ya se enfrentaba a un país donde la palabra institución suena a utopía. ¿A quién tiene allí? Al examigo de Humala, el izquierdista, el zurdo, el rojo, el terruco, pero que a la derecha le viene muy bien. A Patricia Benavides la quieren regresar cuanto antes o tener a alguien con el mismo perfil, porque es la única manera de que los congresistas investigados puedan mantenerse bajo la sombra de la impunidad y no terminar en prisión. Por eso es por lo que canjeaban los votos a favor de los caprichos de Patricia Benavides.

-Haces un símil, creo que bastante válido, entre lo que pasaba en los noventa y lo que pasa hoy por hoy, claro que con diferencias históricas naturales.

-Troles, haters de 200 soles.

-¿En señal abierta?

-No lo sé, lo que hay es operadores políticos. Eso hay, gente que es amiga de los políticos y un periodista no puede ser amigo de los políticos. Y están los que hacen periodismo político, que es más escandaloso todavía, y están los que hacen entretenimiento o cualquier otra cosa que tenga que ver con una cámara de frente, que están defendiendo a su clan.

-Desde las últimas elecciones entre Pedro Castillo y Keiko Fujimori, hasta ahora, aparecieron con fuerza dos palabras: fraude y terrorismo. De la primera ya hablamos, pero la segunda, este fantasma del terrorismo que duele mucho y que se usa sin asco y sin respeto a una población que sigue llorando por sus víctimas.

-Te recuerdo, te recuerdo, te recuerdo sobre este grupo genocida −porque se refieren básicamente a Sendero Luminoso, más que al MRTA− que vino, que violó a tus mujeres, que mató a tus hijos, que metió bombas. Al peor genocida de la historia del país, Abimael Guzmán, te lo recuerdo todos los días. Y a los que piensan diferente a mí les digo también terroristas para que los odies con la misma vehemencia con la que obviamente tienes que odiar a un enfermo como Abimael Guzmán. Por lo que queda de su recuerdo y el pensamiento que sigue creciendo y que −desgraciadamente− se va a extender más si seguimos como estamos, donde no hay presencia de Estado, donde seguimos pensando que Lima es el Perú y donde se cree que la gente es imbécil, que te puedes hacer del poder, como sea, pisotear la institucionalidad, vomitar encima de una Constitución política y, perdón por la expresión, c…garte en un Estado de derecho. Eso es lo que están haciendo.

 Tras muertos. Otárola pasó de ministro de Defensa a premier. Foto: difusión

Tras muertos. Otárola pasó de ministro de Defensa a premier. Foto: difusión

-¿Cómo luchar contra ese cáncer que aplasta y que termina generando un hostigamiento sistemático? La idea es acabar con el periodista.

-La idea es aniquilar y quedarte con un par de vocecitas tibias que, de vez en cuando, aparezcan empoderaditas, envalentonadas, pero solamente para el show, pues. Porque después ya las llamas y las bajas para la próxima. Ya está todo conversadito. Y tenemos que trabajar y comer, y nos están quitando nuestra fuente de trabajo. Yo no protesto porque no me han renovado el contrato.

-¿Qué les dices a aquellos y aquellas que continúan en señal abierta tratando de hacer periodismo independiente?

-Es que yo no les puedo decir nada, porque el periodismo está en el ADN de cada uno. El periodismo son principios, el periodismo son valores, es ética, es moral. Yo no le puedo recomendar nada a nadie, porque cada uno construye su carrera de la mejor manera.

“Tenemos derecho a protestar y nos quieren silenciar”

-Además del terrorismo, voces gubernamentales buscan manipular lo que sucedió en las protestas contra Dina Boluarte. 

-Y (dicen) que los mataron por legítima defensa, cuando hemos visto videos hasta el cansancio. Yo he tenido los certificados. En exclusiva, hemos mostrado las necropsias, las balas coincidían con las armas que utilizaban los militares y los policías. Balas directamente al cuerpo. Dispararon a matar. Y las historias: un chico que salió de la universidad, un médico que se agachó para ayudar a un herido. Eso te convierte en terrorista. ¿Desde cuándo protestar ha dejado de ser un derecho constitucional? No estoy de acuerdo con quemar llantas, bloquear carreteras, atentar contra el libre tránsito, quemar las puertas de un local comercial. De ninguna manera. Pero sí con protestar y decir ‘esto me representa o esto no me representa’. Y nos quieren silenciar.

-Tú te vas ahora de la señal abierta temporalmente.

-Creo que será eternamente. Me da mucha pena porque es un poco mi hábitat. Mi especie está en la televisión. Una especie donde soy el patito feo.

-En la historia reciente crearon varios patitos feos. Recordamos a César Hildebrandt, a Rosa María Palacios, que fueron sacados por el poder de turno a dedo.

-A mí me parece increíble que me esté pasando lo mismo. Siempre los he visto tan lejanos a nivel profesional por la experiencia que tienen y que a mí, a esta edad, me esté pasando eso. Si tener ovarios, me ha convertido en la desempleada que soy ahora mismo…

-La función social del periodismo es servir con la verdad a los ciudadanos. ¿Qué les dirías?

-Que sean muy precavidos, cuidadosos, que se quieran mucho, a tal punto de tener muy buen olfato para optar qué medio leen, escuchan y siguen. Porque las redes sociales lo aguantan todo, porque ahora mismo la televisión abierta tiene una consigna clarísima de alinear las voces, porque está muriendo parte de una prensa que, en momentos tan duros, con más razón, tendría que subsistir. Y necesitamos ciudadanos con criterio, porque la única manera de sacar adelante el país es a través de la verdad. Quienes creen en la democracia y quienes creen en un país más justo deberían apostar por eso.

-¿Algún deseo que tengas en estas fiestas?

-Deseo que estos días que nos quedan del 2023 nos empoderen como ciudadanos. Y que arranquemos el próximo año desgastados, cansados, como estamos efectivamente, pero todavía con ganas de que el corazón siga latiendo por el Perú. Gracias por la entrevista.

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