Este jueves 25 de enero se reunieron los cancilleres de Venezuela y Guyana, en Brasilia, con el ánimo de bajar la creciente tensión por la disputa del territorio del Esequibo. Tras el encuentro, las dos naciones se comprometieron a continuar los diálogos en un ambiente “pacífico” y “sin amenazas” y, puntualmente, Venezuela instó a evitar “la intervención de potencias extranjeras en la controversia”. Mientras avanzan las conversaciones, la causa sigue a la espera de un dictamen de la Corte Internacional de Justicia, que podría tardar varios años.
Luego de amenazas militares, Guyana y Venezuela retoman los diálogos, de manera pacífica, en su disputa por el territorio del Esequibo, una región selvática de unos 160.000 kilómetros cuadrados y rica en petróleo, oro y diamantes.
“Instalamos la primera Comisión Mixta de Cancilleres y Técnicos entre la República Bolivariana de Venezuela y la República Cooperativa de Guyana”, informó Yvan Gil, canciller venezolano, tras el encuentro que mantuvo con su homólogo guyanés, Hugh Todd.
El propósito de la comisión será abordar los puntos y lineamientos establecidos en la declaración de Argyle, acordada en diciembre en San Vicente y Las Granadinas. “En esta ocasión, hemos reiterado la posición histórica de Venezuela, el mensaje de paz del presidente Nicolás Maduro, así como nuestra firme resolución de respetar el Acuerdo de Ginebra y el derecho internacional”, agregó Gil.
En una declaración conjunta en el Palacio de Itamaraty, sede de la Cancillería brasileña, ambos ministros se mostraron “satisfechos” con el resultado de la cita.
La reunión estuvo mediada por el jefe de la diplomacia de Brasil, Mauro Vieira, y representantes de organismos como la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Comunidad del Caribe (Caricom).
Gil señaló que su país hizo énfasis en la importancia “de evitar la intervención de potencias extranjeras en la controversia”. Esto, tras el envío de un buque de guerra británico hacia las costas de Guyana, como respaldo militar y diplomático de Reino Unido. Ese envío tuvo como respuesta un ejercicio castrense con más de 5.000 militares por parte de Venezuela en la frontera entre ambas naciones y despertó el temor de un conflicto armado en la región. Funcionarios de Estados Unidos también habían realizado varias visitas a Guyana y expresado su apoyo.
Gil informó que también se trató sobre la necesidad “de examinar la posición y acciones de Guyana respecto al área marítima no delimitada para asegurar el respeto a las condiciones acordadas desde hace décadas” entre los dos países.
El objetivo de la reunión, dijo Brasil, como país anfitrión del encuentro y que también es fronterizo con Guyana y Venezuela, era “consolidar la región como zona de paz, cooperación y solidaridad”.
En ese sentido, el canciller guyanés abogó por “el respeto al derecho internacional” como factor fundamental en el diálogo con Venezuela y apoyó el proyecto para “revitalizar la integración” de Suramérica que está impulsando Brasil.
“Estamos orgullosos de estar en este continente. Tenemos una buena historia juntos. Guyana cree en el derecho internacional, en resolver todas las cuestiones de forma pacífica”, indicó el ministro de Guyana.
Venezuela y Guyana reclaman como suya la región del Esequibo
Pese a su disposición de diálogo, los dos cancilleres llegaron con la firme postura de reclamar como suya la región del Esequibo, rica en petróleo y que está bajo jurisdicción de Guyana.
“Creo que ya el hecho de reactivar este diálogo directo (…) es un éxito para la diplomacia (…) porque aleja cualquier posibilidad de conflicto más allá de la controversia territorial que tenemos”, dijo el canciller venezolano, según recoge AFP.
La medida es otro paso más de los diálogos que iniciaron en diciembre de 2023, tras la reunión de los presidentes Nicolás Maduro, de Venezuela, e Irfaan Ali, de Guyana. En esa reunión, ambos mandatarios acordaron no amenazarse ni usar la fuerza, mientras se dan las negociaciones.
Venezuela sostiene que el Esequibo, una región de 160.000 km2, forma parte de su territorio desde que era colonia de España, en el siglo XIX. Pero un dictamen de 1899 favoreció a la entonces colonia británica de Guyana. Desde entonces, Venezuela cuestiona esa decisión y reclama esta región. Y lo hace con más ímpetu desde 2015, cuando se descubrieron extensas reservas de petróleo.
Venezuela incluso impulsó un referendo, realizado el 3 de diciembre de 2023, en el que el 95% de votantes apoyó anexar la región del Esequibo, al mapa de Venezuela, como un intento más de presión.
Lo que ahora busca Venezuela es retomar el Acuerdo de 1966, firmado en Ginebra entre Venezuela y Reino Unido, -cuando Guyana aún era colonia británica-, en el que se establecía la creación de una comisión para resolver esta controversia.
Mientras que Guyana defiende el Esequibo como suyo con el Laudo Arbitral de París, de 1899, un dictamen favorable para la excolonia británica. Guyana, tras el descubrimiento de los yacimientos de petróleo, inició un proceso de exploración y posterior explotación de los recursos, lo que molestó a Venezuela, debido a que el territorio sigue en disputa.
Disputa en la Corte Internacional
Mientras avanzan los diálogos entre ambas partes, la disputa territorial también se tramita ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
En marzo de 2018, Guyana solicitó a esa corte iniciar un proceso contra Venezuela, pidiéndole que confirmara la validez jurídica y vinculante del laudo arbitral de París. Dos años después, en diciembre de 2020, el tribunal se declaró competente para considerar la demanda de Guyana.
En diciembre de 2023, días antes de que se realizara el referendo impulsado por Maduro sobre el Esequibo, la CIJ ordenó a Venezuela evitar cualquier medida “que modifique la situación que actualmente prevalece” en el territorio en disputa.
Además, los magistrados de la Corte, con sede en La Haya, dispusieron que ambas partes se abstengan “de cualquier acción que pueda agravar o extender la controversia ante la Corte o hacerla más difícil de resolver”.
La Corte Internacional de Justicia ha señalado que la causa tiene mérito, pero que la decisión final podría tomar años.