El expresidente va muy por delante en las encuestas en Nuevo Hampshire pese a ser el Estado más favorable para Nikki Haley
Ya solo queda en pie Nikki Haley. De todos los rivales republicanos que se atrevieron a desafiar a Donald Trump en las primarias, la exembajadora en la ONU es la única que no ha tirado la toalla. El expresidente espera que lo haga pronto. Se ve ya ganador de la nominación para las presidenciales de noviembre contra Joe Biden, especialmente tras la rendición del gobernador de Florida, Ron DeSantis. Trump busca repetir este martes en las primarias de Nuevo Hampshire una victoria clara como la que logró en los caucus de Iowa la semana pasada. “Con eso debería estar todo resuelto”, dijo este domingo en un mitin en Rochester, una localidad de unos 34.000 habitantes.
Los seguidores de Trump se dieron cita en masa ante el Rochester Opera House. Algunos, como Edmond Poulin y Lisa Perkins, entretenían la espera a 8 grados bajo cero criticando a Biden (”el país ha ido hacia abajo”), defendiendo la vuelta de Trump (”para arreglar la frontera y la economía”) y discutiendo quién debía acompañarle como candidato a vicepresidente. La congresista Marjorie Taylor Greene y el inversor Vivek Ramaswamy eran sus favoritos.
Allí había algún puesto con la parafernalia de gorras, sudaderas y demás mercancías del trumpismo, pero también algunos seguidores de Nikki Haley. De repente pasó por allí Dean Phillips, el congresista demócrata que reta a Joe Biden en las primarias y que había tenido un modesto acto electoral también en Rochester. Los activistas del Proyecto Lincoln, republicanos que se oponen a Trump, proyectaban desde una camioneta en una pantalla gigante el vídeo Y Dios creó un dictador, con imágenes de Adolf Hitler, Sadam Hussein Kim Jong-un y Trump, su respuesta al Y Dios creó a Trump, que presenta al expresidente como un Mesías.
La mayoría de los que desafiaron la nieve y el frío en Rochester se quedaron en la calle por falta de espacio. Por ese mismo coqueto teatro de 1908, con capacidad para unas 800 personas, pasaron en su día haciendo campaña otros candidatos demócratas y republicanos que lograron la nominación, incluidos Bill Clinton, Barack Obama y John McCain. Donald Trump da por hecho que se sumará a esa lista y sus seguidores también. Como Edmond y Lisa, los asistentes a los mítines de Trump han regalado cánticos con las siglas VP de vicepresidente no solo a Ramaswamy y Taylor Greene, sino también al senador Tim Scott o a la congresista Elise Stefanik.
Trump, de momento, se deja querer sin desvelar quién puede ser su número dos. Prácticamente, ha descartado a Haley al insistir en que no tiene “madera presidencial”. “La persona que creo que me gusta es muy buena persona, bastante normal. Creo que la gente no se sorprenderá demasiado”, es casi la única pista que ha dado, en una entrevista reciente en Fox News. En ocasiones ha parecido dar a entender que prefería una mujer.
Antes, quiere noquear a Haley. Las últimas encuestas sobre las primarias de Nuevo Hampshire ratifican al expresidente como claro favorito para este martes. La del Washington Post y la Universidad Monmouth daba a Trump una intención de voto del 52%, frente a un 34% para Haley. Hecha en los días previos a la retirada de DeSantis, el gobernador de Florida, que ha pedido el voto para Trump, tenía un 8%. La de la Universidad de Suffolk, la NBC y el Boston Globe, actualizada este lunes tras la retirada de DeSantis, sitúa la ventaja en 19 puntos: 57% a 38%.
Un 38% puede sonar esperanzador para Nikki Haley, pero si no es capaz de ganar a Trump en Nuevo Hampshire, ¿dónde va a ganarle? En este Estado cuenta con el apoyo del gobernador, Chris Sununu, muy popular entre los votantes, que ha estado haciendo campaña por ella sin descanso. Además, las reglas electorales permiten aquí votar en las primarias republicanas no solo a los que están registrados en dicho partido, sino también a los votantes independientes, no afiliados, lo cual le concede cierta ventaja. Se espera, de hecho, una alta participación en este Estado de 1,4 millones de votantes, en que casi un 40% son independientes. Los que no pueden votar en las primarias republicanas, pese a los bulos al respecto que ha lanzado Trump son los que están registrados como demócratas. Para Haley, tiene mérito haber ido superando a DeSantis hasta ser segunda, pero ahora es segunda en una competición entre dos. Las primarias de este martes son una especie de última oportunidad para ella, pero perder por 15 o 20 puntos la deja sin muchas esperanzas.
En su mitin de Rochester, Trump agradeció a DeSantis la retirada y el apoyo. El expresidente se ha mostrado magnánimo con él: como premio a su humillante rendición, le ha indultado al retirarle “oficialmente”, según dijo, el mote de Ron DeSanctimonious, con que le llamaba mojigato. En todo caso, Trump dedicó menos tiempo a dar las gracias a DeSantis que a atacar a Nikki Haley.
Luego volvió a su argumentario habitual de los mítines. Trump es como una estrella del rock dando un concierto. Escuchar varios de sus discursos puede parecer repetitivo, pero en realidad sus apariciones son un espectáculo y lo que hace es entonar sus grandes éxitos como un músico interpreta sus canciones más conocidas en cada actuación. En el caso de Trump, eso incluye presentarse como mártir de una supuesta justicia politizada para rentabilizar sus cuatro imputaciones por 91 presuntos delitos. También insistir en los bulos sobre las elecciones de 2020, arremeter contra Biden como “el peor presidente de la historia”, atacar a los medios de comunicación y prometer sin explicar cómo que va a acabar con la inflación y con la guerra de Ucrania.
Cierres de campaña
Este lunes, en el mitin de cierre de campaña, Trump ha exhibido el apoyo de algunos de los candidatos republicanos a las primarias que se han ido retirando. En un acto en la localidad de Laconia, de unos 17.000 habitantes, han intervenido junto a él el inversor Vivek Ramaswamy; el senador por Carolina del Sur Tim Scott y el gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, todos ellos retirados de la carrera hacia la nominación.
Trump ha reiterado sus mensajes de la víspera en Rochester, (incluidos otros de sus clásicos como “este país se va al infierno”), ha vuelto a agradecer a Ron DeSantis su retirada y ha pedido a los votantes movilizarse en masa. “Mañana es el día en que todos y cada uno de vosotros vais a emitir el voto más importante de toda vuestra vida. Es un voto muy, muy importante. Cuando entréis en la cabina de votación, estaréis indicando que queremos echar al corrupto Joe Biden, el peor presidente de la historia de nuestro país, y a sus lunáticos radicales de izquierda”, ha dicho. “Vamos a tomar el control de la hermosa, hermosa Casa Blanca y vamos a dirigir el país de la forma en que se supone que debe ser dirigido. Vamos a ganar Nuevo Hampshire y luego vamos a derrotar al corrupto Joe Biden y vamos a hacer América grande otra vez”, ha continuado.
Se ha referido también a la carrera de las primarias: “Empezamos con 13. Y ahora quedamos dos personas. Y creo que una persona se irá probablemente mañana [en referencia a Nikki Haley]. Y la otra se irá en noviembre [en referencia a Joe Biden]. Pero ahora es el momento para que el Partido Republicano se una. Tenemos que unirnos”, ha dicho antes de presentar a sus invitados, que le han rendido pleitesía. También ha habido varias interrupciones por protestas de algunos activistas climáticos que estaban entre los asistentes.
El cierre de Haley
Haley se prodiga en actos por todo el Estado. Este lunes, mientras Trump acudía a una vista (luego suspendida) en Nueva York por la demanda por difamación de la escritora E. Jean Carroll, la candidata hacía campaña en Franklin en un local de los veteranos de guerra. “Estados Unidos no hace coronaciones”, ha sostenido. “Creemos en las elecciones. Creemos en la democracia y en la libertad. He dicho que me encanta el estado del ‘vive libre o muere’ [el lema de Nuevo Hampshire], pero ¿saben qué? Quiero que sea un país de vivir libre o morir”, ha dicho. “Mostremos a toda la clase mediática y a la clase política que tenemos un plan diferente en mente, y mostremos al país lo que podemos hacer”.
Luego, ha dado su mitin de cierre de campaña en Salem, una localidad de unos 30.000 habitantes. La ha presentado con entusiasmo una vez más el gobernador, Chris Sununu. Y luego ella ha reiterado sus mensajes de campaña ante unas 750 personas. Ha agradecido el apoyo del general retirado Don Bolduc, que estaba en primera fila. Bolduc fue candidato al Senado en noviembre de 2022, pero perdió, en parte porque se percibía como muy extremista. Haley, curiosamente, ha hecho de la elegibilidad uno de los ejes de su campaña contra Trump: “No os quejéis de lo que pase en noviembre si no vais a votar mañana”, le ha dicho a los asistentes al acto en el hotel de un complejo comercial. Su tesis es que Trump provoca rechazo de los electores moderados y eso ha llevado a los republicanos a derrotas en 2018, 2020 y 2022.
Haley también ha acusado a Trump de mentir sobre ella: “He visto los anuncios que habéis visto. Y he visto los correos electrónicos que habéis recibido. Y quiero deciros que cada uno de esos anuncios de Donald Trump es mentira. Comprobadlo”, ha subrayado antes de poner algunos ejemplos. “Si Trump necesita mentir para ganar, no merece ganar”, ha concluido.
Durante el acto, uno de los presentes le ha preguntado a gritos: “Nikki, ¿quieres casarte conmigo?”, a lo que ella ha contestado: “¿Vas a votar por mí?” La decepción y el abucheo han sido grandes cuando el autor de la proposición se ha declarado votante de Trump.
La cadena Newsmax emitió este lunes una entrevista grabada con Trump en la que le preguntaban si Haley debería retirarse en caso de salir derrotada en New Hampshire: “Yo no pido a la gente que abandone, ellos abandonan por voluntad propia”, dijo. “Quizá debería hacerlo”, añadió.
Fuente: El País