Nayib Bukele se centrará en los próximos meses en una campaña electoral prohibida por la Constitución Política de El Salvador. El popular y polémico presidente obtuvo el pasado jueves en el Parlamento el permiso que le da vía libre para ausentarse seis meses del cargo y comenzar la carrera por su reelección. La petición fue aprobada sin rechistar por 67 de los 84 diputados.
La aspiración reeleccionista de Bukele dio rienda suelta en septiembre de 2021, cuando la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) modificó el criterio en contra de la reelección inmediata en El Salvador. Se trató de un movimiento político similar al que usaron Juan Orlando Hernández en Honduras y Daniel Ortega en Nicaragua para perpetuarse en el poder. Fiel al presidente que la impuso, la CSJ reinterpretó la Ley Fundamental salvadoreña, que prohíbe, en al menos cinco artículos, la reelección inmediata.
Bukele ha ignorado los múltiples llamados a respetar lo que dice la máxima ley de su país y se ha lanzado a esta carrera reeleccionista en uno de sus mejores momentos de popularidad: bajo el polémico Régimen de Excepción que ha desarticulado la violencia de las pandillas y le ha generado una opinión favorable entre los salvadoreños, a pesar de las múltiples denuncias de violaciones a los derechos humanos en las prisiones, detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas de corta duración.
La licencia obtenida por Bukele ha sido el último requisito para que el presidente compita por un segundo mandato en los comicios del próximo 4 de febrero. No solo la Justicia y las encuestas juegan a favor del mandatario, también lo hace una oposición lastrada por casos de corrupción y con poco arrastre ciudadano. “Los infames hechos consumados ayer [por el jueves 30 de noviembre] constituyen un triple fraude constitucional. Los hechores han simulado el cumplimiento formal de normas constitucionales mientras violaban otras que prohíben la reelección, el abandono del cargo presidencial y las que regulan el nombramiento y la función de los designados presidenciales”, sostuvo el movimiento civil SUMAR en un comunicado.
“No hay presidente en El Salvador”
A Bukele lo acompañará su vicepresidente Félix Ulloa, que también buscará su reelección. El presidente debía, según la Constitución, presentar una terna que sustituya a ambos durante la campaña, pero solo propuso a una persona: Claudia Juana Rodríguez de Guevara, su secretaria privada y escudera de sus actividades financieras.
“Ella no es una política, es la custodia de los negocios del presidente”, dice a El PAÍS Ricardo Vaquerano, uno de los periodistas de investigación más destacados en El Salvador. “Claudia Juana trabajó primero en el área contable, y después en el área financiera, de Obermet, la empresa de publicidad de la familia Bukele. Una vez que Nayib lanzó su carrera política, ella fue la encargada de las finanzas de la alcaldía de Nuevo Cuscatlán, donde Nayib fue alcalde por primera vez en 2015. Luego asumió la alcaldía de San Salvador, la capital, donde ella se convirtió en tesorera… y ya estando Nayib en la Presidencia de la República, se convirtió en la directora financiera de Presidencia”.
Vaquerano también señala que Rodríguez Guevara fue secretaria de finanzas del partido Nuevas Ideas. “Es el partido del presidente y este ha sido un partido que no ha transparentado absolutamente nada, a pesar de que la ley ordena transparencia en el origen de su financiamiento”, agrega el periodista. La presidenta interina de El Salvador ocupa múltiples cargos, entre ellos la presidencia de la Junta Directiva de la Dirección Nacional de Obras Municipales (DOM).
“La DOM es una institución que se creó hace dos años para derivar hacia Rodríguez Guevara todo el dinero que anteriormente se entregaba a los municipios desde el Presupuesto General de la Nación. Estamos hablando de que este año la DOM debería tener alrededor de 680 millones de dólares como mínimo, para hacer sus trabajos, pero también está cerrada al escrutinio ciudadano. En resumen, a quien ha puesto ahí es a una persona a la que siempre ha puesto donde está el dinero”, afirma Vaquerano. El periodista resalta que en 2020 la Fiscalía General recibió 12 informes de la Comisión Anticorrupción sobre el uso irregular de más de 150 millones de dólares de fondos utilizados bajo la sombrilla de la emergencia por la pandemia.
A pesar de las críticas, los diputados aprobaron el interinato de Rodríguez de Guevara, quien se convertirá en la primera mujer en ocupar la presidencia de El Salvador. “Elígese como designada por el Presidente de la República, para el actual periodo presidencial, que concluye el 31 de mayo del año 2024, a la ciudadana Claudia Juana Rodríguez de Guevara”, dice el decreto aprobado.
Vaquerano insiste en la secretaria de Bukele “tampoco ha tenido un nombramiento que cumpla lo que dice la Constitución”. “Toda persona que vaya a ejercer la Presidencia debe pasar por la protesta en la Asamblea Legislativa y esta señora ni siquiera se presentó a la Asamblea Legislativa. Así que no hay presidente en El Salvador en este momento”, dice el periodista.
Bukele mantiene sus fueros
Vaquerano también critica que esta candidatura de Bukele implica una “competencia desleal”, ya que la licencia otorgada no le quita el fuero presidencial. El periodista recuerda, por ejemplo, que el mandatario controla la Justicia y la Fiscalía, por lo que cualquier calumnia que pueda decir en campaña no tendrá consecuencias.
“Ya quisiera cualquier candidato o candidata tener los recursos como el transporte que te provee el mismo el Estado; la seguridad que te provee también el Estado. Los medios de comunicación estatales van a reproducir todo lo que vos digas en campaña. Entonces esto también es una enorme ventaja para Nayib”, afirma. “Agrego otro ejemplo un poco más peligroso: la inteligencia política. Bukele dejó claro en una cadena nacional de hace unos tres días que, si bien es cierto que dejará la presidencia, él los ‘estará vigilando’. Bukele no se va, hace como que se va, pero seguirá manteniendo el control o la cercanía con funcionarios claves”.
Vaquerano cita al director del Organismo de Inteligencia del Estado y de inteligencia policial, advirtiendo que el gobierno de Bukele ya ha usado el software israelí Pegasus para espiar a opositores, diputados propios, académicos y periodistas críticos en El Salvador. “Puede saber en qué andan sus contrincantes, qué están haciendo, qué están planeando los partidos políticos que vayan a competir en 2024″, afirma el periodista. “Si a eso le agregamos que tiene el control férreo sobre fiscalía, policía y órgano judicial, tiene todo lo que necesita para amedrentarlos”.