Según la última medición, en las elecciones subnacionales del próximo 7 de marzo el oficialismo perdería en las principales ciudades del país. Pero el expresidente Evo Morales recordó que las mismas encuestadoras vaticinaban la derrota del MAS en las elecciones de octubre de 2020.
Faltan tres semanas para que el pueblo boliviano regrese a las urnas. Más de seis millones de bolivianos y bolivianas tendrán que elegir entre gobernadores, asambleístas, autoridades regionales, alcaldes y concejales en los nueve departamentos del país, pero aún no está definido el resultado en la mayoría de ciudades y departamentos.
La última encuesta, publicada el 12 de febrero pasado por Ciesmori, indica que el Movimiento Al Socialismo (MAS) perdería en las principales ciudades: La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra. Sin embargo, el exmandatario Evo Morales (2006-2019) desestimó la eficacia de esos relevamientos.
En las elecciones del 18 de octubre de 2020, cuando el presidente Luis Arce se impuso con el 55,1%, las encuestadoras habían vaticinado erróneamente una segunda vuelta, en la cual preveían una derrota del MAS y una victoria del candidato Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana (CC).
“Nunca creí en las encuestas, especialmente de Ciesmori. El año pasado nos hizo creer que iba a haber una segunda vuelta y que el MAS iba a perder. ¿Qué segunda vuelta? Ganamos con más del 55%”, dijo Morales a la radio Kawsachun Coca.
“Lamentablemente, Ciesmori está haciendo mucho daño a la democracia con mentiras y falsedades. Entiendo el direccionamiento. Tarde o temprano, habrá sanción sobre estas empresas que están haciendo daño a la democracia. El MAS se ratificará como la primera fuerza de Bolivia”, advirtió el primer presidente indígena de Bolivia.
El MAS no es el único partido que rechaza las encuestas aparentemente direccionadas. Noelia Rea Suárez es candidata a alcaldesa de la ciudad de Trinidad, capital del departamento de Beni (este), por la Central de los Pueblos Étnicos Mojeños del Beni (CPEMB), y coincidió en que los actuales relevamientos no reflejan la realidad.
La candidata aseguró que la encuesta de Ciesmori, difundida por el canal televisivo Unitel, solamente se realizó en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. Para el resto de las poblaciones, el número se habría moldeado de acuerdo con el deseo de algunos partidos políticos tradicionales, según ella. Por este motivo en la última medición aparece con un 3,5% de intención de voto.
“Sería como si para la próxima encuesta yo les dijera a los de Unitel: ‘A mí póngame primera, con el 30% o 40%. Sacan ese tipo de información, confunden a la población, porque la gente cree que esa es la verdad”, dijo la candidata a Sputnik.
En el departamento amazónico de Beni, lindante con Brasil, el principal negocio es la ganadería. Tradicionalmente, representantes de este sector productivo manejaron la política local. También las encuestas, según Rea Suárez.
“La encuesta verdadera está en las calles”, dijo la candidata. Y agregó: “Me preocuparía si fuera a los barrios y la gente no me recibiera como me recibe. Se siente el apoyo. Las encuestas no me preocupan. Ahorita las están manejando políticos mañosos y mentirosos, cuya única forma de hacer política es con este tipo de cosas”.
¿Un horizonte de tormentas para el MAS?
Si hubiera que darle entidad a las encuestas, el futuro político del MAS sería bastante complicado. Pero no más complicado que lo habitual. Desde que existe este partido, en todas las elecciones subnacionales se observó un patrón: índices de votación altos en las áreas rurales, pero no tan elevados en las ciudades.
Por este motivo el MAS nunca tuvo un alcalde propio en la ciudad de La Paz. Lo mismo con la ciudad de Santa Cruz. Con dos millones de habitantes cada una, son los botines electorales más deseados por los partidos políticos bolivianos.
En las elecciones generales estas poblaciones tienen otro comportamiento y se inclinan por asegurar al MAS en el Gobierno nacional. Como muestra está Santa Cruz, siempre tan díscola con Morales, que en octubre de 2020 ofrendó casi un millón de votos a Luis Arce, allanando su camino a la presidencia.
En las últimas elecciones presidenciales tuvo una destacada labor el “voto oculto”, como lo llamó el periodista, politólogo y escritor Ernesto Machicao. Hubo un 25% del electorado que en las encuestas figuraba como “indeciso”. Aunque en su fuero interno esos “indecisos”, que no concitaron mayor análisis, ya sabían que iban a votar por Arce.
Según Machicao, en las elecciones pasadas las encuestadoras “no fallaron en lo fundamental: en que había un 25% de indecisos. Pero cuando se decidieron, votaron por el MAS, porque la gente oculta el voto masista, pero el voto fascista es público en este país”, dijo a Sputnik.
Los lugares decisivos
La Paz
En la primera encuesta de cara a las elecciones, publicada el 24 de enero, en la ciudad de La Paz ganaba el candidato del MAS César Dockweiler, célebre por haber dirigido la empresa pública de teleféricos hasta que renunció, tras la consagración del golpe de Estado de 2019.
Pero dos semanas después quien estaba segundo, Iván Arias (ministro de Obras Públicas del Gobierno de facto de Jeanine Áñez), saltó misteriosamente del 20% de intención de voto al 53,1%.
Por eso, Machicao consideró que aún es temprano para realizar augurios definitivos.
Santa Cruz
En el departamento de Santa Cruz pelean por la gobernación Luis Fernando Camacho (uno de los líderes civiles del golpe de Estado contra Morales) y Mario Cronenbold, del MAS. Para la alcaldía de esta ciudad, ninguno de los candidatos mide más de 20%.
“El panorama es muy errático. No podemos decir todavía quién va a ganar, porque las cartas no están echadas todavía”, evaluó el politólogo, pero detectó que hay dos “tendencias consolidadas”, en las ciudades de El Alto y de Cochabamba.
El Alto
En la urbe alteña la exsenadora del MAS Eva Copa alcanzó el 89,2% de intención de voto. Pero ya no milita en el masismo, porque tuvo diferencias con el expresidente Morales. Se pasó a la agrupación Jallalla, la misma que llevaba al histórico dirigente aymara Felipe Quispe “El Mallku” a la Gobernación de La Paz, hasta que falleció el 19 de enero pasado, a los 78 años.
Cochabamba
En la ciudad de Cochabamba se perfila como futuro alcalde el exmilitar, exprefecto de este departamento y excandidato presidencial Manfred Reyes Villa, quien había huido a Estados Unidos en 2009, por diversas denuncias durante sus gestiones públicas. Incluso fue condenado en ausencia, por movimientos millonarios e injustificados en sus cuentas bancarias. Pero tuvo su regreso triunfal cuando asumió la presidencia Áñez (2019-2020).
La candidatura de Reyes Villa estuvo suspendida algunas semanas por sus deudas con la justicia, pero el Tribunal Supremo Electoral determinó que se debía respetar su derecho a candidatearse. Goza del 52,8% de apoyo, según las encuestas. Segundo va el exdefensor del Pueblo de Cochabamba Nelson Cox, ahora en las filas del MAS, con un esmirriado 12,8% de intención de voto.
¿Qué pasaría si ganan Reyes Vila y Camacho?
Según Machicao, si Reyes Villa asumiera como alcalde de Cochabamba podría restructurar a la oposición, herida profundamente desde las elecciones del 18 de octubre de 2020. “El Bombón (como le dicen a Reyes Villa) tiene alcance nacional. El mero hecho de que sea alcalde lo convertiría en un líder opositor, eso cambiaría todo”, pronosticó.
“Que el líder opositor más fuerte de los últimos 15 años esté en una Alcaldía le da una palestra muy importante a la oposición. Lo propio ocurriría si Camacho ganara la Gobernación de Santa Cruz. Pero ahí todavía veremos qué va a pasar”, dijo Machicao.
Si fuera elegido Camacho, la oposición tendría a otro líder nacional con un amplio control territorial. “Camacho tiene además sus parlamentarios (del partido Creemos), no tendría solamente la Gobernación”, apuntó el analista que vive en la capital cruceña. Si ambos opositores accedieran a los cargos “se vería un cambio cualitativo, porque esos dos podrían modificar el tablero electoral”.
Machicao juzgó que ve al presidente Arce “muy débil y muy cauteloso” para lidiar con estos avezados políticos.
Nada del juicio
Cuando se recuperó la democracia en Bolivia en 2020, varios líderes del MAS advirtieron que impulsarían un “juicio por responsabilidades” contra Áñez y su gabinete por su participación en las masacres de Sacaba (Cochabamba, el 15 de noviembre de 2019) y Senkata (La Paz, el 19 de noviembre de 2019), además de la ruptura del orden constitucional. Por este motivo también tiene denuncias Camacho. Pero tanto él, como la expresidenta de facto, compiten libremente para las gobernaciones de sus respectivos departamentos.
Quien lidera las encuestas en la ciudad de La Paz, Arias, debería responder ante la justicia por su actuación como ministro de Áñez, según las denuncias. ¿Por qué el MAS no se opuso a que estas personas, entre otras, presentaran sus candidaturas?
Según Machicao, si el MAS usara su influencia sobre el poder judicial para beneficiarse en las próximas elecciones, “se reiteraría la actitud de rebeldía de la oposición (surgida luego de las elecciones del 20 de octubre de 2020 y que derivaron en el golpe contra Morales). Automáticamente va a pasar eso, también lo van a tildar de dictador a Luis Arce”.
Para evitar este panorama, la presidencia de Arce permitió la candidatura de quienes participaron del golpe y de otros delitos. Pero “ahí el Gobierno se complica, porque así fortifica a la oposición. Con la presencia de Reyes Villa y de Camacho va a ser un problema manejar el país”, advirtió el analista.