El impacto en el agua es el más crítico, pero también se han reportado efectos negativos en la salud de las personas que viven cerca a relaves mineros.
Si no se tiene un manejo adecuado en el proceso extractivo de minerales, como suele ocurrir en la minería ilegal, se producen graves afectaciones a nuestro medio ambiente. Ya sea por el uso de productos nocivos para separar los minerales de la tierra o por el poco o nulo tratamiento de residuos como desmontes, relaves y aceites que ponen en riesgo el agua, suelo, aire, flora y fauna.
Se entiende como minería ilegal a toda actividad minera ejercida en zonas prohibidas y que afecta al medio ambiente y ocasiona inseguridad y criminalidad en las zonas donde opera.
¿Qué son los relaves mineros?
Los relaves mineros son los residuos del proceso de extracción que no tienen valor económico y contienen altas concentraciones de metales nocivos al ambiente y la salud como el arsénico, cadmio, plomo, cromo, etc. Además, por lo general, los relaves mineros no reciben un tratamiento adecuado y se quedan en depósitos insalubres que terminan afectando nuestras fuentes de agua.
Uno de los casos más relevantes en nuestro país sobre cómo los relaves pueden impactar en el ambiente y la población sucedió en La Ciénaga, distrito y provincia de Pataz, en La Libertad. Según datos del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemet), los relaves mineros de La Ciénaga comprenden cinco depósitos, lo que equivale aproximadamente a 40 000 m³ de material en un área de 8000 m² aproximadamente. Estos pasivos ambientales son producto del antiguo desarrollo de la minería de oro en la zona y no cuenta con responsables para su remediación.
Los pasivos ambientales son aquellas instalaciones o depósitos de residuos producidos por operaciones mineras que en la actualidad se encuentran abandonadas y constituyen un riesgo potencial para la salud de la población y el ecosistema.
En el 2019, un informe realizado por el Instituto Federal de Geociencias y Recursos Naturales de Alemania (BGR), comprobó que los relaves representaban un riesgo potencial para la salud de la población y el ambiente por contener metales pesados y metaloides, con concentraciones que superan significativamente los Estándares de Calidad Ambiental de Perú para Suelos (ECA Suelos) y valores internacionales. Además, identificó que los relaves aún contenían cierta cantidad de oro.
Fuerte impacto en el agua y en la salud
Además de los residuos que la minería ilegal genera, es una de las actividades que involucra mayor grado de manipulación del agua. Por ello, el impacto al recurso hídrico es el más crítico, ya que ocasiona daños como la alteración de cauces y dinámica fluvial, pérdida de hábitats acuáticos, generación de sedimentos, desbordes e inundaciones.
De igual forma, sus desechos metalúrgicos pueden enturbiar permanentemente las aguas. Este fenómeno, que no permite el paso de la luz, impide que la flora y fauna marina –como las algas, plantas, peces y microorganismos–se desarrollen.
Por su parte, la liberación de mercurio como vapor durante la extracción minera ilegal daña la salud de las personas que se encuentran expuestas por vías respiratorias, digestivas y la piel. Sus efectos sobre la salud incluyen trastornos neurológicos y de comportamiento en seres humanos como temblores, inestabilidad emocional, insomnio, pérdida de la memoria, pérdida de visión, alteraciones neuromusculares y neurológicas, dolores de cabeza, problemas renales y afección al desarrollo del feto, entre otros.
Asimismo, es importante mencionar que las fuentes de alimentación –como peces de los ríos– pueden convertirse en un canal de intoxicación si su ecosistema contiene concentraciones de mercurio.
Teniendo todo esto en cuenta, según los expertos, es importante que las medidas para mitigar el impacto negativo de la minería ilegal en el ambiente abarquen todo el proceso productivo, no solo la disposición final de los desechos mineros.