Debido a la situación del mercado laboral, junto con la disminución general sostenida de precios y la caída de capacidad utilizada, el organismo internacional considera que la demanda agregada está por debajo de la oferta agregada.
Por esto mismo, el Banco Mundial explicó que aunque China se encuentra en la búsqueda de una transición hacia un crecimiento más equilibrado, el país afronta dificultades a la hora de impulsar motores de demanda alternativos. La alta tasa de ahorro, que da lugar a un consumo interno bajo es el principal culpable de esta recesión. Esto se traduce en que China necesita alta tasas de inversión, así como también de exportación o de gasto gubernamental. De lo contrario, la situación concluirá en la imposibilidad de sostener la demanda agregada.
Desde Pekín se ha anunciado un estímulo macroeconómico moderado con el objetivo de lograr un equilibrio a corto plazo, y un crecimiento estable y sostenible a largo plazo. Por otro lado, el Banco Mundial considera que para combatir dichos desequilibrios estructurales, será necesario “algo más que un estímulo fiscal convencional”. En primer lugar, el fortalecimiento de la protección fiscal y las pensiones a la vez que la reasignación del gasto público de infraestructura al capital humano, son reformas que conducirían a una reducción del ahorro precautorio, que tendría como consecuencia una estimulación del consumo, que a su vez daría lugar a un crecimiento más estimulado.
Otra alternativa sería un trato igualitario a las empresas independientemente quiénes sean los propietarios, puesto que esta medida respaldaría la confianza de los inversores y se convertiría en un incentivo de la inversión privada. Del mismo modo, esto también induciría a las fuerzas del mercado a desempeñar un papel más importante en cuanto a la asignación de capital, que daría como resultado una paliación de los riesgos de exceso de capacidad.Este marzo, en la Asamblea Popular Nacional, el primer ministro chino, Li Qiang, anunció en la que el Gobierno espera alcanzar en 2024 una expansión del PIB “de alrededor del 5%” .
El Banco Mundial constató que en su mayoría, las economías en desarrollo de Asia Oriental y el Pacífico, “están creciendo más rápido que el resto del mundo, pero más lento que antes de la pandemia”. En esta consideración también se incluye a otros países insulares del Pacífico.Manuela Ferro, vicepresidenta de Asia Oriental y el Pacífico del Banco Mundial, explicó que esta región a pesar de enfrentarse a desafíos como un entorno global incierto junto con una población envejecida y los efectos causados por el cambio climático, “está haciendo una contribución al entorno económico mundial”.