Mudo Social – Noticias del Perú
Opinión

Laura arroyo Gárate: ¿Hablamos ya de dicatudura ?

Ayer nos enteramos de que los efectivos policiales en servicio no usarán uniforme o distintivo de la PNP en “zonas con manifestantes”. Una noticia que alarma y que evidencia que desde las fuerzas del poder que cogobiernan hoy hay mucho interés en sostener las políticas de represión, pero también en garantizar su impunidad y recrudecer sus acciones en los días que vengan. Una nueva declaración de intenciones. Un nuevo balde de gasolina. Algo a lo que nos empiezan a acostumbrar alarmantemente desde este gobierno.
Esta noticia se enmarca en una serie de hechos que desde el inicio de este gobierno daba luces del tenor del mismo.
El 7 de diciembre, apenas después de oír el mensaje presidencial de Boluarte, hubo quienes señalamos el problema de su presidencia hipotecada. Hipotecada al ala vacadora y perdedora de las elecciones. Hipotecada a los poderes que la iban a sostener porque les resultaba útil. Y, ojo, enfrentada por tanto a la lógica reacción de un Perú que no votó ese proyecto y que, tras ver cómo el poder trató a Pedro Castillo más allá de sus desaciertos y su gestión mediocre, no iba a aceptar callado que el golpe lento de las élites se consumara. Nos dijeron que adelantábamos mucho los hechos, que había que dar una oportunidad a Boluarte, que el gabinete ministerial debía ser el que apunte maneras. Lamentablemente, el tiempo nos dio la razón.
En la misma línea, y a pocos días de iniciado el gobierno, hubo quienes tuvimos claro que no se trataba solamente de un golpe ganador, sino de un golpe autoritario que para sostenerse necesitabas de la persecución política y la violencia de la represión. Esto sumado a las primeras alianzas y reuniones desde Palacio nos evidenciaban un carácter dictatorial en este régimen recién instaurado. No exagerábamos, aunque nos lo reprocharon. Algunas maneras se anticipan. La política y el análisis político en particular supone ser capaces también de anticipar esas señales. El gobierno de Boluarte las dio desde el inicio y las agudizó a tan sólo 48 horas de juramentar el cargo.
Desde entonces hasta ahora el camino recorrido es conocido. Algunas semanas después, y pese a que ya las calles gritaban “traidora”, “usurpadora” y “asesina”, empezaron a llegar más análisis señalando el carácter autoritario y hasta apuntar, con cuidado pero explícitamente, que había un régimen cívico-militar. Bien. Era cierto desde los inicios y se agudizaban las evidencias. Aún así, hubo quienes llamaron al “diálogo” (con más de 20 muertos en las protestas) y al giro de timón de este gobierno. Y entonces otros nos preguntamos si era posible pedirle a una dictadura girar el timón. Tal vez, pensamos, ¿es que no queda claro que esto es ya una dictadura? A veces las palabras precisas tardan en llegar.
A poco menos de tres meses del régimen de Boluarte y con más muertos que días de gobierno, la evidencia es clara y la palabra se traza casi sola. Pero, como sabemos que a veces las palabras necesitan también de nuestro empujoncito, en “la batalla de las palabras” hemos querido darlo. Esta semana hablamos de ‘DICTADURA’. Desde lo que dice la DRAE (y ya saben quienes nos oyen que no somos nada fanáticos de este espacio erudito y muchas veces clasista del lenguaje), hasta lo que nos cuenta la historia, lo que nos dicen las Ciencias Politicas y, sin duda, de lo que nos dice la realidad porque todo análisis sin aterrizar en tierra firme es solo un ejercicio interesante de abstracción.

Related posts

Gonzalo García Núñez: La ruta boliviana

Maco

Ana Melva Pérez de Preitschopf: Recuperando nuestra nacionalidad

Maco

Marisol Pérez Tello: “Entre la desconfianza y la determinación”

Maco

Leave a Comment