Los problemas en el mercado inmobiliario comercial de EE.UU., que ya han afectado a los bancos de Wall Street y Japón, se trasladaron a Alemania, elevando los temores sobre un contagio más amplio.
La última víctima fue el banco Deutsche Pfandbriefbank (PBB), un prestamista alemán centrado en bienes raíces. En un comunicado emitido este miércoles, la compañía informó que debió reservar más dinero para su cartera de préstamos, en medio de lo que llamó la “mayor crisis inmobiliaria desde la crisis financiera” de 2008.
En la notificación, detalló que tuvo que destinar 215 millones de euros (231,7 millones de dólares) para préstamos incobrables debido a la “persistente debilidad de los mercados inmobiliarios“. No obstante, aclaró que, pese a ello, la firma sigue siendo rentable “gracias a su solidez financiera”.
El PBB, cuyas acciones han bajado un 27% en lo que va del año y un 40% en los últimos seis meses, cuenta con el 15% de su cartera financiera (es decir, unos 5.000 millones de euros, equivalentes a 5.392 millones de dólares) expuesta al sector de bienes raíces estadounidense. Un día después del comunicado, la entidad intentó tranquilizar a los accionistas, afirmando que tenía suficiente efectivo y activos altamente líquidos en su balance para operar durante seis meses sin nueva financiación de los inversores.
En una situación similar, el mayor prestamista de Alemania, Deutsche Bank, anunció la semana pasada que asignó 123 millones de euros (133 millones de dólares) durante el cuarto trimestre del año pasado para absorber posibles impagos de sus préstamos inmobiliarios comerciales en EE.UU. Se trata de más del cuádruple de la cantidad que reservó durante el mismo período en 2022.
Entre tanto, el sector de bienes raíces estadounidense se vio afectado en los últimos meses por tasas de interés más altas, dificultades de refinanciamiento y menor ocupación de oficinas. Tal panorama generó preocupaciones ante posibles impagos.
En ese sentido, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, comunicó este martes a los legisladores que le preocupaba la exposición de algunos bancos a los bienes raíces comerciales. “Creo que es manejable, aunque puede haber algunas instituciones que estén bastante estresadas por este problema”, expresó.