© REUTERS / Mahe Elipe
Síguenos en
MONTEVIDEO — Las feministas de América Latina se preparan para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, en el marco de la pandemia del COVID-19, con marchas, intervenciones y acciones en redes para denunciar la violencia machista y la desigualdad.
Las imágenes que recorrerán los portales este año no serán, como en los anteriores, las de las principales ciudades de la región teñidas de violeta; la llegada del COVID-19 planteó nuevos desafíos para las manifestaciones multitudinarias, en la mayoría de los países con prohibición explicita para su realización, sin embargo las mujeres están decididas a no dejar pasar por alto este “día de lucha” tras un 2020 que fue particularmente duro para ellas.
“Si a los agresores no los paró la pandemia ¡A NOSOTRAS TAMPOCO!”, advierte la convocatoria a la marcha en Ciudad de México.
En los distintos países algunas organizaciones feministas optaron por volver a tomar las calles tras las restricciones de movilidad y confinamientos, mientras que otras prefirieron evitar las aglomeraciones por la crisis sanitaria y convocan a manifestarse en las redes sociales e intervenir los hogares.
En cualquier caso, todas llaman a denunciar la violencia machista y la desigualdad de género que no solo no cesó sino que se intensificó durante la pandemia.
Marchas, murga y reguetón
En Chile, la Coordinadora 8-M renombró estaciones del metro de Santiago con demandas y consignas sobre la violación de derechos humanos, la desigualdad de género y el rechazo al presidente Sebastián Piñera.
La coordinadora también lanzó un reguetón para convocar a una movilización nacional.
“No importa el toque porque este 8 llenamos la calle a tope junto a mis hermanas, marchamos sin miedo con alcohol y mascarilla, vamoh al choque”, dice una parte de la letra en referencia al toque de queda decretado en el país por la pandemia y los protocolos sanitarios.
En Uruguay, la convocatoria de la Intersocial Feminista la hacen mujeres murguistas en un video que invita a tomar “todas las calles” con acciones descentralizadas por todo el territorio para evitar aglomeraciones.
“Feministas para la calle, somos pulso, fuerza y canción, si paramos se para el mundo, nuestra vida es revolución”, dicen las mujeres con las caras pintadas como en los típicos tablados del carnaval uruguayo, que llama también a parar actividades para visibilizar el trabajo femenino y la desigualdad en el ámbito laboral.
Por su parte, la Coordinadora de Feminismos de Uruguay convoca a la tradicional manifestación por la principal avenida de Montevideo, con la novedad de que la partida será desde tres puntos distintos de la ciudad para concluir en una de las plazas más icónicas de la capital.
En Argentina también llaman al paro de actividades y convocan a una marcha principal en la Plaza del Congreso, en Buenos Aires, y a movilizaciones en todo el país.
“En Argentina matan a una mujer cada 30 horas. No podemos seguir esperando”, dicen las convocantes que exigen la aprobación de una ley que declara la emergencia nacional en violencias de géneros.
“Las mujeres tuvimos que asumir interminables jornadas con el teletrabajo, las tareas de cuidado y la educación virtual. El #QuedateEnCasa nos puso en peligro y nos precarizó aún más. Por esto el #8MPy salimos a gritar que nos queremos #Vivas #Diversas y #ConDerechos”, dice el llamado a las calles desde el Paro de Mujeres de Paraguay.
En Perú, Colombia, Brasil, Bolivia, Cuba, Ecuador y otros países las principales organizaciones no convocaron movilizaciones presenciales para evitar la propagación del COVID-19 o por la falta de permisos para hacerlo, pero se harán sentir en las redes con eventos, conferencias y hashtags.
En El Salvador varias organizaciones realizaron una marcha hasta la céntrica Plaza Cívica el domingo en la reiteraron sus reivindicaciones más potentes: derechos sexuales y reproductivos y el cese de la violencia física y psicológica contra las mujeres.
Luchas generales
Una de las principales luchas comunes en la región es la del aborto legal, seguro y gratuito, que sigue estando penado en la mayoría de los países, a excepción Uruguay, Cuba, Guyana, Guayana Francesa, Puerto Rico, la Ciudad de México y desde diciembre también Argentina.
Cada 8 de marzo el reclamo por este derecho se intensifica, principalmente en los países donde se está discutiendo o se está por discutir su despenalización, o en los que está totalmente restringido, como en la mayoría de las naciones de Centroamérica.
Otro fuerte reclamo es el fin de la desigualdad de género en el ámbito laboral y económico.
Según los datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el nivel de ocupación remunerada de las mujeres retrocedió más de una década como consecuencia de la emergencia derivada del coronavirus.
La CEPAL detalló que durante 2020 “se registró una contundente salida de mujeres de la fuerza laboral, quienes, por tener que atender las demandas de cuidados en sus hogares, no retomaron la búsqueda de empleo”.
La tasa de participación laboral de las latinoamericanas y caribeñas fue de 46% en 2020, mientras que la de los hombres se ubicó en 69%.
Además, la llegada del COVID-19 permitió visibilizar que, aunque son las mujeres las que ocupan el mayor número de plazas en el sector de la salud, sigue habiendo una brecha salarial de casi el 25%, una desigualdad que se observa en la mayoría de las áreas donde los hombres ganan más por las mismas tareas.
Violencia machista
América Latina no es solo una de las regiones más desiguales del mundo, es también uno de los territorios con los índices de violencias contra las mujeres más altos, según los datos de ONU Mujeres.