“Todo será calibrado en consonancia con la coyuntura cambiante. Su seguridad (de Finlandia y Suecia, este último que espera su ingreso) no se reforzará, la seguridad de la Alianza Atlántica en general tampoco se fortalecerá”, aseguró el martes el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, a través de la televisión pública.
El diplomático ruso calificó la membresía del país nórdico en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de “un peligroso error histórico” y consideró la medida de un paso más en la actual escalada instigada por Occidente en Ucrania.
Riabkov dejó en claro que cualquier amenaza desde el bloque militar hacia la Federación Rusa “será rechazada” y aseguró que Moscú adoptará “contramedidas” ante la adhesión de Finlandia a la OTAN.
Dijo que Helsinki y Estocolmo cayeron en la trampa de la campaña de “rusofobia”, impulsada por Occidente, y lamentó que estos dos antepusieran los intereses de Occidente a los propios y sacrificaran definitivamente su independencia.
Sus declaraciones se produjeron la misma jornada en la que Finlandia se convirtió oficialmente en el miembro número 31 de la Alianza Atlántica, en un paso que duplicará la extensión de la frontera con Rusia del bloque, ya que el país nórdico comparte 1300 kilómetros de frontera con su vecino euroasiático.
El Kremlin, a su vez, denunció que la medida era una “intrusión” de la OTAN en su seguridad e intereses y aseguró que daría pasos para fortificar sus fronteras noroccidentales.
Finlandia y Suecia postularon a la OTAN en mayo del año pasado en medio del conflicto en curso en Ucrania, iniciado el 24 de febrero de 2022. Sin embargo, no lograron unirse a la Alianza, ya que Turquía y Hungría deseaban considerar las solicitudes por separado, luego, en pasado mes de marzo, tanto Budapest como Ankara dieron su visto bueno a la adhesión de Helsinki al club castrense.