La inflación interanual en Alemania se situó en agosto en el 6,1 %, un décima menos que en julio, aunque se mantiene en un nivel elevado por la evolución de los precios de los alimentos y la energía.
La Oficina Federal de Estadística (Destatis) confirmó así en un comunicado los datos avanzados publicados a finales de agosto, según los cuales, además, el índice de precios al consumo (IPC) subió un 0,3 % respecto al mes anterior.
“La tasa de inflación se mantiene así en un nivel elevado”, afirmó la presidenta de Destatis, Ruth Brandt.
Agregó que “los aumentos de precios de los alimentos y la energía están por encima del encarecimiento general y mantienen la tasa de inflación alta”.
Precisó que en agosto se hizo notar todavía el efecto base del billete subvencionado de 9 euros al mes para el transporte público que se extendió de junio a agosto del año pasado y que se superpuso al efecto moderador del actual billete subvencionado a 49 euros.
“Este efecto base desaparecerá a partir del mes que viene”, apunto.
Los precios de los productos energéticos se incrementaron en agosto un 8,3 % interanual, después del 5,7 % de julio.
Sobre todo la electricidad resultó notablemente más cara -un 16,6 % interanual-, mientras que los carburantes y el gas natural se encarecieron un 3,7 % y un 2,2 %, respectivamente.
Los precios de la calefacción urbana también aumentaron -un 0,6 %-, y por lo tanto a un nivel inferior a la media.
Por contra se abarataron los combustibles sólidos -un 6,1 %- y de manera considerable el gasóleo ligero para calefacción -un 28,1 %-.
Los alimentos se encarecieron en agosto un 9 % interanual, lo que supone una ralentización respecto al 11 % de julio, pero el aumento de precios de muchos grupos de alimentos siguió siendo significativamente superior a la inflación general.
Los consumidores tuvieron que pagar notablemente más por el azúcar, la mermelada, la miel y otros dulces -un 17,1 %-, así como por el pan y los productos a base de cereales -un 13,6 %-, las hortalizas -un 12,4 %- y el pescado, sus derivados y el marisco -un 11,5 %-.
Por contra, las grasas y aceites se abarataron un 13,9 % interanual.
Sin tener en cuenta el impacto de la energía, la tasa de inflación se habría situado en agosto en el 5,9 %.
La inflación subyacente, que no tiene en cuenta el impacto de los alimentos y de la energía, se situó algo por debajo, en el 5,5 %, al igual que en julio, lo que refleja que los precios de los alimentos siguen determinando claramente la inflación general.
Los precios de los bienes en su conjunto aumentaron un 7,1 % interanual, con una subida particularmente fuerte -del 8,5 %- en el caso de los bienes fungibles, mientas que los bienes de consumo duradero se encarecieron un 4,7 %.
Los precios de los servicios en su conjunto crecieron un 5,1 % interanual.
Los alquileres netos, que aumentaron un 2,1 %, tuvieron un efecto moderador y siguen siendo determinantes para el aumento inferior a la media de los precios de los servicios.
También la introducción del billete subvencionado por 49 euros mensuales está teniendo desde mayo pasado un ligero efecto moderador sobre la evolución de los precios.
No obstante, por otra parte, desde junio se ha producido un efecto base creciente, que ya no se prolongará, por el billete de 9 euros mensuales válido entre junio y agosto del año pasado.
Además, se encarecieron notablemente otros servicios como los de mantenimiento y reparación de viviendas -un 12,9 %- los de instituciones sociales -un 11,7 %-, y los viajes combinados – un 10,7 %-.
El IPC armonizado para Alemania, el que se calcula con criterios comunitarios, se elevó en agosto un 6,4 % en términos interanuales y un 0,4 % respecto al mes anterior.