Los precios acumulan un ascenso cercano al 18% en tres años que ha erosionado la popularidad de Joe Biden
Estados Unidos entra en año electoral con la inflación en el 3,4%. La subida de los precios se frenó en 2023, pero sigue siendo el principal lastre del balance económico de la presidencia de Joe Biden, que aspira a la reelección en noviembre. La inflación, con repuntes como el de diciembre, está bajando poco a poco, pero los precios no y los estadounidenses se dan cuenta de ello cuando van a hacer la compra o reciben las facturas. Aunque desde el punto de vista macroeconómico, la Reserva Federal está cerca de lograr la hazaña del aterrizaje suave, controlar la inflación sin provocar una recesión, en el ánimo de los ciudadanos las sensaciones son negativas.
Los precios subieron un 0,3% en noviembre, lo que deja la inflación interanual a cierre de año en el 3,4%, frente al 7% de 2021 y el 6,7% de 2022. Viendo el vaso medio lleno, la inflación ha bajado a la mitad en un año, mientras que la tasa de paro se ha mantenido por debajo del 4%. Viéndolo medio vacío, los precios han subido un 18% en los tres primeros años de Joe Biden en la Casa Blanca. Los estadounidenses ven el vaso (o el bolsillo) medio vacío.
La inflación, de hecho, ha repuntado tres décimas en diciembre, desde el 3,1% de noviembre, y muestra su resistencia a acercarse al objetivo de estabilidad, fijado por la autoridad monetaria en el 2%. La buena noticia, aunque discreta, llega por el lado de la inflación subyacente, que se reduce una décima, hasta el 3,9% interanual.
Durante 2023 se ha abaratado la energía (-2%), pero ha seguido subiendo la comida (2,7%) y los servicios. Los alquileres, el transporte, las bebidas alcohólicas, la televisión por cable, los talleres de coches y los seguros están entre los bienes y servicios que se encarecen con fuerza.
El dato de inflación llega en un momento en que la Reserva Federal trata de confirmar que ya ha subido los tipos de interés todo lo que necesitaba para evitar el descontrol de los precios. La idea de su presidente, Jerome Powell, es que ya ha llegado al destino, pero que está dispuesto a ir más allá si resulta que la inflación vuelve a repuntar.
El debate se ha trasladado ahora al momento en que el banco central estadounidense comenzará a bajar el precio del dinero. En la última reunión del comité de política monetaria, sus componentes anticipaban una rebaja de los tipos de interés de 0,75 puntos porcentuales durante el conjunto de este año, aunque en todo momento se han negado a concretar cuál será el ritmo. Las actas de la reunión tampoco arrojaron luz sobre la cuestión, sino que confirmaron el mensaje que había trasladado Powell en su rueda de prensa: dependerá de los datos. El conocido ahora aleja cualquier posibilidad de una rebaja inmediata de los tipos.
Estados Unidos entra en el año electoral con una economía que ha resistido mucho mejor de lo esperado. Ha esquivado la recesión que se profetizaba y sigue creando empleo a buen ritmo pese al endurecimiento de las condiciones financieras. Despidió 2023 con una tasa de paro del 3,7%, históricamente baja. Las previsiones de la Reserva Federal apunten a que apenas sobrepase ligeramente el 4% durante este año.