“Estamos viendo una mayor cantidad de aviones, una mayor cantidad de barcos disponibles para el Ejército chino que se utilizan a diario”, detalló a periodistas el alto mando militar en una rueda de prensa, según informó el jueves el diario local The Washington Times.
Estados Unidos desafió a China realizando el martes maniobras navales en el disputado mar de la China Meridional, en las que participaron los portaviones USS Nimitz, USS Theodore Roosevelt y sus grupos de ataque.
El presidente chino ha tenido la primera conversación telefónica con su par estadounidense y le alerta que una confrontación sería un “desastre” para todos.
El contralmirante Verissimo señaló que era la tercera vez desde 2017 que los mencionados portaviones se desplegaban en el mar del Sur de China, y dijo que desde entonces la cantidad de las fuerzas, los aviones y buques chinos desplegados “en todos los dominios ha aumentado significativamente”.
Los ejercicios se llevaron a cabo días después de que el destructor USS John S.McCain, de la Armada estadounidense, con base en Japón, atravesara el estrecho de Taiwán, que separa la China continental de la isla taiwanesa.
La Marina china, a su vez, ordenó al destructor intruso estadounidense salir del mar de la China Meridional, lo que sería la primera advertencia emitida tras la investidura de Joe Biden, como nuevo presidente de EE.UU.
La nueva Administración estadounidense ya ha expresado su apoyo a la “firme postura” adoptada por su antecesor, el republicano Donald Trump, frente a China y ha propuesto la formación de una coalición para encarar al gigante asiático.
Pekín, que reivindica casi la totalidad de las islas del mar de la China Meridional, se queja con frecuencia de la presencia militar estadounidense en esa zona, escenario de la lucha de influencia entre ambas potencias. De igual modo, considera la navegación extranjera en esas aguas como un atentado a su soberanía.