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Medio Ambiente

Descubren los restos dispersos de Argolandia, un continente perdido al norte de Australia

Muchos geólogos comparten la hipótesis de que hace unos 155 millones de años un trozo de continente de 5.000 kilómetros de largo se separó de Australia occidental y se alejó en dirección norte. Existen señales geológicas que así lo indican, entre las que se encuentran una cuenca escondida en las profundidades del océano conocida como la llanura abisal de Arg .Este relieve submarino también da nombre al continente que se habría formado por esta escisión australiana: Argoland o Argolandia.

La estructura del fondo marino muestra que este continente debió desviarse hacia el noroeste y terminar donde hoy se encuentran las islas del sudeste asiático. Pero, sorprendentemente, no hay ningún gran continente escondido debajo de esas islas, solo restos de pequeños fragmentos continentales que también están rodeados por cuencas oceánicas mucho más antiguas.

Entonces, ¿qué pasó con Argolandia? Geólogos de la Universidad de Utrecht (Países Bajos) han logrado reconstruir parte de la historia del continente perdido y presentan ahora sus resultados en un artículo publicado (octubre 2023) en la revista especializada Gondwana Research.

Los geólogos diferencian la corteza terrestre en corteza oceánica más pesada y corteza continental más ligera. Estos continentes más livianos pueden estar parcialmente ocultos bajo el nivel del mar, como también ocurrió con otro continente “perdido”, el Gran Adria. Al igual que Argolandia, también constaba de diferentes fragmentos separados por estrechas cuencas oceánicas, que con el tiempo pasaron a formar parte de una única placa tectónica. En algún momento del pasado, la Gran Adria se hundió en el manto terrestre, pero la capa superior quedó atrás y se plegó para formar las montañas del sur de Europa. Argolandia, sin embargo, no dejó ningún rastro en forma de estratos rocosos plegados.

“Si los continentes pueden sumergirse en el manto y desaparecer por completo, sin dejar rastro geológico en la superficie de la Tierra, entonces no tendríamos mucha idea de cómo podría haber sido la Tierra en el pasado geológico. Sería casi imposible crear reconstrucciones fiables de antiguos supercontinentes y de la geografía de la Tierra en épocas pasadas”, explica el geólogo de la Universidad de Utrecht, Douwe van Hinsbergen. “Esas reconstrucciones son vitales para nuestra comprensión de procesos como la evolución de la biodiversidad y el clima, o para encontrar materias primas. Y a un nivel más fundamental: para comprender cómo se forman las montañas o para descubrir las fuerzas impulsoras detrás de la tectónica de placas; dos fenómenos que están estrechamente relacionados”.

Eldert Advokaat durante el trabajo de campo en Sabah, Malasia .

Van Hinsbergen y su colega Eldert Advokaat sentían curiosidad por saber qué podría decir la geología del sudeste asiático sobre el destino de Argoland. “Pero estábamos literalmente lidiando con islas de información, razón por la cual nuestra investigación tomó tanto tiempo. Pasamos siete años armando el rompecabezas”, dice Advokaat.

“La situación en el sudeste asiático es muy diferente a la de lugares como África y América del Sur, donde un continente se rompió claramente en dos pedazos. Argoland se dividió en muchos fragmentos diferentes. Eso obstruyó nuestra visión del viaje del continente”. Pero eso fue hasta que se dio cuenta de que los fragmentos llegaron a sus ubicaciones actuales aproximadamente al mismo tiempo, lo que aclaró cómo alguna vez se conectaron entre sí. Los fragmentos formaron un collage: Argoland está escondida bajo las verdes selvas de gran parte de Indonesia y Myanmar.

La historia de esta masa de tierra se remonta en el tiempo y es propia de un fragmentación como microcontinente. Nunca hubo un único continente claramente delineado y coherente en Argolandia , sino más bien un “Argopiélago” de fragmentos microcontinentales  separados por cuencas oceánicas más antiguas, explican los autores del nuevo estudio. En eso se parece a la Gran Adria, que ahora se ha sumergido casi por completo en el manto de la Tierra, o a Zeelandia, el continente en gran parte sumergido al este de Australia. “La fragmentación de Argolandia comenzó hace unos 300 millones de años”, añade Van Hinsbergen.

El enigma que han resuelto Advokaat y Van Hinsbergen encaja perfectamente entre los sistemas geológicos vecinos del Himalaya y Filipinas. Su trabajo de detective también explica por qué Argolandia está tan fragmentada: la ruptura se aceleró hace unos 215 millones de años, cuando el continente se hizo añicos en finos fragmentos. Los geólogos realizaron trabajos de campo en varias islas, incluidas Sumatra, las islas Andamán, Borneo, Sulawesi y Timor, para probar sus modelos y determinar la edad de estratos rocosos clave.

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