Este sábado los medios revelaron una reunión en secreto entre el presidente de Colombia, Iván Duque, y los miembros de la exguerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ahora conocidos dentro del partido de Comunes.
La cumbre que fue calificada constructiva por ambas partes, fue facilitada por el alto comisionado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Colombia.
Sin embargo, Iván Duque, aunque cedió obviamente ante las presiones internacionales debido al aumento de los asesinatos contra los excombatientes de las FARC, siguió con la retórica de que ellos, tampoco cumplen su obligación en materia de entrega de bienes, como indica el pacto.
El mandatario colombiano, en una entrevista que tuvo en el mismo día en que señaló que sí va a luchar contra los asesinatos, rechazó su responsabilidad directa en tales asesinatos.
No obstante, los líderes sociales y excombatientes habían alertado al Gobierno. Un caso es lo ocurrido en 2018, el dirigente Juan de Jesús Monroy en un encuentro público con Duque le pidió protección y dos años después fue asesinado.
El aumento de las denuncias en la escena internacional y el creciente desacuerdo por la gestión del coronavirus en el país, han causado que el mandatario colombiano busque renovar, al parecer, su estrategia.
Sin embargo, no se sabe si esta reunión, que constituye la tercera en este mandato, generará un cambio tangible o que, como algunos piensan, sea un show político para el empresario que desde el primer día rechazaba el acuerdo de paz.
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