El régimen de Beijing busca dividir a Taiwán: rechaza al próximo presidente, pero recibe con honores al anterior
El ex mandatario isleño Ma Ying-jeou, quien ahora está en la oposición, realiza una visita inusual al país que reclama el territorio de la isla como propio
En medio de las crecientes tensiones entre China y Taiwán, un político veterano de la isla bajo amenaza está recibiendo una cálida bienvenida en el continente, un hecho diplomático de múltiples interpretaciones que tiene a Ma Ying-jeou, un ex presidente isleño, en el ojo de la tormenta.
El viaje de 11 días del Sr. Ma se da en un contexto muy complicado. No sólo porque el mismo Xi Jinping ha puesto plazo para reincorporar el territorio de Taiwán a China continental, sino porque Beijing y Taipei tienen roces casi constantes. Uno de ellos se produjo cuando dos pescadores chinos murieron mientras intentaban huir de un barco de la guardia costera taiwanesa en febrero, y China ha enviado sus propios barcos de la guardia costera cerca de una isla controlada por Taiwán cerca de donde murieron los hombres.
El gobierno electo de Lai Ching-te, que asumirá el 20 de mayo, teme que China intensifique su intimidación militar a partir de la toma de posesión. Su Partido Democrático Progresista rechaza la afirmación de Beijing de que la isla es territorio de China, y a los funcionarios de Beijing les desagrada particularmente Lai, quien se ha definido como un “trabajador pragmático por la independencia de Taiwán”.
Este resquemor contrasta con el cálido trato de China hacia Ma, de 73 años, presidente de Taiwán de 2008 a 2016, lo que es visto como una estrategia de Beijing para exhibirse como amigable para los políticos isleños que favorecen vínculos más estrechos y aceptan sus condiciones para las conversaciones.
Ma salió de Taipei este lunes con un grupo de estudiantes con la idea de subrayar las continuas interacciones en educación, negocios y cultura a pesar de la amenaza de Beijing de usar la fuerza militar contra la democracia isleña autónoma para lograr la unificación.
Hacia el final de su segundo mandato en 2015, Ma celebró una reunión histórica con Xi en Singapur, país que mantiene estrechos contactos con ambas partes. La reunión, la primera entre los líderes de China y Taiwán en más de medio siglo, produjo pocos resultados tangibles y el Partido Nacionalista de Ma perdió las siguientes elecciones presidenciales ante Tsai Ing-wen, del Partido Progresista Democrático, partidario de la independencia.
El itinerario de Ma incluye una visita a Beijing, donde hay fuertes especulaciones de que podría reunirse con Xi, quien dice que permanece abierto a los políticos taiwaneses que proclaman que la isla y el continente, que se dividieron durante una guerra civil en 1949, pertenecen a una misma comunidad china.
La Agencia Central de Noticias oficial de Taiwán citó a Hsiao Hsu-tsen, quien dirige la fundación de Ma, diciendo que espera que Ma tenga la oportunidad de reunirse con “un viejo amigo”, pero no dio detalles.
Los taiwaneses se oponen en gran medida a la unificación política con China, y la isla está impulsando las relaciones militares con aliados como Estados Unidos y Japón, al tiempo que mantiene estrechos vínculos económicos con el continente.