Gustavo Petro lo logra y llega con la gran Francia Márquez a liderar el gobierno de un país donde la izquierda nunca ha gobernado, demostrando que los vientos de transformación siguen su curso imparable cuando la gente así lo reclama. Y la transformación viene desde las izquierdas.
Esta noticia no es menor e impacta fuerte en el Perú porque los giros a la izquierda siempre dependen de la fuerza en la región. Petro en Colombia se suma a los vientos de transformación que en Chile, y antes Argentina, avanzaron. Para Perú está correlación es también una buena noticia pues la geopolítica regional será una presión necesaria para un Gobierno que necesita urgentemente enderezar el camino y cumplir en lugar de seguir día a día renunciando y traicionando sus promesas de campaña. Que sirva el viento sabroso de Colombia también para ello.
Una lección importante de las elecciones colombianas (también de las francesas) es la apuesta desde las izquierdas con vocación de victoria: más ideología, más audacia y más programa alternativo de verdad. Quienes siguen apostando por la moderación o el centro como alternativa no logran entender las coordenadas de la política actual. Frenar al adversario hoy, más que ayer, significa más vocación transformadora que reformista o resignada. Anotemos la lección.
Y ahora, ¿cómo creen que actuará la derecha colombiana? ¿Como la chilena o la peruana? En un país donde se ha asesinado a líderes de izquierda solo por serlo, da miedo esta pregunta. Pero por lo mismo, toca hacérsela.
¡Felicidades Colombia!
