En marzo de este 2024, el alcalde de Lima indicó que el proyecto demandará una inversión de S/5.000 millones y que se ejecutará durante los próximos 3 años. “Donde hay semáforo, se ponen puentes”, dijo López Aliaga durante la inauguración de una obra pública en San Juan de Lurigancho. “Hay tecnologías felizmente en el mundo donde uno compra los puentes. Los puentes están prehechos, no se interrumpe el tráfico. Solo se va con grúa de noche y se coloca los materiales en las zonas de los puentes. Es lo que estamos trabajando a mil por hora”, declaró.
¿Dónde se ubicarán los viaductos anunciados por Rafael López Aliaga?
- Av. Huaylas, Chorrillos: 8 puentes vehiculares.
- Av. Pista Nueva, San Juan de Miraflores: 5 puentes vehiculares.
- Av. Nicolás Ayllón: 5 puentes vehiculares.
- Av. Javier Prado: 2 puentes vehiculares.
- Av. Tomás Valle: 6 puentes vehiculares.
- Av. Túpac Amaru: 6 puentes vehiculares.
- Av. La Marina: 4 puentes vehiculares.
- Av. Próceres de la Independencia: 15 puentes vehiculares.
Especialistas cuestionan el proyecto vial de la Municipalidad de Lima
Mariana Alegre, abogada y directora ejecutiva de Lima Cómo Vamos, especialista en movilidad urbana sostenible, señala que la propuesta de instalar 60 viaductos complementarios en distintos distritos de Lima resulta inviable y absurda. Argumenta que la solución al tráfico vehicular debe ajustarse a las dinámicas específicas de cada área. Por esta razón, considera necesario realizar estudios que determinen si estos puentes vehiculares constituyen la mejor opción en los sitios propuestos para su instalación.
“No solo no es viable, sino totalmente absurda porque, primero, las soluciones viales no pueden desvincularse de las políticas de transporte y, además, en este escenario, las soluciones son específicas a las problemáticas de las zonas a atender. Entonces, no se puede hacer 60 soluciones iguales para resolver 60 intersecciones porque cada una de estas tienen una problemática distinta”, explicó a La República.
“Hay todo un problema en relación al criterio de proporcionalidad de la medida. Cuando uno va a atender una problemática de transporte en la ciudad, se tienen que hacer estudios que determinen los problemas y se debe plantear una serie de soluciones que van desde las menos invasivas y menos costosas. En función de estos criterios, se tienen que determinar cuál es la solución apropiada”, declaró.
Además, destaca que la instalación de los viaductos beneficia exclusivamente a los vehículos particulares y no al transporte público urbano. Esta situación provocará cuellos de botella en cada punto de desembocadura, lo que, irónicamente, resultará en el incremento del tráfico vehicular, precisamente lo que se busca evitar.
“Hay que entender que la vía es integral. Resuelves una esquina, desvías gente, pero luego tienes que hacía el otro lado el flujo continúa. No sirve colocar un carril si luego llegas a un cuello de botella. Además, va a generar una enorme depreciación del suelo urbano de las zonas de los alrededores, generar más tráfico, más congestión y contaminación”, comentó.
Luis Quispe Candía, director de la ONG Luz Ámbar, tiene una perspectiva similar. El especialista sostiene que la Municipalidad de Lima debería enfocarse en la integración del sistema de transporte para solucionar el tráfico vehicular de la ciudad.
“La causa principal de la congestión vehicular en la ciudad es, en primer lugar, la carencia de un sistema integral de transporte porque, al no haber un transporte rápido para la población, hace que se retrase el viaje. No hay un sistema. Simplemente tenemos a 24 mil ómnibus, combis y custers que realizan 18 millones de viajes al día. Apenas 1 millón son realizados por el tren, el metropolitano y los corredores complementarios”, indicó.
“Estos puentes que se pretenden construir podrían ser una medida paliativa para solucionar las congestiones. Serán pasos a desnivel, sin interferir la vía principal y ganando espacios para la población, para áreas verdes o de recreación”, añadió.
Por su parte, Augusto Ortiz de Zevallos, arquitecto de la UNI y urbanista, señala que los viaductos complementarios podrían ser de utilidad para los Juegos Panamericanos 2027, puesto que podrían aliviar el tráfico vehicular hacia los complejos deportivos de Lima. No obstante, considera que su ejecución debería establecerse desde una mirada holística al problema de la congestión, con especial énfasis al transporte público.
“Entre los errores que se han cometido en viabilidad ha sido que se ha pensado únicamente en el tráfico mismo y se ha ido maltratando la ciudad, en varios sitios como Plaza Norte, Habich, etc. La manera de hacer viabilidad, en la que no se atiende el escenario de la ciudad, puede generar barreras o conflictos”, manifestó.
“Hoy el Banco Mundial dice que el transporte debe beneficiar al desarrollo y que tienen efectos valiosos en la generación de oportunidades y la calidad de vida. El efecto social y la movilidad es lo que interesa, no solo el agregar más carriles. La ciudad va a seguir creciendo y a veces un viaducto puede arrimar el problema, pero no es capaz de cambiar (el panorama) positivamente”, concluyó el especialista.