El Perú es el segundo país en la región con mayor número de casos de tuberculosis, después de Brasil. Según el Ministerio de Salud, el año pasado se registraron 27 mil nuevos casos, una cifra que se busca reducir con diversas estrategias. Por esta razón, un equipo de investigadoras de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) ha desarrollado un dispositivo (tipo frasco) con la finalidad de reducir riesgos de contagio en la toma de muestras y transporte de esputo para el análisis de TB.
La tuberculosis es una enfermedad trasmisible por una bacteria que se llama Bacilo de Koch y que se cura con tratamiento antibiótico. El principal órgano que se afecta es el pulmón, en el 85% de los casos es así, pero también puede pasar a la sangre y hacer enfermedad tuberculosa en otros órganos, como el intestino, el cerebro y en cualquier parte del organismo.
La prueba de esputo es el examen más sugerido para comprobar o descartar un caso de tuberculosis. La muestra es recogida en un vasito, el paciente debe expectorar en el frasco abierto, con lo cual el ambiente a su alrededor y la parte externa del frasco se ven infectados con gotitas minúsculas de esputo. “Es una forma que está contribuyendo a propagar la enfermedad”, advierte a la agencia Andina, Fanny Casado Peña, investigadora principal del proyecto.
Pensando en cómo mejorar este proceso- hacerlo más seguro y eficaz- ella junto a un equipo de investigadoras de la PUCP, ha desarrollado un dispositivo o contenedor que tiene como objetivo evitar el contagio en el proceso pre analítico del diagnóstico de la enfermedad, así como en la expectoración del esputo, almacenamiento y transporte.
“Por más que tengamos la mejor tecnología para detectar la tuberculosis, tenemos que garantizar que la muestra que va ser analizada, llegue de la mejor manera al laboratorio. Con los cuidados suficientes para evitar contagios tanto en el personal de salud y familiares del paciente,” enfatiza Fanny Casado Peña, experta en la validación de dispositivos médicos y tecnológicos que van a estar en contacto con las personas.
Para el diseño y validación del prototipo de contenedor se consultó a pacientes, sus familiares y personal de salud encargado del diagnóstico de la TB quienes brindaron sus opiniones y toda su experiencia en este tipo de procesos.
En la sala VEO de manufactura digital de la PUCP, y haciendo uso de tecnología 3D, se diseñaron y fabricaron los primeros prototipos. Este trabajo estuvo a cargo de la ingeniera mecatrónica Midori Sánchez y la diseñadora industrial Yennifer Wong.
“La propuesta que traemos es un recipiente más pequeño, que el pomo tradicional. La muestra es fácil de mirar desde afuera, es más visible. Le hemos dado ciertas formas para que sea fácil de agarrar por la persona y la cantidad de plástico es solo lo necesario”, detalla la doctora en toxicología.
La investigadora principal agrega que la toma de muestra del esputo mejorará con la forma del recipiente, evitando que se liberen partículas y contaminen alrededor. Además, para el transporte se neutralizará la muestra con un químico, si el recipiente sufriera algún golpe no habría problemas de contagio.