El ‘vell marí’, la foca monje de la que hace casi 70 años que no se tienen noticias en aguas de Baleares, ha dejado rastros de ADN en el Parque Nacional de Cabrera y en el parque natural de la Dragonera, en Baleares. La foca desaparecida ha vuelto a casa después de décadas sin tener noticias de ella.
Ahora se ha podido acreditar que en 2021 nadó por las aguas de ambos espacios protegidos porque un equipo de científico ha conseguido muestras de ADN del animal en el marco de una investigación para determinar la presencia de esta especie en el Mediterráneo occidental. Durante 2021, gracias al proyecto ‘Spot the monk’ se recolectaron muestras de agua en 135 localidades del Mediterráneo, desde el mar Adriático hasta Baleares. Es en este marco donde se localizaron restos de ADN de Monachus monachus, la foca monje o el ‘vell marí’, gracias a la instalación de 16 puntos de recogida de muestras en la zona. Las muestras revelan que al menos uno de estos animales nadó por estas aguas como máximo en los catorce días anteriores a la recogida de datos, según informa la Conselleria de Medi Ambient.
Se trata de un hallazgo de enorme importancia ecológica en las islas porque es una de las especies en mayor riesgo de extinción. En Baleares se tiene constancia de que criaban en las calas de las islas, donde no había depredadores, hasta que, a partir del siglo XIX comienza la persecución humana que acaba casi con su completa extinción.
En 1958, el último ejemplar del que se tiene constancia en las islas muere en Cala Tuent y, desde entonces, ha habido observaciones esporádicas pero no todas bien contrastadas de animales norteafricanos divagantes, hasta hace pocas décadas, según destaca la Conselleria balear de Medi Ambient.
El proyecto ‘Spot the monk’ está liderado por la profesora Elena Agneses Valsecchi de la universidad de Milano Bicocca, y tiene como objetivo averiguar cuándo y en qué lugares se encuentra material genético de la foca monje en el ambiente. Se trata de un animal escurridizo, del que no había habido avistamientos en la zona desde hace décadas.
A raíz de estos datos El Parque Nacional de Cabrera impulsará un proyecto de rastreo de la foca monje (Monachus monachus) este año para determinar la presencia de esta especie en aguas del archipiélago. De esta forma, continuarán los estudios científicos hacia esta especie en el espacio natural protegido, junto con el IMEDEA.
La técnica se basa en la amplificación de trazas microscópicas de ADN dejado en el ambiente, en este caso en el agua del mar, causado por el paso de los animales. Se trata de una técnica que debe ejecutarse con mucho cuidado de evitar contaminaciones. Por eso, durante el estudio, se han tomado medidas para evitarlo, como la elaboración de réplicas independientes de las analíticas genéticas. El personal de los parques de Cabrera y de sa Dragonera, colaboran con el IMEDEA junto con centros de buceo y guardas de las reservas marinas, para tomar muestras en dieciséis localizaciones diferentes de estos dos espacios naturales protegidos en dos meses. La Conselleria de Medi Ambiente destaca en un comunicado la importancia de que existan áreas marinas protegidas, como las 89.478 hectáreas marinas del Parque Nacional de Cabrera y las reservas marinas del parque natural de Sa Dragonera, puesto que son una buena zona de alimentación para estos mamíferos.