El banco de desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) ha firmado un convenio de capitalización de US$ 7.000 millones con Uruguay para continuar aportando al desarrollo del país charrúa.
El organismo se comprometió a llevar adelante su décimo fortalecimiento patrimonial con sus accionistas e impulsar esta capitalización, que permitirá duplicar la cartera a 2030.
Con esto, la institución podrá profundizar en la región su rol de banco verde, así como el de la reactivación económica y social de sus países miembros.
Uruguay, en su calidad de miembro pleno, tendrá la posibilidad de beneficiarse de la financiación de CAF y multiplicar su capacidad de ejecución de proyectos, con tiempos de respuesta ágiles y productos que buscan adecuarse a sus necesidades en condiciones financieras competitivas.
Además, podrá acceder a más recursos para cooperaciones técnicas no reembolsables orientadas a la preparación de estudios de factibilidad para financiar proyectos de calidad y acompañar proyectos de alto impacto.
La firma del convenio también contribuirá a potenciar la generación de conocimiento en Uruguay, permitiendo a CAF focalizar sus intervenciones en temas estratégicos como cuidado del medioambiente, pobreza infantil, protección de poblaciones vulnerables, seguridad hídrica, protección costera, gestión de inundaciones y sequías, integración física y comercial, infraestructura vial y ferroviaria, transformación energética, entre otros.
“La firma de este convenio de capitalización marca un hito importante en nuestra relación, una alianza que fortalecerá las bases para un futuro más próspero y sostenible para el país y nuestra región”, ha expresado el presidente ejecutivo de CAF, Sergio Díaz-Granados.
Con la firma de este convenio de capitalización, Uruguay está expresando su sólido compromiso con CAF como cooperativa.
Este compromiso es uno de los factores más destacados por las agencias de calificación crediticia que evalúan a CAF y que le permiten captar recursos en los mercados financieros internacionales en condiciones competitivas.
Esto, en última instancia, redunda en menores costos de financiación para el país.
