Emiratos Árabes Unidos ha sufrido esta semana el paso de una devastadora tormenta que anegó el pequeño país, convirtió en ríos las carreteras, cerró el segundo aeropuerto del mundo en número de viajeros, e inundó negocios y viviendas. Aunque la peor parte se la llevó el país vecino Omán, donde hubo 19 muertos, la mayoría niños. Los meteorólogos achacan lo ocurrido al cambio climático y descartan cualquier conexión con programas de geoingeniería o siembra de nubes.
El Centro Nacional de Meteorología (CNM) emiratí, que comenzó a registrar los datos climáticos del país en 1949, ha constatado que durante este episodio se han registrado las lluvias torrenciales más intensas de los últimos 75 años en el país. En solo 24 horas se recogieron 254,8 mm, más que lo que suele llover en todo el año.
Numerosos ciudadanos compartieron a través de redes sociales vídeos y fotografías del aeropuerto, de las carreteras y de los centros comerciales inundados. Un español residente en Dubái explicaba que primero empezó a chispear “hasta que llegaron las tres trombas que cayeron con diferencia de una hora cada una… Fue devastador”.
Mar Gómez, doctora en Físicas y responsable de Meteorología de eltiempo.es, ha explicado a 20minutos que una de las claves de este fenómeno meteorológico tan impactante es que se ha producido “en una zona desértica, en la que resulta sorprendente que haya ciudades como Dubái con todas las comodidades, dado que el abastecimiento de agua es muy escaso. Allí llueve muy poquito y por eso están desarrollando desde hace muchos años la geoingeniería, una tecnología para sembrar nubes y producir lluvias”.
Gómez es tajante, sin embargo, a la hora de descartar la implicación de uno de estos procesos de siembra de nubes en la devastadora tormenta, denominada Hadir, y la achaca directamente al cambio climático.
“Lo que ha ocurrido es el paso de un sistema tormentoso, convectivo, de fuerte corriente ascendente. Son tormentas medianas bien organizadas y asociadas al agua caliente del mar, que es un disparador de gestación de tormentas severas”. Rubén del Campo, de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), incide en esta descripción de lo que ocurrió en las últimas horas en Dubái: “La presencia de una DANA sobre la zona generó inestabilidad y succionó aguas muy cálidas del Índico, lo que provocó esta situación extraordinaria”.
Del Campo descarta también que se trate de un episodio provocado por la geoingeniería. “Hay que señalar que la técnica de siembra de nubes con yoduro de plata, aunque se está investigando y aplicando en algunos países desde los años 80 del siglo XX, no acaba de mostrar resultados concluyentes sobre si aumenta la precipitación“. Y agrega: “Puede hacerlo en determinados casos, pero el aumento de las lluvias es modesto y es imprescindible que previamente haya nubes”.
“Dada la magnitud del episodio observado en los últimos días en Oriente Medio, y la extensión geográfica, es muy improbable que la siempre con yoduro de plata haya tenido que ver en la situación”, concluye.
La experta de eltiempo.es ve por su parte necesario “un estudio de atribución” de lo ocurrido, porque las imágenes son impactantes, no solo por la intensidad de las lluvias sino porque ha sido una tormenta eléctrica, que ha provocado deslizamientos de tierra y sobre un terreno que no drena bien.
En un comunicado emitido a varios medios de comunicación, el organismo que supervisa las operaciones de siembra de nubes en los Emiratos Árabes Unidos, dijo que no hubo tales operaciones antes o durante la tormenta, según informa The Guardian.
Los expertos añaden que los meteorólogos ya veían esa predicción desde hace días, lo que aleja la hipótesis de que se hiciera una siembra a corto plazo. Y piden tomarse en serio la única explicación, esto es, “que los fenómenos meteorológicos extremos se van a intensificar, debido al aumento de las temperaturas por el cambio climático provocado por el ser humano”.