La Cámara baja de Brasil aprobó en la madrugada del viernes el texto principal de una reforma tributaria que reestructurará los complejos impuestos sobre el consumo del país, una medida que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva calificó de “gran victoria”.
Dicha reforma -intentada anteriormente por varios gobiernos sin éxito- es un paso clave en el plan de Lula para impulsar el crecimiento.
Los legisladores de la cámara votaron en dos rondas la aprobación de la reforma y deben concluir la votación de algunas enmiendas el viernes por la mañana, tras lo cual el proyecto será enviado al Senado, donde también será votado en dos rondas.
“Es un momento histórico y una gran victoria”, tuiteó Lula tras la votación. “Brasil tendrá su primera reforma fiscal del período democrático (…) Estamos trabajando por un futuro mejor para todos”.
A partir de 2026, la reforma prevé fusionar a lo largo de ocho años cinco gravámenes actualmente vigentes en un impuesto sobre el valor añadido (IVA) con tasas federales y regionales separadas, que serán definidas posteriormente por una ley complementaria.
Según los economistas de JPMorgan (NYSE:JPM), la medida representa un cambio drástico, aunque gradual, en los impuestos sobre el consumo.
“Durante un tiempo, muchos dudaron de que se aprobara la reforma”, dijeron en una nota a clientes. “La transición a largo plazo significa que la complejidad seguirá siendo alta durante algún tiempo, pero esperamos una mejora de la productividad y un mayor crecimiento en el futuro”.
La Cámara baja aprobó la reforma por 382 votos a favor y 118 en contra en la primera ronda de votaciones celebrada a última hora del jueves. Los legisladores la aprobaron en una segunda ronda durante la noche por 375-113, un amplio margen ya que se necesitaban 308 votos para que la propuesta fuera aprobada.
“Es una necesidad para nuestra economía, para que nuestra productividad pueda avanzar”, declaró el Ministro de Hacienda, Fernando Haddad. “La forma obsoleta en que están organizados actualmente los impuestos dificulta enormemente la industria, el comercio y los servicios”.
La aprobación fue una gran victoria para el presidente de la Cámara baja, Arthur Lira, que apoyó firmemente el proyecto de ley, con los legisladores del bloque de partidos “Centrao” -que él lidera- votando abrumadoramente a favor de su aprobación.
Sin embargo, supuso una gran derrota para el expresidente Jair Bolsonaro, que intenta liderar la oposición al gobierno de Lula a pesar de tener prohibido presentarse a las elecciones hasta 2030.
El exlíder ultraderechista hizo campaña contra la reforma e instó a los legisladores a votar en contra, afirmando que nunca podría respaldar algo que viniera del Partido de los Trabajadores de Lula. Los esfuerzos de Bolsonaro fueron en vano e incluso algunos miembros de su partido votaron a favor del proyecto de ley.
