RECURSOS. Cenares es un operador logístico encargado de comprar, abastecer y distribuir medicamentos e insumos; sin embargo, en sus almacenes se han identificado productos vencidos.
Una investigación de OjoPúblico identifica S/41 millones en pérdidas por más de 15 millones de fármacos e insumos vencidos entre 2020 y 2023. Hasta enero, este lote permanecía en los almacenes del Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares), del Ministerio de Salud. Entre los productos —que representan S/41 millones— figuran pruebas rápidas y vacunas para la covid-19, hidroxicloroquina, medicamentos oncológicos y otros. La Contraloría no descarta un control posterior para identificar a los responsables. Detrás de los vencimientos pueden existir fallas en la cadena logística, programaciones inadecuadas y deficiencias en la rotación, así como responsabilidades en los más altos funcionarios.
Entre 2020 y 2023, millones de medicamentos comprados por el Estado vencieron y luego permanecieron almacenados en las instalaciones del Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares), del Ministerio de Salud (Minsa). Una investigación de OjoPúblico —con base en documentos oficiales— identificó que se trata de 15 millones de medicamentos e insumos vencidos en dicho periodo, desde pruebas rápidas y vacunas contra la covid-19, hasta medicamentos oncológicos.
Dicha cantidad de productos representa una pérdida de S/41’691.610, según ha podido determinar OjoPúblico tras analizar la relación de los recursos que se encontraban en estado vencido en los almacenes de Cenares en los últimos cuatro años. Para ello se ha tomado en cuenta solo los productos adquiridos a través de empresas privadas y de entidades extranjeras como la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
En este listado obtenido en enero de este año a través de pedidos de acceso a la información —que no incluye a los almacenes del Minsa, las Instituciones Prestadoras de Servicio de Salud (Ipress), ni a las Unidades de Gestión de Ipress (Ugipress)— también se ha identificado que casi la cuarta parte del importe total fue destinado a más de un millón y medio de pruebas rápidas cualitativas de antígeno contra la covid-19. Estos dispositivos, con un valor superior a S/10 millones, expiraron el 30 de noviembre de 2023.
Entre otras medicinas e insumos, ahora inutilizables, también figuran 68.217 unidades de la vacuna antirrábica humana inactivada, 215.320 de hidroxicloroquina sulfato 200 miligramos y otras 70.547 de la vacuna inactivada contra la covid-19 de Beijing Institute of Biological Products Co., Ltd., de China., de acuerdo al reporte de stock de productos vencidos de Cenares.
A esto se suman importantes fármacos para tratamientos oncológicos como Capecitabina y Paclitaxel —que suman más de dos millones de unidades— y que caducaron entre 2020 y 2021, durante la pandemia de la covid-19. Pese a ello, en enero de este año, se alertó la escasez de un grupo de medicamentos —entre los que figuran Paclitaxel 100 mg inyectable 16.7 ml— en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN).
Un reciente informe de orientación de oficio de la Contraloría General de la República, emitido el último 23 de abril, confirma lo identificado por OjoPúblico sobre la presencia de productos vencidos en los almacenes de Cenares. Y alerta, además, que existen unidades en condición de baja desde 2017.
La entidad de control advierte que estos fármacos ocupan espacios que no le corresponden, ante la falta de capacidad de almacenamiento, y están a la espera de ser destruidos.
“Ningún medicamento debería vencerse y cada vez que se vence hay un perjuicio al Estado (…). Eso [la compra del producto] pasa por todas las fases, desde la programación, la solicitud, la validación del área usuaria, la capacidad de almacenamiento y la distribución a nivel nacional con todas las barreras geográficas. Es un conjunto de procesos que deben cumplirse para que la situación de vencimiento no ocurra”, señala a este medio la subgerenta de control del sector salud de la Contraloría, Patricia Suárez Beyodas.
Los medicamentos vencidos
El Cenares —órgano desconcentrado del Minsa con autonomía administrativa— es el operador logístico que tiene a su cargo el abastecimiento de los recursos estratégicos en salud. Esto último hace referencia a los medicamentos, productos sanitarios y dispositivos médicos reconocidos como esenciales en los petitorios nacionales.
En los almacenes de esta entidad —responsable de la compra, abastecimiento y distribución de productos que, finalmente, llegarán a los establecimientos de salud en Lima y regiones— se han identificado 15’789.606 unidades expiradas entre 2020 y 2023, según el reporte de stock de productos vencidos de Cenares al que accedió este medio el 12 de enero de este año.
De esa cantidad, 15’752.041 tienen como proveedores a empresas privadas y entidades extranjeras como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la República Popular China. En el resto de casos figuran gobiernos regionales y hospitales.
Al analizar la cantidad adquirida por cada producto y su precio unitario en ese primer grupo, se ha determinado que la suma total equivale a 41’691.610. El 94% de todos esos fármacos e insumos vencieron entre 2021 y 2023.
El más costoso ha sido la prueba rápida cualitativa de antígeno específico para Sars-CoV2 (covid-19) inmunoensayo cromatográfico. De este dispositivo médico —conocido durante la emergencia sanitaria por la covid-19—, 1’537.180 unidades vencieron el 30 de noviembre de 2023. Esto significó una pérdida de S/10’068.529.
Para el exministro de Salud, Víctor Zamora Mesía, existe una mayor probabilidad de que venzan productos en Cenares, en comparación con lo adquirido por cada región, debido a los grandes volúmenes que este maneja. Dicho órgano adquiere productos solicitados para la atención de estrategias sanitarias nacionales como prevención y control de cáncer, de TBC y VIH/Sida, además de realizar compras corporativas.
“Los hospitales reclaman sus productos. Y si son vacunas, el Minsa es el que decide. El presupuesto lo entregan los usuarios [como las estrategias sanitarias nacionales]. Los productos tienen distintos mecanismos de programación. En el caso de las pruebas, o no se hizo una buena programación, o no hubo demanda, pero covid-19, sí es [responsabilidad del Minsa] central”, refiere el exministro.
Entre los medicamentos que representan una mayor pérdida monetaria también figuran 386.581 unidades de Metilprednisolona inyectable 500 mg/8ml, fármaco indicado para enfermedades como la artritis reumatoide e inmunosupresor en trasplantes. El valor de sus lotes caducados en 2023 suman S/4’654.429.
PRUEBAS ANTÍGENAS Y VACUNAS CONTRA LA COVID-19, ASÍ COMO IMPORTANTES MEDICAMENTOS ONCOLÓGICOS TERMINARON VENCIDOS EN LOS ALMACENES DE CENARES”
El año pasado también vencieron 68.217 unidades de vacuna antirrábica humana inactivada, cuyos proveedores fueron la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y Sinopharm International Hong Kong Limited. El precio de lo perdido equivale a S/4,5 millones.
En 2020 y 2021, en tanto, expiraron 810 unidades de Busulfano 6mg/ml inyectable 10 ml. Estos fármacos —que costaron más de un millón de soles— son usados en tratamientos paliativos de la fase crónica de la leucemia granulocítica crónica.
Entre los primeros lugares de la lista de medicamentos e insumos vencidos, a los que accedió este medio, también figuran 102.779 unidades de Enoxaparina sódica 60 mg/0.6 ml inyectable 0.6 ml, que previene los trombos (coágulos sanguíneos) en pacientes con enfermedades agudas. Su precio fue de S/1’675.298.
A este caso se suman 2’100.229 unidades caducadas de Capecitabina 500 mg, que se usa para el tratamiento de cáncer de colon y gástrico, y que, incluso, figura en el Petitorio Nacional Único de Medicamentos Esenciales para el INEN, de 2020. Los fármacos perdidos costaron más de un millón de soles.
Otros medicamentos oncológicos que también expiraron, entre 2020 y 2023, y han permanecido en los almacenes de Cenares son Paclitaxel —como inyectables de 100 mg/16.7ml, 300 mg/50ml y 30 mg/5ml—; Oxaliplatino 100 mg inyectable y Citarabina 500 mg inyectable. En esta relación de fármacos que ya no podrán ser utilizados también aparecen Docetaxel 60 mg/2ml inyectable 2 ml, Ciclofosfamida 200 mg inyectable, Doxorubicina Clorhidrato 50 mg inyectable, entre otros.
Con relación a productos vinculados a la covid-19, se han identificado 70.547 vacunas de virus inactivado, del Beijing Institute of Biological Products Co Ltd, las cuales vencieron en octubre de 2023. Como proveedor figura la República Popular China y el costo de estos productos hoy expirados equivale a S/443.525.
El investigador de Acción Internacional para la Salud (AIS) y exdecano del Colegio Químico Farmacéutico de Lima, Javier Llamoza Jacinto, menciona, entre los motivos del vencimiento de medicamentos, las compras y programaciones inadecuadas, la disminución de su consumo —por contextos como la pospandemia—, o los cambios en normas técnicas tras lo cual ya no se puede usar el fármaco. La vigencia de estos productos no puede superar los cinco años.
CARENCIAS. Pacientes de establecimientos de salud de Lima y regiones reclaman constantemente ante las deficiencias en el abastecimiento de medicamentos.
Foto: OjoPúblico / Marco Garro
“Hay varias causas. Otras pueden ser que Cenares probablemente no distribuyó a tiempo, los pacientes no recibieron sus medicamentos, se sienten desanimados y abandonan el tratamiento. Entonces —explica Llamoza Jacinto—, cuando llega el medicamento, ya no va el paciente. Hay un debilitamiento del sistema. El hospital ya no pide porque le queda stock en el almacén (…). Se queda en Cenares, se vence y se da de baja”.
El exministro de Salud, Víctor Zamora Mesía, añade que Cenares no decide qué comprar, sino que lo hace el nivel central del Minsa y las estrategias sanitarias nacionales. “La primera razón para que venza en el almacén es porque no le dijeron dónde repartir. Cenares no toma la decisión de enviar a algún lugar si no se lo dicen. La otra razón es que le hayan dicho y como ejecutor de la orden no haya cumplido. Puede ser por incompetencia, porque no se firmó, se olvidaron, fallas humanas y profesionales”, sostiene.
Zamora Mesía señala, además, que las responsabilidades en Cenares pueden recaer en la dirección —similar a lo que ocurre en otros almacenes— , así como en el Viceministerio de Prestaciones y Aseguramiento en Salud y en la Dirección General de Operaciones en Salud (DGOS).
“Cenares debe advertir e informar la pronta expiración de un producto y pide a los operadores que lo utilicen. Cenares no informa directamente al hospital, sino que lo hace a través del viceministerio y de la DGOS. Pero si Cenares no hizo la alerta, el resto tampoco toma acción. [Pueden ser responsables] por acción o por omisión”, refiere el exministro.
Alerta de la Contraloría
La presencia de fármacos vencidos en Cenares ha sido confirmado por la Contraloría General de la República. El informe de orientación de oficio N° 018-2024-OCI/5991-SOO, publicado el último 23 de abril, advierte que recursos estratégicos en condición de baja ocupan espacio físico en el área de almacenamiento/aprobados del almacén de productos refrigerados del Cenares, en lugar de permanecer en el área de baja/rechazados. Este último ha superado su capacidad, dice el documento.
“Cenares alquila los espacios [que usa]. No puede haber esta pérdida de recursos públicos, porque el espacio y la logística cuestan. (…). Se ha hecho una monetización de los bienes que están almacenados en Cenares, y a la espera de que se destruya, y ascienden a S/56 millones los productos que hemos perdido por vencimiento. No podemos incurrir en gastos de almacenamiento y sacrificar espacios físicos”, refiere la subgerente de control del sector salud de la Contraloría General, Patricia Suárez Beyodas, a OjoPúblico.
De acuerdo al informe de orientación de oficio, este monto de pérdidas está relacionado a un total de 15’116.699 unidades de recursos estratégicos en condición de baja por vencimiento, correspondiente a los años 2017 y 2023, en los almacenes de Cenares. Esta cifra discrepa con el reporte de stock de medicamentos e insumos vencidos proporcionado por Cenares a este medio tras una solicitud de acceso a información pública.
INSPECCIÓN. El 18 de abril pasado, la Contraloría visitó las áreas de almacenamiento de Cenares y detectó fallas en la gestión de los medicamentos dados de baja.
Foto: Contraloría
Al respecto, la Contraloría alerta que lo que registra Cenares de manera virtual en el Sistema Integrado de Gestión Administrativa (SIGA) no corresponde a la condición real en sus almacenes. Esto lo han identificado al revisar las actas y el reporte de stock en los locales inspeccionados, el 18 y 19 de abril pasados.
“Medicamentos que deberían estar en condición de baja por vencidos han sido registrados como si estuvieran en cuarentena o inmovilizados [denominación que se usa, por ejemplo, cuando se rompe la cadena de frío o deteriora el embalaje]. No es que haya menos medicamentos, sino que la condición que figura en el SIGA no refleja la realidad. (…). Necesitamos esa información para efectos de monetización, para saber el perjuicio y eso tiene que ser correcto”, explica Patricia Suárez Beyodas.
EN OCTUBRE DE 2023 VENCIERON MÁS DE 70.000 VACUNAS CONTRA LA COVID-19, CUYO PROVEEDOR ERA LA REPÚBLICA POPULAR CHINA”
De acuerdo al reglamento de establecimientos farmacéuticos, aprobado en julio de 2011, los productos expirados, deteriorados, contaminados o alterados en su aspectos u otros que tengan observaciones sanitarias deben destruirse, al menos, una vez al año, evitando su acumulación. “Se han encontrado medicamentos remanentes de 2017 y 2018. Seguramente se han destruido, pero no todos los que debieron”, agrega la vocera de la Contraloría.
De acuerdo a esta última entidad, Cenares cuenta con 45 días para remitir información tras la emisión del informe de control; sin embargo, hasta el último 15 de mayo, no había enviado ninguna respuesta. La Contraloría señala que estos hallazgos pueden ser usados en una posible acción de control posterior a fin de identificar a los responsables.
OjoPúblico también solicitó una entrevista con un vocero de Cenares y luego envió un cuestionario al Minsa para que detallen sus procesos y la situación de los medicamentos vencidos. Sin embargo, pese a la insistencia, tampoco respondieron hasta el cierre de esta edición.
Las fallas en la cadena logística —que han perjudicado el acceso de medicamentos esenciales como aquellos para el cáncer— han sido reconocidas por el mismo titular del Minsa, César Vásquez Sánchez, en enero de este año.
Un mes antes —el 6 de diciembre de 2023—, durante una telecapacitación del Minsa, el entonces director general de Cenares, Jorge Ramírez Castillo, calificó de “complejo” el rol de su operador logístico por muchas aristas vinculadas a fallas de mercado y problemas con grandes industrias farmacéuticas.
Añadió que existen deudas con la industria farmacéutica y que realizan adendas a los contratos para hacer más eficiente el pago a proveedores. “Y así exigir el cumplimiento de entrega en los plazos. Ese es otro serio problema que se viene enfrentando con el cumplimiento de entregas”, dijo.
El sábado 18 —al cierre de este informe— en una edición extraordinaria de las normas legales de El Peruano, el Ministerio de Salud oficializó la designación de Juan Carlos Martín Castillo Díaz como nuevo director general en Cenares. Se trata del sétimo cambio en poco más de un año, desde enero de 2023.