La lucha contra el cambio climático ha sido, es y será una de las grandes prioridades de la Unión Europea, pase el tiempo que pase. Es un tema que se hereda de legislatura en legislatura y que estará en primera línea también en la campaña de las elecciones del próximo 9 de junio. Pero no de la misma manera: el Pacto Verde fue uno de los caballos de batalla de Bruselas en 2019 y ahora si la nueva Comisión Europea quiere que lo siga siendo tendrá que repensarlo, porque habrá un equilibrio complicado entre lucha climática, industria e inversiones en Defensa. Además, el eje izquierda-derecha estará muy marcado en lo que se refiere al clima. Pese a todo, el último lustro ha sido productivo para la Unión en esta política.
El abanico ha sido amplio y también divisivo, como se vio con la ley de Restauración de la naturaleza, que busca proteger la biodiversidad de la UE, para corregir su “alarmante declive”, según la advertencia de la Comisión Europea, en vista de que “más del 80% “de los hábitats europeos están en malas condiciones de conservación o que “más del 70%” de los suelos están en “condiciones de insalubridad”, lo que produce una “pérdida de productividad agrícola por un valor de 1.250 millones al año”. Se aprobó después de eternos debates y votaciones muy ajustadas, y todavía genera dudas entre los Estados miembros.
Para detener esta tendencia, la Comisión propone en esta ley obligaciones jurídicas a los Estados miembros para proteger la biodiversidad. Así, tendrán que desarrollar Planes de Restauración Nacional para, en conjunto, restaurar “al menos el 20%” del territorio europeo para 2030 y de todos los que necesiten restauración para 2050. Si la norma se promulga, los gobiernos europeos tendrán también que crear leyes que protejan todos los hábitats, no solo aquellos que queden dentro de la Red Natura 2000. Con todo, la norma se ha convertido en una de las más divisivas de la legislatura en la UE y es, a la vez, una buena muestra de lo que puede pasar en la próxima legislatura.
Si hay algún asunto altamente ideologizado ese es el clima, y se verá en las votaciones, con un eje izquierda-derecha muy claro y un PPE intentando ser más pragmático con el tema, acercándose incluso en ocasiones a los postulados de la derecha radical. Así, aunque su líder Manfred Weber reconoció en una entrevista a 20minutos que impulsar la Defensa europea y luchar contra el cambio climático “son objetivos compatibles” lo cierto es que el equilibrio es complejo. No se ve en términos generales, pero sí se podrá vislumbrar cuando se pase a lo concreto.
Los Verdes de hecho comparten ese diagnóstico pero piden claridad a los populares. “El Pacto Verde por ejemplo da seguridad e independencia a la UE respecto a gente como Putin. Porque, al fin y al cabo, si dependemos completamente de las importaciones de energía, la capacidad de defendernos, si Vladimir Putin decide extender aún más su imperialismo agresivo, sería mucho menor. Nos hemos puesto en una situación en la que podríamos sentirnos chantajeados”, resumió también en una entrevista en este medio la líder ecologista en el Parlamento Europeo, Terry Reintke.
“Creo que esto es algo de lo que tenemos que aprender, y para ello necesitamos el Pacto Verde. Pero también creo que en este mundo cambiante, con la situación de seguridad que se ha convertido, y odio decirlo, ya sabes, me gustaría que no fuera cierto. Pero es una realidad que los retos de seguridad a los que se enfrenta Europa han aumentado en los últimos cinco años”, concluyó. Además. celebró los pasos dados en el último lustro.
Entre ellos está por ejemplo la ley de Clima, cerrada en 2021. Con ella se elevó el objetivo de reducción de las emisiones para 2030 del 40% hasta al menos el 55%. Con los nuevos sumideros de carbono puede llegar al 57%, matizaron entonces además desde el Parlamento. En este tiempo también se ha dado el visto bueno a la reforma del régimen de comercio de derechos de emisión, con la que las emisiones de GEI en los sectores pertinentes deberán reducirse, a más tardar en 2030, en un 62% en comparación con los niveles de 2005.
“Durante esta legislatura, la UE ha convertido en ley sus objetivos climáticos y ha aprobado una red de normas que transformaran nuestra energía, industria, movilidad y edificios. Al mismo tiempo, los dos mayores eventos durante este mandato, la pandemia y la invasión de Ucrania, no han hecho más que acelerar esta agenda, movilizando fondos europeos con el Next Generation EU y convirtiendo la transición ecológica en una necesidad geopolítica”, resumió por su parte el eurodiputado del PSOE Javi López, que ha celebrado “el amplio consenso” que se ha dado en la Eurocámara sobre la agenda verde; una unidad que espera que se mantenga en los próximos años.