Semanas después de intensos bombardeos israelíes por todo el Líbano, el ejército de Israel ha comenzado en la madrugada de este martes la operación Flechas del Norte, una invasión terrestre del sur de Líbano que han calificado como “limitada y localizada” contra objetivos terroristas de Hezbolá.
Se trata de la “próxima fase de la guerra”, según el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallav, y va acompañada de fuego aéreo y de artillería con “ataques precisos a objetivos militares de la zona”. Esta táctica, conocida como de golpe y fuga o ataques relámpago, no persigue derrotar decisivamente al enemigo, sino debilitarlo lentamente.
Esta doctrina táctica que está empleando el ejército israelí sobre el Líbano consiste en ejecutar ataques cortos por sorpresa y retirarse antes de que el enemigo pueda responder con fuerza, maniobrando constantemente para evitar el enfrentamiento total.
De este modo, mediante incursiones, hostigamiento y escaramuzas, se exponen las debilidades defensivas del enemigo, logrando incluso un efecto psicológico en su moral.
Aunque por lo general, esta táctica es utilizada por la guerra de guerrillas o los movimientos de resistencia militante, a menudo las fuerzas regulares del ejército la emplean a corto plazo en preparación para un posterior combate a gran escala.
Por su parte, la milicia del partido libanés ha negado que las tropas israelíes hayan entrado en territorio de Líbano: “Todas las afirmaciones de los sionistas sobre que las fuerzas de ocupación han entrado en Líbano son falsas”, ha asegurado el portavoz de Hezbolá, Mohamad Afif Nabulsi, quien ha recalcado en declaraciones a la cadena de televisión Al Yazira que “no hay enfrentamientos terrestres entre la resistencia y las fuerzas de ocupación”.