El ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, aseguró el martes que “desde el 4 de junio, (fecha en que comenzó la ofensiva ucraniana en las líneas de operaciones del sur de Donetsk, Zaporizhzhia y Artiómovsk), las pérdidas del enemigo ascienden a más de 26 mil militares y tres mil unidades de diversas armas”.

Shoigú destacó que Ucrania no logró sus objetivos en ninguna de las líneas de operaciones y relató los armamentos neutralizados, entre los que sobresalen 21 aviones, cinco helicópteros, 1244 tanques y otros vehículos blindados.

Según el titular de la Defensa rusa las fuerzas de protección antiaérea de Moscú derribaron unos 176 cohetes de artillería de alta movilidad (HIMARS, por sus siglas en inglés), 27 misiles de crucero de largo alcance británicos Storm Shadow y 483 vehículos aéreos no tripulados.

Rusia emprendió el 24 de febrero de 2022 una operación militar especial en Ucrania cuyos objetivos, según el presidente Vladímir Putin, son proteger a la población del país vecino de un genocidio por parte de Kiev y atajar los riesgos de seguridad nacional que representa el avance de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia el este.

Occidente condena la operación que Rusia lanzó para “desnazificar” y “desmilitarizar” a Ucrania y en esta línea intenta elevar el costo del conflicto para Moscú, enviando a Kiev grandes municiones de armamento, instructores militares y hasta mercenarios.