El Directorio del Banco Central del Uruguay (BCU), resolvió este jueves mantener la tasa de interés de política monetaria (TPM) en 8,5%, en línea con lo esperado por el mercado.
La inflación en el año cerrado a abril se ubicó en 3,7% y completó 11 meses consecutivos dentro del rango meta fijado por las autoridades de entre 3% y 6%.
Por su parte, el promedio de expectativas de analistas, empresarios y mercados financieros para el horizonte de 24 meses se ubica actualmente en 6,25%, y mantiene una trayectoria lenta de descenso “a pesar de la rigidez exhibida”, según el BCU.
El Comité de Política Monetaria de Uruguay (Copom) expresó que la decisión tiene “el objetivo de consolidar la permanencia de la inflación en torno al centro del rango meta (4,5%) y contribuir a la convergencia de las distintas medidas de expectativas al mismo”.
El Banco Central uruguayo proyecta que la inflación interanual se mantendría dentro del rango meta durante todo el horizonte de política monetaria, terminando en 5,3% en 2025. En particular, la proyección sitúa a la inflación en 4,8% para el cierre de 2024.
Los analistas privados esperan actualmente en mediana una inflación de 5,8% para el horizonte de 24 meses, según la última encuesta de expectativas del BCU. Esa proyección se ubica levemente por debajo del techo del rango meta, pero todavía distante del centro (4,5%).
Por su parte, los mercados financieros (Afap y operadores primarios) proyectan inflación de 6% para ese mismo horizonte.
En tanto, las expectativas de los empresarios siguen en el eje de 7% para los próximos dos años, según la encuesta que realiza el INE.
Tomando en cuenta que en abril la TPM se redujo 50 puntos básicos hasta 8,5% y que el promedio de expectativas a 24 meses se ubica en 6,25%, la tasa real (nominal – expectativas) es de 2,25%, nivel que el BCU ha estimado como neutra.
Esta semana se divulgaron por primera vez expectativas de los mercados financieros sobre el comportamiento futuro de la tasa de interés. Los agentes esperan una nueva reducción de 25 puntos básicos para los primeros meses del segundo semestre, y luego una estabilización.
Una de las finalidades del Banco Central de Uruguay es la estabilidad de precios, como forma de preservar el valor de la moneda, o sea la capacidad de compra del peso uruguayo.
La actual política monetaria en Uruguay es un esquema de metas de inflación basado en tasas de interés. La variable principal de referencia es la tasa del mercado de dinero interbancario (tasa call) a 1 día de plazo.
La política monetaria busca que esta tasa transmita su señal al resto de las tasas de interés de la economía consistente con el objetivo de inflación. Es decir, termina incidiendo en el costo del dinero de los eslabones de la economía doméstica.
El análisis del Copom señala que “en Uruguay la actividad continúa exhibiendo señales de crecimiento, luego que finalizaron los efectos de la sequía, a impulso del consumo interno y del sector exportador”.
Asimismo, afirmó que las decisiones futuras “dependerán de los datos sobre la evolución de la situación local e internacional” y de la convergencia de las expectativas de inflación al centro de la meta oficial.