España se impuso a Escocia en La Cartuja de Sevilla (2-0) en un encuentro donde la efectividad y la creatividad no brillaron especialmente, pero el grupo dirigido por Luis de la Fuente supo asumir sus responsabilidades para empatar el golaveraje con el todavía líder del Grupo A y mantener sus opciones de acudir como primera de grupo a la Eurocopa de 2024 en Alemania intactas.
La primera parte fue aburrida porque faltaron ocasiones claras. El dominio español fue indiscutible de inicio a fin, pero el peligro no fue precisamente su mejor virtud. Aun así, nada más comenzar el encuentro, Ferran tuvo la más clara del primer periodo. Robo arriba, triangulación entre Morata, Gavi y el extremo valenciano, y disparo flojo que ni siquiera cogió portería cuando Ferran se encontraba mano a mano con Gunn.
No entró la bola, pero sirvió para espolear a España desde el minuto uno. La presión arriba siguió siendo asfixiante, pero el conjunto dirigido por Luis de la Fuente carecía de profundidad. Abrían bien el juego por banda, pero el desborde brillaba por su ausencia. Ni Balde, ni Carvajal, ni Oyarzabal ni el propio Ferran lograban conectar centros o completar regates decisivos, y el cerrojo escocés se mantuvo intacto.
Hubo, eso sí, otro aviso importante antes del final del primer tiempo. En la única penetración decente hasta línea de fondo del equipo español, Oyarzabal intentó un remate de primeras que encontró la pierna de un defensor británico, y el rechace cayó franco a Mikel Merino, que reventó la pelota contra el palo izquierdo de la meta escocesa. La Cartuja se estremeció, pero no sirvió para nada, como el gol previo de Morata muy en fuera de juego.
Luis de la Fuente estaba contento con lo visto, pero no mucho. Faltaba mucha profundidad en el juego, ser más incisivos e intensos, y por ello dio la alternativa a Fran García y el debutante Bryan Zaragoza en el descanso, en detrimento de Balde y de Oyarzabal. Sin embargo, fue España la que se llevó el susto a la vuelta de vestuarios.
Una falta tonta de Carvajal en el lateral del área acabó en un gol impresionante de McTominay de falta directa, aunque por fortuna fue anulado por el VAR. Según los colegiados, otro atacante escocés intervino empujando lo justo a Unai Simón para impedirle salir a atajar el balón, incurriendo de paso en el fuera de juego que finalmente se señaló.
España, después de recuperar la compostura, retomó el control del juego, y gracias a los últimos cambios encontró por fin el camino del gol. Cuando menos lo parecía, Jesús Navas que había entrado por Carvajal, amonestado, puso un centro que nadie sobre el césped supo detectar… salvo Álvaro Morata. Había errado bastante durante el encuentro, pero cuando más importaba metió la cabeza en el lugar adecuado para delirio del banquillo y la grada.
Fue, literalmente, el gol de la tranquilidad. A partir de entonces, España durmió el partido para dejar de sufrir, y lo que se encontró fue el gol de la sentencia. Un doble error defensivo de Escocia derivó en el robo de Joselu, cambio por Morata, que puso un centro tenso. Tanto Sancet como el zaguero escocés se lanzaron al remate, y el balón rebotó en la pierna de ambos para entrar mansamente en las redes de Gunn. Dudas sobre la autoría del gol, pero era lo que menos importaba.
Así, España logró corregir el error de Hampden Park en marzo, y se postula a ser primera de grupo sin mayores contratiempos. No será fácil, porque la salida a Oslo del próximo domingo ante Noruega, que goleó a Chipre (0-4) con un Haaland estelar, se antoja la más complicada de la fase clasificatoria. Eso, de todos modos, será en unos días. Ayer, en cambio, Sevilla y España celebraron el Día de la Hispanidad por todo lo alto.
